OPINIÓN
La competitividad se construye en conjunto
Los buenos números que han dado en los últimos meses importantes sectores como por ejemplo el comercio al por menor, la industria manufacturera y la llegada de inversión extranjera, han estado atravesados por un factor en común: se trata de la construcción de una competitividad cada vez más robusta alimentada desde distintos frentes como el sector empresarial, el Gobierno Nacional, las autoridades regionales, la academia, entre otros. Un análisis de José Manuel Restrepo, ministro de Comercio, Industria y Turismo.
Y justamente el trabajo conjunto de estos actores ya ha mostrado que Colombia está escalando en importantes rankings internacionales de competitividad como el del prestigioso International Institute for Management Development (IMD) el cual este año reveló que entre 2018 y 2019 Colombia subió seis casillas (del puesto 58 al 52). Uno de los factores que condujo al país a este resultado fue una mayor eficiencia empresarial lo cual, de paso, implicó lograr productividad real agregada. También, la Nación mejoró por cuenta un desempeño económico superior.
Los esfuerzos que ha hecho el Gobierno de la mano del sector empresarial y de otros actores del desarrollo productivo son múltiples y, sin duda, han propiciado mejoras contundentes en competitividad. Un buen ejemplo que debe mencionarse es la facilitación del comercio exterior la cual ha procurado gestionar con rapidez las barreras a la hora de exportar e importar. Gracias a esta acción, los empresarios, el Gobierno y las autoridades de puertos, aeropuertos y zonas francas ya trabajan en implementar mejoras sustanciales en temas como inspecciones de carga y en el cumplimiento de trámites.
Segundo, otra forma de construir un país más competitivo –y en el que la relación de ciudadanos y empresarios con el Estado sea más eficiente- es la estrategia ‘Estado Simple, Colombia Ágil’ la cual ha permitido reducir la tramitomanía gracias a la eliminación, simplificación y automatización de procedimientos.
Por ejemplo, las cifras muestran que en importantes frentes como impuestos, calidad y comercio exterior hemos logrado 95, 57 y 32 modificaciones respectivamente. En total, desde que comenzó la administración del presidente de la República, Iván Duque, el Gobierno ha dejado en firme 1.111 intervenciones. Está claro, como lo he repetido en varios escenarios, que los empresarios deben estar haciendo negocios, no en largas filas en entidades locales y del Gobierno.
Otro de los logros para hacer de la economía colombiana una de las más competitivas de América Latina consistió en repotenciar el actual modelo de zonas francas con el fin de jalonar más inversión a las regiones y, por supuesto, generar mayor empleo y desarrollo. Así, por medio del Decreto 1054 de 2019, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo prorrogó la vigencia de las zonas francas hasta por 30 años y, también, dio claras señales de estabilidad jurídica a los inversionistas para hacer negocios en condiciones seguras.
Desde otro frente, el gobierno del presidente Duque también tomó la decisión de darle un nuevo aire al Sistema Nacional de Competitividad e Innovación -en el que tienen asiento entidades públicas y privadas- el cual busca promover el emprendimiento y la formalización empresarial para dinamizar la iniciativa privada, el impulso al desarrollo productivo, la adopción tecnológica y la innovación continuada en las empresas, el aprovechamiento de los mercados internacionales, el estímulo a la inversión y, también, la mejora regulatoria, la simplificación normativa y el fortalecimiento de la libre competencia.
En línea con el trabajo que se ha adelantado desde el Sistema, el Gobierno ha trabajado con las Comisiones de Competitividad e Innovación de todos los departamentos con el propósito claro de que las regiones alcancen un desarrollo productivo conjunto y que esté alineado con la construcción de la equidad. Además, han sido construidas las Agendas Departamentales de Competitividad e Innovación de nueve regiones las cuales abarcan ya 278 programas priorizados.
Por otra parte, valga recordarlo, el Plan Nacional de Desarrollo aprobado recientemente provee herramientas suficientes para que Colombia continúe su avance competitivo. Por ejemplo, a través de esta hoja de ruta las empresas, los emprendedores y los actores de la economía naranja contarán con instrumentos que les permitirán aportar a la transformación productiva de una nación que tiene la meta de ser más formal, equitativa y competitiva.
Aunque es bastante el trabajo que queda para lograr un país plenamente competitivo y subir casillas en los principales escalafones mundiales, el Gobierno tiene claro que buscará sinergias con los distintos actores del desarrollo productivo, proveerá suficientes fuentes de crédito empresarial, facilitará la creación de nuevas compañías, promoverá la libre competencia y hará de la calidad un estándar que guíe la producción de las empresas.