Francisco José Mejía columna Semana

Opinión

Gustavo Petro sí pertenece a la estructura del narcotráfico

Los pactos de Petro con el narcotráfico lo volvieron parte de esa estructura, por eso Trump lo llamo narco y está en lo correcto.

Francisco Mejía
26 de octubre de 2025

Los carteles del narcotráfico son máquinas del mal que tienen muchas piezas para lograr su cometido. Sus integrantes más visibles son los jefes, luego están las mulas, los pilotos de avión y los capitanes de botes que transportan la droga, los que hacen el proceso de fabricación en los laboratorios y los agricultores que la producen. Pero hay otros integrantes que son cruciales para su funcionamiento, como son los sicarios y las estructuras armadas, los proveedores de insumos, los que lavan el dinero y los funcionarios corruptos. A todas esas personas que componen el negocio, les cabe el calificativo de narcos.

Sin ese componente de los funcionarios corruptos, que son una minoría, no funciona el negocio. Ellos son, por ejemplo, el funcionario del puerto que deja pasar el cargamento, el que no ve los aviones en los radares, el policía que levanta el retén en el momento indicado, el fiscal que esconde las pruebas o el congresista fletado que legisla en su favor. Todos los carteles, sin excepción, cuentan con integrantes de este tipo.

Esa es precisamente la razón por la cual Estados Unidos ha incluido a Petro en la lista OFAC; pertenecer a la estructura del narcotráfico como uno de esos funcionarios corruptos que hacen posible su negocio. Textualmente, el departamento del tesoro, entre otras cosas, dice: “Él (Petro) les ha dado beneficios a las organizaciones narcoterroristas bajo el auspicio de su plan “paz total” y “En 2024, compartió información confidencial obtenida a través de canales seguros de comunicación contra el lavado de dinero, poniendo en riesgo la integridad del sistema financiero internacional y llevando a la suspensión de la Unidad de Información y Análisis Financiero de Colombia (UIAF) del Grupo Egmont”. Ósea que aisló a Colombia en la cooperación para obtener la información necesaria para la trazabilidad de dineros de narcotráfico, con lo cual se blindan las fortunas del narcotráfico de su judicialización. Estos son hechos, no opiniones.

El comunicado no detalla los beneficios recibidos por los narcos con la paz total, pero esos todo el país los conoce: Ceses al fuego contra los carteles, lo que les ha permitido afianzar su dominio territorial y fortalecer sus infraestructuras de producción y cultivo; bloqueo a extradiciones de capos como alias Araña, jefe del cartel comandos de la frontera, o alias HH, del ELN, o Mocho Olmedo, de las disidencias, la extradición solo está habilitada para mandos medios, y la suspensión de la erradicación de cultivos ilícitos. Estos beneficios han logrado que se dispare la producción de cocaína en Colombia: según la ONU, en el 2024 se produjeron 2.664 toneladas, lo cual representa un incremento frente al 2022, o sea, en tan solo dos años del 53 %. El incremento más grande de la historia. Adicionalmente, las incautaciones de droga están en su nivel más bajo históricamente, como porcentaje de la producción. Nunca los carteles habían tenido a un funcionario corrupto más eficaz para su negocio, pero claro, lograron fichar al Presidente de la República. ¡Que dolor de patria!

Algunos le dieron a Petro el beneficio de la duda, en el sentido de que todas esas concesiones eran por la paz, pero visto el incremento desmesurado de la violencia que ha ocasionado esta política, el fortalecimiento de las estructuras armadas que nos alejan cada vez más de la paz, y el hecho de que aún así sigue vigente, ya no queda duda de que es parte de un acuerdo que se forjo en La Picota para ponerle votos y plata a Petro en su elección y, lo peor de todo, que el acuerdo sigue vigente para las elecciones de 2026. Estas fueron las palabras de Juan Fernando Petro para el programa Los Informantes, de Caracol Televisión: “Nosotros vimos que dirigidos desde las cárceles entre el norte de Santander, el Urabá antioqueño y el Magdalena Medio, Gustavo tuvo un millón y pico (de votos) que no tenía antes. Ahora, si te das cuenta, con ese millón y pico de votos fue que ganó. Y la plata entró, como quedó en evidencia en la conversación de Benedetti con Laura Sarabia cuando hablo de los 15 mil millones: “Nos vamos presos todos”, dijo.

Pruebas suficientes que son de público conocimiento para incluir a Petro en la OFAC, por hacer parte de las estructuras del narcotráfico, hay de sobra, pero el Departamento de Justicia de Estados Unidos tiene otras que no conocemos y saldrán a la luz cuando el proceso que hay contra Petro, según lo dijo el senador Bernie Moreno, culmine con una codena como es predecible. Ya se sabe que el Pollo Carvajal, un exmiembro del Cartel de los Soles, está dando información clave sobre el caso. Esa defensa a ultranza que hace Petro del Cartel de los Soles no es gratis. No hay que dejarse creer el cuento de que a Petro lo incluyeron en la lista OFAC por ser enemigo político de Trump. Trump tiene enemigos políticos en el mundo mucho más importantes que Petro, y no están en la OFAC, porque no son narcos.

En conclusión: Los pactos de Petro con el narcotráfico lo volvieron parte de esa estructura, por eso Trump lo llamo narco y está en lo correcto. A Petro le va llegando su hora: toda una vida burlando la justicia tiene sus límites y él se estrelló con el suyo: la justicia norteamericana. Por eso todas las instituciones tienen que estar alerta, especialmente la institucionalidad armada, porque cada vez es más alto para Petro el costo de dejar el poder. Los extraditables decían “prefiero una tumba en Colombia que una cárcel en USA”, Petro dirá: “prefiero el poder en Colombia que una cárcel en USA”. Aunque si le da por quedarse y puede, correrá la misma suerte de su amigo Maduro. Veremos…

Noticias Destacadas