Opinión
El descrédito educativo del Gobierno Petro
La educación superior de Colombia afronta una de sus más complejas crisis por cuenta de la recién y descabellada propuesta presidencial.
Para Platón, la educación del hombre y en especial del gobernante es el único camino para llegar a conformar una sociedad justa. Además de camino, considera a la educación como instrumento que permite modelar la sociedad hacia el ideal, evitando ser permeada por los distintos vientos de ‘cambio’ y promesas sin sentido. En el mismo sentido, Sócrates, le atribuye a la educación la característica principal de ser una operación del alma, identificando claramente los riesgos que ello implica. Esto es a lo que se expone una persona al ser educada de forma inadecuada o incorrecta.
Ciertamente, la educación en Colombia ha sido uno de los puntos de debate más álgidos y que ha concitado a una profunda discusión política y presupuestal, y no podría ser de otra forma. La esencia misma de la sociedad depende en gran medida de cómo la educación se constituye en ese valioso instrumento de justicia dentro de un conglomerado social.
La educación superior de Colombia afronta una de sus más complejas crisis por cuenta de la recién y descabellada propuesta presidencial. El gobierno observa cómo sus políticas, —incluida la educativa— fracasan estrepitosamente. Por ello, busca una tardía e inoperante solución al desfinanciamiento de la educación, fruto de su ya conocida incompetencia.
Para escudar su propia negligencia, el presidente acude a la recurrente utilización de eufemismos, improperios y descalificativos en contra de sectores de la sociedad y el sistema educativo. Incluso no se salva de su verborrea quien dirigió inicialmente su cartera de educación. El presidente nos deja claro que es incapaz de hacer y más incapaz aún de comunicar y reconocer sus fracasos. Insulta la inteligencia a los estudiantes colombianos a quienes se les tiene por menos y se les vende un discurso traído de los cabellos y que no promueve nada distinto a la lucha de odios, clases y ahora, sectores y rangos educativos.
Tendencias
Recordemos que Petro prometió la creación de un ‘crédito social’ que a la fecha no existe. De los $ 7,3 billones para educación superior en 2025, solo aprobarán $ 4,6. Lo anterior implica la existencia de un recorte del 33 % del presupuesto y hasta un 47 % en líneas de crédito que trae como consecuencia que 332.000 estudiantes activos se encuentren en riesgo de
no continuar sus estudios por impagos del Icetex en 2024, en tanto que unos 60.000 nuevos créditos para 2025 no podrían adjudicarse.
La cifra actual es que 931.000 colombianos son beneficiarios activos de crédito, ya sea que están estudiando o se encuentran en su etapa de pago. De ellos, 505.000 cuentan con crédito a través del modelo de fondos condonables con recursos que administra el Icetex —es decir, que los estudiantes no deben pagar una vez cumplan con requisitos como la graduación— y 426.000 a través de las líneas de crédito reembolsable con recursos propios de la entidad.
De este casi millón de beneficiarios actuales, 690.000 personas actualmente están en época de estudios de su programa académico con estos apoyos —bien en modalidades reembolsables o condonables—, lo que significa que el crédito destinado o administrado por el Icetex hoy acompaña a tres de cada diez colombianos matriculados en la educación superior.
La desleal estrategia es conocida. Primero inflan el presupuesto con el fin de vender la noticia —o más bien la mentira— y luego lo recortan. La mala fe del Ejecutivo para con los estudiantes es notable, este gobierno no ha girado los recursos dispuestos a las universidades y mucho menos a los estudiantes.
Ahora, el panorama para el próximo año se estima sombrío. Como se anunció, el Ministerio recortará el presupuesto del Icetex de 1,2 billones de pesos a $ 859.036 millones, afectará las líneas de crédito y los subsidios destinados a la manutención y la tasa de interés de los beneficiarios actuales; las consecuencias son predecibles.
Por su parte, la propuesta de reforma al Icetex no tiene pies ni cabeza, el delirante “banco digital del saber” tiene el mismo presente y futuro que el “banco muisca” y otras tantas vanas promesas de Petro. Asimismo, la ilusión de los 500 mil cupos nuevos en educación superior pasará a ser un indicador más de incumplimiento e ineficiencia, que ya se constituye como característica e impronta del gobierno del cambio.
Es posible hacer bien las cosas. En el 2021-2, aún en tiempos de pandemia, se adoptó matrícula cero para estudiantes de instituciones públicas pertenecientes a los estratos 1,2 y 3. A diciembre del 2023 se reportaron 247.000 beneficiarios del programa Generación E, el cual brindaba oportunidades a estudiantes vulnerables con acceso, permanencia y graduación en la Educación Superior. En el gobierno Duque se proyectaban 700.000 beneficiarios a finalizar el gobierno.
Es hora de asumir la educación con responsabilidad, no le podemos fallar a nuestros miles de jóvenes que ven como menguan sus expectativas y aspiraciones de un desarrollo y propósito de vida. Es posible pensar en que el Estado asuma una verdadera noción proteccionista a sus estudiantes, garantizando condiciones de disponibilidad, accesibilidad, permanencia y calidad en la educación.