OPINIÓN
El juego final de la geopolítica
Nos encontramos en la apertura de un juego geopolítico, en el cual China y Estados Unidos compiten por materias primas, tecnologías y energía. El mayor riesgo es no tener exposición a juego final de esta competición.
El flujo de acontecimientos de los últimos días no cesa. Existe la potencial quiebra de First Republic Bank, ¿habrá recesión en Estados Unidos?, vemos una debilidad del dólar; el líder chino, Xi Jinping, hablando con Vladimir Putin, Lula da Silva y Mohamed Bin Salmán. El plan que destacan los medios, la creación de una alternativa al dólar.
¿Cómo entender estos hechos? Desde Scale pensamos este tablero como el de un ajedrez en el que hay poderes geopolíticos en competición. En este existe una apertura, un medio juego y un juego final.
Lo que hemos visto se corresponde con la apertura. Es decir, apenas están comenzando a posicionarse las fichas en el tablero de tecnología y en el de dominancia geopolítica.
¿Cuál va a ser el juego final? ¿Quién va a ganar? ¿Qué va a definir el nuevo orden mundial?
Tendencias
Ese nuevo orden mundial tiene que ver con la convergencia de tecnologías, que den paso a un nuevo sistema de producción.
Para liberar el potencial de ese nuevo sistema necesitamos un cambio social. Ese proceso ya está ocurriendo. Lo vemos en la profunda polarización política en Estados Unidos y una China que optó por una autocracia que ha logrado contener cualquier oposición. Mientras tanto, los liderazgos en los mercados emergentes han centrado su discurso en la desigualdad, pero sin construir un camino hacia la productividad. Y la productividad, justamente, es la palabra que podrá cambiar el juego. Las tecnologías como inteligencia artificial, computación cuántica y nuevas formas de obtener energía serán parte de este juego final.
Hoy, invertir basado solamente en la diversificación puede no ser suficiente, debido a la intensa competencia entre países por la tecnología, las materias primas y el poder geopolítico.
¿Qué debe hacer un inversionista? La respuesta se encuentra en el juego final de la competencia geopolítica de China y Estados Unidos, en la convergencia de la tecnología y los cambios sociales necesarios para apoyar un nuevo sistema de producción.
El mayor riesgo es no estar expuesto a este juego final.