![Julio Londoño Paredes Columna Semana](https://www.semana.com/resizer/v2/25LHIYPCABEQ3IDPVFBJKJDHRY.jpg?auth=482a6cb93146de0f45815863c586340dd44bfffc87516f180d01ee70bba9754a&smart=true&quality=75&width=480)
Opinión
El “estado” del Catatumbo: indolencia e intereses
Las medidas que se tomen sobre el Catatumbo se quedarán escritas si el Estado no hace presencia real y continua en la región.
En medio del caos del Catatumbo, Maduro suelta la propuesta de crear una “zona económica especial” en la frontera colombo-venezolana. Esa es una idea que impulsó el presidente Carlos Lleras Restrepo. Una zona de estas características entre el departamento de Norte de Santander y el estado Táchira sería la redención para el Catatumbo.
La coca se extendió por el Catatumbo desde hace años ante la indiferencia de los dos gobiernos. En Colombia, el Estado se fue replegando paulatinamente y el control fue asumido por los capos de la coca, hasta el punto que obligaron al Gobierno a suspender las aspersiones y la persecución contra la comercialización de la cocaína. La ruta normal de salida es Venezuela, donde se benefician miembros de la Guardia Nacional, policías locales, generales y altos funcionarios regionales y nacionales.
La gente se olvida de que, en tiempos de Chávez, la situación en los estados de Zulia y Táchira era muy grave a causa de los secuestros y las extorsiones a ganaderos y agricultores venezolanos por grupos armados colombianos, que en ocasiones atacaban también a puestos del ejército y de la Guardia Nacional. Las fuerzas armadas venezolanas eran impotentes.
Surgió entonces un acuerdo tácito: los grupos podían permanecer en Venezuela eludiendo la acción militar y policial de Colombia, con la condición de que no actuaran contra la población civil y, naturalmente, contra las fuerzas armadas de ese país. Algo parecido a lo que sucedió en la frontera colombo-ecuatoriana con las Farc durante el gobierno de Correa.
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Norte de Santander, durante décadas, fue más venezolano que colombiano, ya que no tenía acceso a la arteria fundamental de comunicación colombiana que era el río Magdalena.
El río Catatumbo, que desemboca en el lago de Maracaibo, fue la puerta para el desarrollo del departamento. Por él ingresaba a Cúcuta y al departamento prácticamente todo. Los productos importados de Europa y de Estados Unidos hicieron de la capital nortesantandereana un emporio de progreso, que no se veía ni siquiera en las grandes ciudades de nuestro país. A la vez, por esa vía, se exportaba hacia el mundo cacao, café, tabaco y añil.
La vía era tan importante, que casi simultáneamente se construyeron dos ferrocarriles. En Colombia, el de Cúcuta, que iba desde Villa del Rosario y Cúcuta hasta Puerto Santander sobre el río La Grita. En Venezuela, el Gran Ferrocarril del Táchira, que desde el estado Táchira llevaba a “Encontrados” en la desembocadura del río Zulia en el Catatumbo, por el que se navegaba hacia el lago de Maracaibo y el Caribe. Sin embargo, poco a poco todo se vino abajo.
Ahora, el Catatumbo está colmado de coca mientras que grupos armados pugnan por las rutas. La zona económica de Maduro sería —entonces— una especie de “estado bisagra” bajo el control de los grupos armados, apoyados por Venezuela, en donde vivirían muy tranquilos y podrían comercializar la cocaína repartiendo sus ingresos amablemente con las autoridades de la hermana república.
Todas las medidas que se tomen sobre el Catatumbo se quedarán escritas si el Estado no hace una presencia real y permanente en la región y si las autoridades venezolanas se siguen lucrando de la cocaína. ¿Cuándo será eso?