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Opinión

Del Catatumbo a Laura Sarabia 

Esta crisis que apenas está comenzando va a ser el legado del Gobierno de Gustavo Petro, una Colombia que se doblega ante el narcotráfico región por región.

Francisco Santos
25 de enero de 2025

Es fácil y difícil a la vez. Un columnista encuentra un tema, luego investiga, busca información y se lanza a escribir. No es fácil y hay semanas en las que encontrar un tema que valga la pena cuesta mucho trabajo. Sin embargo, lo opuesto es excepcional. Y ciertamente solo se da en Gobiernos excepcionales por sus grandes decisiones que dejan resultados fundamentales, que cambian a una sociedad o a un país, o, al contrario, sus grandes errores que desembocan en grandes crisis económicas, militares, morales o económicas.

El nombramiento de Laura Sarabia como canciller de Colombia, por un lado, y la guerra en el Catatumbo con apoyo de Venezuela y su mafia en el poder, por el otro, forman parte de esos momentos excepcionales que en este caso son producto del Gobierno corrupto, ineficaz y descuidado que tenemos en el país. Además, su política de paz total, que tiene a Colombia en el momento de la mayor intervención e injerencia extranjera de la historia con el mayor debilitamiento de la fuerza pública, por cierto, no tiene ninguna posibilidad de contrapeso diplomático, pues el nombramiento de una persona sin experiencia en el tema y con inmensos cuestionamientos por corrupción y abuso de poder, para ser generosos, dejan a nuestro país y a la democracia en un momento de debilidad internacional solo comparable con la época del presidente electo con dineros del narcotráfico Ernesto Samper.

¿Será esa la razón del apoyo irrestricto de Samper a Petro? Ambos tienen el mismo rabo de paja, solo recordemos los mensajes de otro beneficiado de la política de nombramientos en la que el crimen paga, Armando Benedetti, con la canciller recién nombrada Laura Sarabia. Aún no sabemos esos 15.000 millones ilegales, y quién sabe cuántos más, que entraron a la campaña de quién eran. ¿De Venezuela? ¿De los narcos?

Antes de volver a la crisis en nuestra diplomacia por el nombramiento de una mujer llena de escándalos, volvamos a la terrible situación del Catatumbo. Lo primero es que queda claro el apoyo de Venezuela para esta operación, cuyo traslado de tropas se dio por ese país. Como si esto fuera poco, la aparición del mafioso menor Diosdado Cabello en la frontera, dizque para recibir a miles de venezolanos que habían salido hace años por la crisis que él mismo ayudó a generar, es más que un simbolismo, forma parte de esa amenaza clara hacia el país, que junto con los misiles en la frontera consolidan una política hostil hacia Colombia, sea quien sea el presidente. Habría que agregar a esta ironía que Cabello no se apareció cuando millones emigraban y además calló lo que todos sabíamos que estaba pasando con los venezolanos que llegaban al Catatumbo, eran explotados, casi que esclavizados, por el ELN en su negocio de narcotráfico en la región.

Lo que pasa en el Catatumbo, además, viene con todo el apoyo que tiene el ELN en Arauca, donde los recursos públicos, en su gran mayoría, terminan en manos de esa organización terrorista y criminal. El IVA, las regalías, las transferencias del Gobierno nacional y los impuestos hoy en ese departamento financian al ELN y su operación en el Catatumbo con el apoyo, además, de las Fuerzas Militares venezolanas.

¿Por qué el Catatumbo? El ELN quiere convertirse en el primer cartel de la coca en el continente, pues las hectáreas, que eran 22.000 en 2022, hoy deben estar por encima de las 50.000. Esta operación criminal, además, cuenta con dos elementos fundamentales: primero, la mayor productividad que hoy se da en la coca –ha crecido cerca del 30 por ciento por hectárea– y, segundo, tienen el más grande laboratorio de transformación, empaque y exportación: Venezuela.

Hoy ese país es el epicentro del negocio de la coca en el continente. Funciona como el New York Stock Exchange, pero en vez de acciones se negocia coca. Con el valor añadido que de allí sale empacado y transformado al destino que el comprador quiere y exportado con el sello de garantía de la impunidad de Nicolás Maduro y compañía. El ELN, que es una guerrilla binacional y cuenta con todo el apoyo de Maduro, quiere formar parte principal de ese negocio y por ello batalla cada milímetro del Catatumbo no solo a las Farc, sino a las disidencias del EPL, de las que no se habla.

Ejército débil, Gobierno inepto y Cancillería entregada a la corrupción y la ineficacia, herencia también del anterior canciller, quien, por cierto, no se puede esconder, esta crisis que apenas está comenzando va a ser el legado del Gobierno de Gustavo Petro, una Colombia que se doblega ante el narcotráfico región por región.

Hace unos días hablé con un ciudadano de Istmina, Chocó, quien me contó que todo el mundo está dedicado a sembrar coca, pues lo hacen sin costo alguno. Esa es la política antidrogas de Petro, que junto con su paz total, que fortalece a los grupos armados y debilita a las Fuerzas Militares y de Policía, les entrega región tras región a la criminalidad y al narcotráfico. Así están Putumayo, Caquetá, Nariño, Cauca, partes del Valle, Vichada, Arauca, Norte de Santander, partes de Antioquia, Chocó y el sur de Bolívar. Lo del Catatumbo ya se está dando en el sur del Valle y en el norte de Cauca, donde Farc y ELN se enfrentan con indígenas en la mitad; en algunos casos, sectores apoyando a uno y a otro, poniendo los muertos mientras sus organizaciones, la Onic y el Cric, reciben cientos de miles de millones del Gobierno y no hacen nada.

¿Y la canciller qué? No vale la pena desgastarse más en esa vergüenza. ¡¡¡Viva el cambiooooo!!!

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