Opinión
Le acabaron la vida
Muchos funcionarios de Saludcoop perdieron el derecho al trabajo por cuenta de este falso positivo del Gobierno Santos.
Hasta el año 2014 ella ganaba 18 millones de pesos al mes. Llevaba 17 años en la empresa donde trabajaba, primero como gerente de la regional Santander y después como gerente de la regional Bogotá y Cundinamarca. Hoy no le dan trabajo en ninguna parte. Fue sancionada injustamente por decisiones arbitrarias de la Procuraduría y la Contraloría. Tiene estudios en economía, especialización en administración de empresas y experiencia laboral en cargos gerenciales a lo largo de más de 20 años. En la actualidad hace manualidades con su hermana. Claudia Patricia López Ochoa trabajó hasta 2014 en la empresa más grande en su género en el país, la EPS Saludcoop. Le faltaban cuatro años para pensionarse. Como además pertenecía al consejo de administración de Saludcoop, en representación de más de 30.000 empleados de la empresa, la Contraloría de Sandra Morelli Rico arbitrariamente la hizo responsable fiscal por 1 billón 400.000 millones, una cifra tan enorme como ridícula, pues ni ella ni nadie se robó nada.
La intervención de Saludcoop se decretó en 2011, por lo que ella debería haber salido ese año. Pero junto con otros miles de empleados, Claudia Patricia López Ochoa participó en la creación de un sindicato, por lo cual obtuvo fuero sindical. El sindicato se creó para salvar a Saludcoop porque los empleados creían en la empresa y querían la empresa, y trataron de salvarla de los diferentes delincuentes y otros personajes ineptos que el Gobierno nombró como interventores y administradores.
Uno de esos delincuentes logró que un juez le levantara el fuero sindical a Claudia Patricia López Ochoa para despedirla con justa causa, robándole su liquidación de 17 años de trabajo. Ese delincuente es Guillermo Grosso Sandoval. Él saqueó Saludcoop y está condenado en varias instancias penales y administrativas. Grosso Sandoval es un bandido de siete suelas. También sobornó a una alta funcionaria de Supersalud, Eva Katherine Carrascal. Esta aceptó los delitos que se le imputaron por “Varios hechos de corrupción favoreciendo con contratos a varias EPS, IPS y Cajas de Compensación, de propiedad o vinculadas con Grosso Sandoval, recibiendo como contraprestación diferentes coimas en efectivo, por transferencia bancaria o a través de cheques”. Así lo señala una decisión de la Corte Constitucional.
Naturalmente, Grosso Sandoval no se nombró solo en el cargo de interventor de Saludcoop. ¿Quién era el ministro de Salud cuando Grosso fue nombrado? El excandidato presidencial y exrector de la Universidad de los Andes Alejandro Gaviria. ¿Quién era el presidente de la república? Juan Manuel Santos. Junto con varios representantes de los trabajadores, Claudia Patricia López Ochoa solicitó una cita al presidente Santos. Querían pedirle al Gobierno que salvara a Saludcoop. Santos no los recibió, nunca los quiso escuchar.
“Nunca me robé nada”, dice Claudia Patricia López Ochoa. “Me dediqué a trabajar duro por la salud de los usuarios y el bienestar de los empleados, pero es muy difícil romper la mentira que el Gobierno y la prensa convirtieron en verdad”, agrega. López Ochoa recuerda que una vez la citaron a la Fiscalía y le pidieron que dijera algo malo contra Carlos Palacino, el presidente de Saludcoop. Ella contestó que no había nada malo que pudiera decir y el fiscal comentó que todos los funcionarios de Saludcoop que habían citado respondían lo mismo. Sobre Palacino, lo que recuerda no es una crítica sino un elogio: “Era exigente al extremo”. Los gerentes regionales debían estar disponibles 24 horas al día, siete días a la semana. No podían apagar los celulares.
Como Palacino estaba conectado a las cámaras de video situadas en las urgencias de las 36 clínicas de Saludcoop, hubo ocasiones en que él llamaba, de día o de noche, en cualquier momento, a algún gerente a decirle que en urgencias de alguna de las clínicas había un paciente que llevaba mucho tiempo esperando atención. El gerente o la gerente respondían que ya iban a revisar, pero en muchas ocasiones debían hacerlo personalmente. Palacino les pedía que fueran a urgencias, sin importar la hora. Una vez, recuerda Claudia Patricia López Ochoa, Palacino programó una reunión de gerentes regionales en Bogotá para el 2 de enero, lo cual implicaba que los que estaban fuera de la capital tuvieron que viajar el primero de enero y no pudieron disfrutar del festivo. Ese presidente eficiente y exigente es el mismo que hoy está injustamente condenado. Y muchos funcionarios de Saludcoop perdieron el derecho al trabajo por cuenta de este falso positivo del Gobierno Santos.