Masacre en Aguachica: el sexto homicidio que vinculan con el asesinato de pastores

Las autoridades avanzan en las investigaciones para esclarecer el asesinato de los cuatro integrantes de la familia pastoral de Aguachica. Ya hay cuatro capturados y siguen las averiguaciones para entender la razón detrás del ataque armado que, presuntamente, habría sido producto de una confusión, pues el sicario pretendía matar a Zaida Andrea Sánchez, alias la Diabla, quien finalmente fue atacada a disparos a las afueras de un hotel de Medellín.

Los funcionarios de la Fiscalía y la Policía no solo están analizando estos cinco homicidios en el expediente. Sobre la mesa también está el crimen de Alexánder González, distinguido en el mundo criminal con el alias de el Calvo. Por el momento, no se conoce el día exacto en el que fue ejecutado con una pistola, solo se tiene presente que en la mañana del 27 de diciembre del año pasado fue hallado sin vida por pescadores de El Banco, en la desembocadura del río Cesar y el río Magdalena.

Alias el Calvo es de interés en la investigación porque era el compañero sentimental de alias la Diabla, la mujer que, supuestamente, confundió el sicario con Ángela Lora —la hija mayor de los pastores— que departía con sus padres y su hermano menor en el restaurante Sorbetes y Jugos al mediodía del 29 de diciembre de 2024: los cuatro fueron asesinados con arma de fuego y, frente a la escena, el verdadero objetivo salió corriendo del sitio y pudo esquivar las primeras balas.

¿Quién es alias el Calvo?

De acuerdo con las pruebas recopiladas por las autoridades judiciales, alias el Calvo era un posible narcotraficante de la región Caribe que tendría como fachada una compraventa en el municipio de Aguachica. Su muerte estaría relacionada con un eventual ajuste de cuentas. SEMANA conoció que, entre tantas cosas, se rastrea una millonaria deuda que habría adquirido con grupos armados organizados para comercializar estupefacientes, pero no habría cumplido con las cuotas.

En el expediente del homicidio de este hombre se especificó que fue visto por pescadores en el sector de La Puntica, quienes “lo sacaron del río y lo colocaron en la orilla”, reportó en su momento la Policía Nacional. En medio de la inspección técnica al cadáver, se confirmó que tenía cinco lesiones y se especificó que en la zona donde ocurrieron los hechos hay fuerte presencia del Clan del Golfo, la organización ilegal que controla el tráfico de drogas y el cobro de extorsiones.

Sus restos llegaron a Aguachica y la velación fue en la funeraria Los Olivos, el 29 de diciembre. El sicario, en compañía de tres aliados, sabía que la Diabla estaba en ese sitio: fueron a buscarla y no la observaron. Según el registro de las cámaras de seguridad, ellos estuvieron dando vueltas por la manzana y uno de los implicados reconoció la camioneta de alta gama en la que se movía la mujer, parqueada en las inmediaciones del restaurante Sorbetes y Jugos.

La masacre en Aguachica

La Diabla estaba almorzando con un grupo de personas en una mesa contigua a la que se encontraba la familia pastoral y vestía igual que Ángela Lora, situaciones que habrían facilitado la desorientación del asesino. Ella escapó del restaurante y el supuesto sicario habría sido alertado del error: abandonó la escena del crimen y persiguió a la mujer por la calle quinta a bordo de una motocicleta de color negro, desde donde le lanzó varios disparos y no la afectó.

Después de rendir testimonio ante la Policía Nacional, Zaida Andrea Sánchez salió de Aguachica y llegó a Bogotá. Aparentemente, no le gustó el clima de la capital del país y se trasladó hacia Medellín, donde pretendía arrendar un apartamento para vivir con su hijo. Ella fue perseguida en todo momento por sus asesinos, según las averiguaciones de las autoridades, y finalmente la atacaron a disparos a las afueras de un hotel del Valle de Aburrá.

Los dos hombres que habrían tenido protagonismo en el crimen de la Diabla fueron detenidos en la ciudad de Barranquilla. Mientras que los cuatro sujetos detrás de la masacre de los pastores de Aguachica, que en un principio iban por la Diabla, fueron atrapados en el área metropolitana de Cúcuta. En medio de las audiencias, ninguno de los detenidos aceptó los cargos y fueron enviados a la cárcel en tanto avanzan las investigaciones en su contra.