Julio Londoño Paredes Columna Semana

Opinión

Entre Petro y Trump

En ocasiones, como una de las leyes de la física, dos polos opuestos se atraen.

Julio Londoño Paredes
14 de marzo de 2025

Mientras que Trump le exige a Ucrania la aceptación de un alto al fuego por treinta días en la guerra con Rusia, Moscú todavía no se pronuncia. Pero aun en el caso de que la propuesta finalmente se consolidara, podría ser solamente un respiro temporal, ya que la guerra continuaría con renovado aliento, sembrando desolación y muerte hasta que Rusia consolide sus conquistas.

Ha ignorado el mandatario norteamericano a los demás países de la Otan, que no fueron invitados al encuentro en Arabia Saudita a pesar de ser partes activas en el conflicto.

Eso no le preocupa mucho a Trump, que continúa con decisiones que —al otro día— contradice. En esas condiciones, nadie sabe en Estados Unidos, o en el mundo, a qué atenerse. Mientras tanto, algunos funcionarios, para evitar que Musk los destituya, guardan discreto silencio o se unen a los planteamientos del presidente. De todas maneras, siempre tiene un grupo de corifeos que vociferaran: “¡Otros cuatro años!”.

Pero no hay que sorprenderse, porque por aquí las cosas no son muy diferentes. Para no ser acusados de traidores o incompetentes en los consejos de ministros televisados, muchos de los asesores inmediatos del jefe del Estado, para preservar sus puestos, aplauden entusiasmados todas las iniciativas. Para no quedarse atrás, la senadora Isabel Zuleta le pide a Petro incluir en la consulta popular la reelección y Benedetti afirma que “dieron papaya” para hacerlo.

Trump, en su primer mandato, citó a sus partidarios para presionar el desconocimiento de la elección de Biden. Varios se aparecieron con tridentes y caretas con cuernos. Petro, ante las dificultades que enfrentan algunos proyectos para su aprobación en el Congreso, ignora al poder legislativo y convoca a sus partidarios para que salgan a la calle para presionar al parlamento. Ojalá no lleven capuchas, cascos y escudos.

Trump indulta a los cabecillas de la asonada y nuestro presidente designa a protagonistas de las “protestas sociales” en importantes posiciones.

En el país, arde desde el Catatumbo hasta el Cauca y desde el Chocó hasta el Caquetá. Las masacres, los asesinatos, así como los soldados y policías muertos son parte de la vida cotidiana, a tiempo que los policías y un mayor del ejército secuestrados en el Cauca fueron condecorados con la medalla “Al valor” por el jefe del Estado.

Hay múltiples negociaciones de paz que buscan treguas, pero que han sido utilizadas para la consolidación y el control de las rutas del narcotráfico, así como para fortalecer a grupos armados.

En Moscú, en medio de la guerra y la muerte de millares, la gente no parece estar muy preocupada y continúa la vida normal con todos los atractivos, restaurantes y almacenes.

No muy diferente de lo que sucede aquí, donde no se consiguen boletas para conciertos en las principales ciudades, cuyos precios llegan hasta los diez millones de pesos. Los restaurantes están repletos, la venta de automóviles sofisticados aumenta progresivamente, lujosos centros comerciales surgen por todas partes y no se consiguen pasajes para ir a Europa, a Estados Unidos o a Dubái.

Prevalece la corrupción generalizada fomentada por el narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando, la figuración y el afán incontenible del poder.

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