
Opinión
El dictador
Empresarios, políticos y ciudadanos, debemos actuar ya y planear las acciones para este año. Decretazo y asamblea constituyente fueron las acciones y las propuestas del dictador en esta semana.
Las cosas hay que llamarlas por su nombre. Gustavo Petro ya no es el presidente democráticamente electo de Colombia. Es el dictador de Colombia. Su decisión de pasar por encima del Congreso y romper la institucionalidad democrática, además de chantajear con una asamblea constituyente, es el inicio del fin de la democracia si no lo frenamos.
En Perú, el presidente destituido Pedro Castillo quiso cerrar el Congreso, razón por la cual está en la cárcel. Acá Petro hizo lo mismo, pues con su decreto no solo acaba con el Poder Legislativo, sino que además se erige, como lo dice su ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, como el único intérprete de la Constitución por encima incluso de las cortes.
Así de grave está la situación. No podemos pensar que eso va a pasar o que solo queda un año, así pensaron los venezolanos y miren cómo acabaron. Petro se quitó la careta. El columnista y comentarista radial de izquierda Aurelio Suárez puso un trino contundente con el que estoy totalmente de acuerdo. “Ante un presidente autoritario y un ministro que tortura la Constitución hasta que cante, el camino es la resistencia civil”.
Sí, ya hay que comenzar a planear y ejecutar muchas más acciones de resistencia civil, porque si no, Petro se acaba quedando. Lo llevo diciendo dos años y por fin veo que importantes sectores de la sociedad lo están entendiendo. Ojalá lo asuman, pues la batalla que viene va a ser muy dura. La primera es este domingo, las marchas del silencio, que a lo largo y ancho del país deben comenzar a mandar dos mensajes: no nos rendimos ante los violentos y no dejamos que Petro acabe con la democracia.
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¿Qué otras acciones de resistencia civil podemos ejecutar? Muchas, siempre de acuerdo con la ley y la Constitución. Una, presionar a los miembros de la Comisión de Acusaciones del Congreso para que hagan su trabajo. Es una vergüenza lo que no han hecho y en especial los personajes afectos a Petro que han hecho de todo para que no pase nada. Uno, Alirio Uribe, que desde su ONG de derechos humanos le acolitaban de todo a Petro, las mieles del poder le hicieron olvidar por lo que había luchado. Pero no solo ellos, hay de muchos otros partidos que se han hecho los de la vista gorda. Son todos una vergüenza. Hay que cobrarles en las siguientes elecciones, si las hay, su actitud. Empezar ya es un deber. Ah, y en el próximo Gobierno se debe cambiar la manera de juzgar y sacar del poder a un presidente. Si tuviéramos un sistema que medio funcionara, Petro ya estaría en la calle, o en la cárcel, hace rato.
Hay que organizar la calle, incluso con quienes estén listos a arriesgar la vida para confrontar la primera línea, que no demora en salir al baile. Y si la minga pagada quiere venir a Bogotá o a Cali o a donde sea a armar desorden, estar listos a confrontarlos y subir el costo de quienes los transportan.
Debemos empezar a ordenar acciones que le duelan al Gobierno. La primera, empezar a no pagar impuestos como el IVA o la retención en la fuente. Consignarlas en un lugar seguro donde den rendimientos, y cuando el Gobierno ya no pueda más y acepte la democracia, la separación de poderes y el proceso electoral, devolverle esos recursos. Convencer a los funcionarios de la Dian para que se sumen a esta resistencia civil es una tarea fundamental.
Retomar las ideas de ese gran demócrata, Mahatma Gandhi, y comenzar a hacer grandes manifestaciones pacíficas en las que se rodee el Palacio de Nariño, para mostrar fuerza, y el Congreso, las cortes o la Registraduría Nacional para protegerlos, y así puedan actuar de acuerdo con la Constitución y la ley sin temor al dictador. Calle, calle, calle es lo que se va a necesitar, pero organizada y con objetivos políticos y geográficos concretos. La marcha del domingo es un buen comienzo, pero hay que entender que se necesita un activismo en la calle más “duro”. Ellos saben lo que es eso y lo van a usar. La respuesta no puede ser una marcha más.
Los empresarios y los ciudadanos debemos preparar un paro nacional. Vamos a tener que hacerlo, pues Petro va a continuar en su camino hacia la dictadura del pueblo, como él la llama. Peor aún, ahora que tiene a ese chisgarabís de ministro de Justicia que justifica sus barbaridades. Claro, esta es una opción muy radical, pero la debemos tener lista, pues quien ocupa el Palacio de Nariño es una persona inestable y con problemas de adicción, de la cual se puede esperar cualquier cosa.
La violencia contra los candidatos de oposición va a aumentar, no les quepa la menor duda. Ya hay información sobre posibles atentados contra Álvaro Uribe, Vicky Dávila y María Fernanda Cabal. Pero cualquiera está en peligro y, con la poquísima protección que tienen, todos son carne de cañón.
Eso sí, los terroristas que asesinaron, violaron y secuestraron a Colombia durante 40 años tienen seguridad hasta la coronilla. Gracias, presidente Santos, por ese “favor” que le hizo al país. El presupuesto de la UNP para proteger a los candidatos presidenciales, quienes verdaderamente están en riesgo, es pírrico comparado con la millonada descarada que les dan a los terroristas de las Farc que “cuidan” a los suyos. Otra vergüenza que se debe terminar.
Manos a la obra. Empresarios, políticos y ciudadanos, debemos actuar ya y planear las acciones para este año. Decretazo y asamblea constituyente fueron las acciones y las propuestas del dictador en esta semana. ¿No les parece suficiente?