Guillermo Valencia Columna Semana

OPINIÓN

De recolectores a un futuro multiplanetario

Durante milenios, el crecimiento fue lento, limitado por las tecnologías y recursos disponibles.

Guillermo Valencia
1 de abril de 2025

La energía ha sido el motor silencioso de la civilización, un pilar que ha definido el progreso humano desde los albores de nuestra existencia.

 Inspirado por el trabajo seminal de Vaclav Smil en Energy and Civilization: A History, este análisis traza la evolución de la demanda de energía por persona a lo largo de la historia, desde los recolectores primitivos hasta un futuro especulativo donde la humanidad se expande más allá de la Tierra, hacia una era multiplanetaria.

Gráfica evolución, consumo energético.
Gráfica evolución, consumo energético. | Foto: SEMANA

El gráfico que acompaña este artículo ilustra esta trayectoria, revelando no solo cómo hemos llegado hasta aquí, sino también hacia dónde podríamos dirigirnos en términos de consumo energético.

Los Orígenes: Una Existencia de Subsistencia Hace unos 12,000 años, en el 10,000 a.C., los humanos primitivos vivían como recolectores y cazadores, dependiendo de la energía de sus propios cuerpos y del fuego para sobrevivir.

Smil estima que su consumo energético era de apenas 5-6 GJ por persona al año, lo que equivale a unos 1,500 kWh anuales, destinados principalmente a alimentos y leña para calentarse. Para el 5,000 a.C., las primeras sociedades agrícolas emergieron, incrementando el uso de energía a 10 GJ por persona al año, o 2,778 kWh, al incluir forraje para animales y madera para calefacción.

En el apogeo del Imperio Romano, alrededor del 1 d.C., el consumo energético alcanzó los 20 GJ por persona al año, unos 5,556 kWh, con alimentos y forraje representando el 45% de este total. Durante milenios, el crecimiento fue lento, limitado por las tecnologías y recursos disponibles.

El Punto de Inflexión: La Revolución Industrial El verdadero cambio llegó con la Revolución Industrial. En 1800, en el umbral de esta era transformadora, el consumo energético global promediaba 20 EJ para una población de aproximadamente mil millones, con un 98% proveniente de biomasa como madera y carbón vegetal.

Esto se traducía en unos 20 GJ por persona al año, similar a los niveles romanos, pero con un cambio incipiente hacia el carbón. Para 1900, el suministro energético global se duplicó a 43 EJ, con un 50% proveniente de combustibles fósiles, principalmente carbón.

En regiones de altos ingresos como el Reino Unido, el consumo per cápita alcanzó los 50 GJ, o 13,889 kWh por persona al año, marcando un aumento del 150% en un siglo, a una tasa de crecimiento anual promedio del 1.5%. Este período marcó el inicio de una aceleración sin precedentes en el uso de energía, impulsada por la industrialización y la urbanización.

La Era Moderna y el Auge de la IA:Avanzando al 2010, las sociedades modernas de altos ingresos, como Estados Unidos, consumían 50 veces más energía que los recolectores primitivos, alrededor de 250 GJ por persona al año, o 69,445 kWh.

Solo la electricidad representaba unos 13 MWh (13,000 kWh) por persona, pero el total incluía combustibles fósiles para transporte, calefacción e industria. Para 2022, el auge de la inteligencia artificial (IA) elevó aún más esta demanda.

La investigación indica que entrenar un solo modelo de IA puede emitir tanto CO2 como cinco automóviles durante su vida útil, y los centros de datos y redes inteligentes están aumentando el consumo energético. Estimamos un incremento del 10% en el uso de energía per cápita debido a la IA, alcanzando 76,389 kWh por persona al año en regiones de altos ingresos.

Según datos de la IEA (Global Energy Review 2025), la demanda de electricidad creció un 4.3% en 2024, impulsada por centros de datos y la IA, con economías emergentes contribuyendo al 80% de este aumento. Proyectando un crecimiento anual del 4% hasta 2025, el consumo energético per cápita en regiones de altos ingresos podría llegar a 85,987 kWh por persona al año.

Un Futuro Multiplanetario: La Próxima Frontera Mirando hacia el futuro, extrapolamos el consumo energético hasta 2110, asumiendo una tasa de crecimiento anual del 1.5%, similar a la de la Revolución Industrial, para reflejar avances tecnológicos, la integración de la IA y la expansión multiplanetaria.

Desde 2025 (85,987 kWh) hasta 2110, un período de 85 años, el consumo podría alcanzar los 306,114 kWh por persona al año. Este escenario, etiquetado como “Multi-Planetary”, imagina una civilización que ha establecido asentamientos en Marte y más allá, donde la energía es crucial para viajes espaciales, sistemas de soporte vital y esfuerzos de terraformación.

 Tecnologías como la energía de fusión o la solar basada en el espacio podrían sustentar este nivel de consumo, alineándose con la visión de Smil de la energía como el pilar del progreso humano.

Lecciones de Smil para el Futuro El gráfico ilustra una verdad fundamental de Smil: la energía ha sido y seguirá siendo la base de la civilización. La aceleración post-Revolución Industrial, marcada por un aumento exponencial en el consumo energético, subraya cómo los avances tecnológicos transforman nuestras sociedades.

Sin embargo, Smil también nos advierte sobre la complejidad de las transiciones energéticas. Mientras nos dirigimos hacia un futuro multiplanetario, debemos equilibrar esta creciente demanda con la sostenibilidad, aprovechando fuentes de energía renovables y tecnologías avanzadas para alimentar nuestra próxima gran aventura cósmica. La energía no solo impulsa nuestro presente; define nuestro destino.

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