
Opinión
La patria está en peligro
Protejamos la democracia.
Colombia se encuentra al borde del caos total y los colombianos están hastiados tanto de la violencia, como de la inseguridad y la corrupción. En cualquier lugar del planeta, el empleo de la bestialidad es el peor de los caminos para lograr o para mantener el poder. La vida es el máximo don que puede tener el ser humano y cuando se pierde, no existe poder divino o humano para recuperarla, por tanto, esta es digna del mayor de los respetos, como lo reconocen todas las sociedades, leyes y organizaciones mundiales.
Se debe respetar a las instituciones y a los ciudadanos, honrando sus derechos constitucionales, pero exigiendo el cumplimiento de sus deberes; por consiguiente, sembrar odio e incentivar la lucha de clases desde las tribunas o desde las ‘bodegas’, además de ser vil, propicia la violencia.
El reciente atentado contra la vida del senador Miguel Uribe muestra que los delincuentes desprecian la vida, pero además, que creen que por medio del crimen pueden acabar con las ideas y propósitos de las personas, como ocurrió a finales del siglo XX por cuenta del narcotráfico.
Muchos colombianos se preguntan hoy si actos demenciales, como este intento de magnicidio, son el preámbulo del ‘nuevo estallido social’ que se está animando desde las altas esferas del poder o si es el punto de partida para que se produzca la ‘guerra civil’ que tanto añoran los dictadores para reinar sobre las cenizas de países destrozados.
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Con este atentado a la democracia se corrobora que la patria se encuentra en peligro y que solo la voluntad de los ciudadanos de bien podrá darle el giro que requiere la dirección política que actualmente renquea en el país.
Posiblemente, estamos cosechando los nefastos resultados del discurso populista que busca enfrentar a la población con quienes son calificados de oligarquía; pero también los bandidos confían en obtener la impunidad, como lo observaron en la protección otorgada a delincuentes de todas las pelambres, para que la acción de la justicia sea ralentizada o en muchos casos, probablemente, omitida, lo cual envalentona a los delincuentes que a pesar de sus crímenes buscan convertirse en gestores de paz o gestores de convivencia.
El irrespeto desde los más altos escalones del gobierno a la Constitución, a los poderes públicos, a las instituciones y a sus representantes genera anarquía; insistir en adelantar una ‘consulta popular’ que ha sido rechazada por el senado, donde se encuentran los representantes del pueblo colombiano, solo puede indicar que hay ‘gato encerrado’ y confirma lo que vuela de boca en boca que es la intención de implantar la reelección o la extensión del período presidencial, para terminar de destruir el país que ha sido totalmente polarizado.
No se puede desconocer que empobrecieron a Colombia por las malas políticas gubernamentales, pero especialmente por la creación de subsidios y de miles de empleos paralelos que no producen nada, solo con la tramposa intensión de comprar los votos en el futuro; esto les llevó a la propuesta de violar la regla fiscal para conseguir dinero, al incrementar la deuda oficial, lo cual debilitará más la economía, y afectará, especialmente, a las familias menos favorecidas, donde paradójicamente se encuentra el fortín político de la izquierda que permanece engañado.
De otra parte, la educación se politizó con la funesta influencia del sindicado de FECODE, organización que se permeó por la izquierda para adelantar el adoctrinamiento ideológico de los niños, cometiendo un crimen de lesa humanidad; la marcha propuesta por esta organización para el 11 de junio, nuevamente afectará a los alumnos que no tendrán clases, a los padres de familia que no estarán en casa para controlarlos y a los estudiantes que sean obligados a salir a marchar en apoyo de los deseos gubernamentales de adelantar la ‘consulta popular’.
Cuando la ideología política domina a los gobiernos, sus resultados son desastrosos. Defendamos la democracia. Defendamos a Colombia que hoy está en peligro.
No más violencia política. Acción ágil de la justicia para capturar a los autores intelectuales y materiales del atentado contra el senador Miguel Uribe, a quien deseamos de corazón una pronta recuperación.