
Opinión
Claudia López y su amado deshonesto
Claudia López quedó como una bocona. O tal vez ya lo era. Esta semana, el Tribunal Superior de Bogotá ordenó la captura de Carlos Ramón González.
Siendo alcaldesa de Bogotá, Claudia Nayibe López viajó a Bucaramanga en junio de 2022 para acompañar a su jefe político, el fundador de la Alianza Verde, Carlos Ramón González, durante la condecoración que le impuso el Concejo de la capital de Santander.
López dijo que estaba en Bucaramanga para “exaltar a un gran amigo como Carlos Ramón. Muy merecido este reconocimiento para Carlos Ramón; Carlos Ramón se ha jugado toda su vida por sus convicciones, es un extraordinario innovador empresarial y por eso lo queremos, lo apreciamos, lo respetamos. Por ese liderazgo todos exaltamos con mucho afecto y con mucho cariño a Carlos Ramón, le reconocemos su trayectoria, su talante, lo que nos ha enseñado, lo que nos ha aportado y lo que nos va a seguir aportando, porque va a haber Carlos Ramón para rato. Lo necesitamos ahora más que nunca, porque su sapiencia va a ser fundamental para la construcción de ese frente amplio entre la sociedad colombiana, las mujeres, los jóvenes, las diferentes fuerzas sociales y políticas que confluimos en la elección de Gustavo Petro y de nuestra maravillosa vicepresidenta Francia Márquez”.
Claudia López quedó como una bocona. O tal vez ya lo era. Esta semana, el Tribunal Superior de Bogotá ordenó la captura de Carlos Ramón González, acusado por ordenar sobornos al presidente del Senado, Iván Name, y al presidente de la Cámara de Representantes, Andrés Calle. Efectivamente, va a haber Carlos Ramón para rato, en las páginas judiciales y en los registros de la Fiscalía.
En junio de 2022 ya se conocían los turbios antecedentes del amado Carlos Ramón. En 2005, hace 20 años, Carlos Ramón confesó su responsabilidad criminal en un escándalo derivado de su elección al Concejo de Bucaramanga, el mismo Concejo que luego lo condecoró con la presencia de Claudia López. La Corte Constitucional indicó: “No deja de producir asombro que al final de la demanda de tutela del señor González se termine por admitir su responsabilidad criminal en la perpetración de actos engañosos para con el Consejo Nacional Electoral en términos tan explícitos como los siguientes: ‘Lo que realizó el señor Carlos Ramón González Merchán fue engañar al Consejo Nacional Electoral suministrando datos errados, falaces, quiere ello decir que su conducta es típica de fraude procesal, porque indujo en error a la administración, con el propósito de obtener un acto administrativo que le aprobara las cuentas’”. Esa decisión la firmaron los magistrados Manuel José Cepeda, Jaime Córdoba Triviño y Rodrigo Escobar Gil.
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En 2001, el Tribunal Superior de Bucaramanga condenó a Carlos Ramón González por el delito de falsedad en documento privado a 18 meses de prisión. González “consignó datos inverídicos en el balance contable que presentó ante el Consejo Nacional Electoral con ocasión de los comicios del 26 de octubre de 1997”, según la sentencia. En esa fecha, Carlos Ramón fue elegido concejal de Bucaramanga, aprovechándose de contratos oficiales, es decir, jugándosela por sus convicciones.
El Instituto de Salud de Bucaramanga (Isabú) celebró contratos de vigilancia por 117 millones de pesos con una entidad, Alborada, cuya dirección era la sede de la campaña política de Carlos Ramón. De esa suma, 29 millones de pesos entraron al patrimonio personal de Carlos Ramón y fueron utilizados para su campaña al Concejo, según consta en el expediente. Los cheques recibidos por Hender Humberto Flórez Medina, Edwing Marvin Villarreal y Mariela Serrano Avellaneda, de Alborada, fueron cobrados por ventanilla y consignados en la cuenta personal de Carlos Ramón. En esa misma cuenta, Luz Dana Leal Ruiz consignó 5 millones de pesos que el Isabú giró a Alborada. Luz Dana Leal Ruiz es hoy la esposa de Carlos Ramón. En marzo renunció a un alto cargo en el Sena, donde la nombró el maravilloso Gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez. En el expediente consta la siguiente conclusión: “Con el fin de ocultar la existencia de dineros que fueron girados a González Merchán a través de terceros, y este con el fin igualmente de ocultar dineros fuera del tope señalado por el Consejo Electoral, se adulteraron los libros de contabilidad, se realizaron falsos balances y se elaboraron recibos de pago por diferentes actividades que no se realizaron”.
Claudia López exaltó a Carlos Ramón como “extraordinario innovador empresarial”. Lo es. En 2016, la empresa de Carlos Ramón y su esposa adquirió por 603 millones de pesos un edificio de 17 pisos y 95 apartamentos en Bucaramanga. El edificio valía por lo menos 10.000 millones de pesos. La empresa tenía capital de apenas 400 millones de pesos, y la Dian la clasificó como microempresa, pero prestó 9.000 millones de pesos al constructor del edificio. Un extraordinario innovador empresarial.