Aurelio Suárez Montoya. Columna Semana

Opinión

Las armas del genocidio de Gaza no son inocentes

Al sumar los dólares vendidos en armas a Israel en los últimos 580 días, se superan los 30.000 millones, más de medio millón por cada muerto, incluidos los 18.000 niños asesinados, uno cada 45 minutos.

Aurelio Suárez Montoya
7 de junio de 2025

Muchas personas validaron las acciones del Gobierno de Israel de Benjamin Netanyahu en respuesta al ataque del grupo extremista fanático Hamás el 7 de octubre de 2023, llamado Tormenta de Al Aqsa, que contó con 4.700 cohetes, destruyó instalaciones militares y centros poblados, mató 815 civiles, 36 niños entre ellos, y 380 militares (HRW, julio/24), hirió 7.500 personas, con amputaciones y violaciones, y secuestró 251 rehenes, llevados a Gaza y sometidos a ultrajes. A mediados de mayo habían regresado 148 vivos y 44 muertos en cautiverio, quedan 58 pendientes.

Luego de 20 meses de la operación de represalia, Espadas de Hierro, que incluyó la eliminación de 12.500 posiciones y de 2.500 miembros de Hezbollah en el sur de Líbano, van 54.607 muertos y 124.901 heridos en Palestina. La barbarie cometida en los territorios ocupados por el ejército israelí, los bombardeos y descargas de artillería, los drones y toda suerte de armamento son de tal magnitud que “92 por ciento de todos los edificios residenciales de Gaza –unas 436.000 casas– han resultado dañados o destruidos” (UN News, 22/4/25). Se desconoce el número de cuerpos entre los escombros, por lo que hay subregistro de las vidas perdidas.

La Corte Penal Internacional procedió luego de la remisión presentada por Sudáfrica y otros países, el 17 de noviembre de 2023, por la situación de Palestina. El 21 de noviembre de 2024, dictó orden de arresto contra Benjamin Netanyahu por ser “presuntamente responsable de los crímenes de guerra, de hacer padecer hambre como método de guerra y de dirigir intencionalmente un ataque contra la población civil y de los crímenes de lesa humanidad de asesinato, persecución y otros actos inhumanos” (ver https://www.icc-cpi.int/defendant/netanyahu) e igual hizo con el ministro de Defensa de entonces, Yoav Gallant. Quien siga los acontecimientos del último año, puede constatar que no cesan tan execrables conductas.

También la Corte dictó esa medida contra los dirigentes de Hamás, Ismail Haniyeh, presidente del buró político; Yahya Sinwar, segundo al mando, y Mohammed Diab Ibrahim Al-Masri (Deif), máximo comandante del ala militar. Hubo de retirarlas porque todos ya murieron en la confrontación (ver ICC-01/18-263-Red 09-09-2024 1/6 PT).

Resulta inexplicable que, en la inapelable condición jurídica de Netanyahu, continúe incesante el suministro de armas para la barbarie. Un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), difundido por Deutsche Welle, sobre quién suministra las armas a Israel, ubica a Estados Unidos, Alemania e Italia como los primeros proveedores de lo que ha servido para cometer tanta bestialidad.

Estados Unidos, entre 2019 y 2023, le entregó vehículos blindados, misiles y buques y todos los aviones de combate activos de la Fuerza Aérea israelí con modificaciones especiales. Tiene un convenio de 3.800 millones de dólares anuales en ayuda militar a Israel entre 2019 y 2028, con defensa antimisiles, que producen en conjunto. El 10 de octubre de 2023 le transfirió de urgencia 1.000 bombas aéreas guiadas GBU-39 y luego bombas de pequeño diámetro, kits de guiado de municiones de ataque directo conjunto (JDAM), misiles para el sistema de defensa israelí Cúpula de Hierro y proyectiles de artillería.

En enero de 2024 avanzaron en el proceso de suministro de aviones de combate F-35 y F-15 adicionales y, pese a algunas objeciones políticas internas, el 11 de julio Biden anunció el suministro de bombas de 227 kg, camiones de carga, misiles aire-aire de mediano alcance y 50.000 proyectiles de mortero de 120 mm, todo por 20.300 millones de dólares. Dice el portal Responsible Statecraft que las “posibles violaciones de derechos humanos son cometidas con aviones, proyectiles y bombas estadounidenses”.

Alemania le vendió a Israel fragatas clase Sa’ar 6 y torpedos y tiene firmada la venta de tres submarinos Dakar por 3.300 millones de dólares, y en 2023 hizo negocio por 361 millones de dólares en equipo militar y 25 más por 3.000 armas antitanque portátiles y 500.000 cartuchos de munición. Italia le entregó helicópteros ligeros, cañones navales y municiones por 40 millones de dólares. El Reino Unido le ha exportado componentes de pertrechos e India le entrega cohetes y explosivos, y el utilizado dron Hermes 900, detectado en explosiones en campos de refugiados.

Al sumar los dólares vendidos en armas a Israel en los últimos 580 días, se superan los 30.000 millones, más de medio millón por cada muerto, incluidos los 18.000 niños asesinados, uno cada 45 minutos. ¿Es hora de parar el aberrante negocio de la muerte o es parte de una cruzada de exterminio?

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