
Opinión
Llegó la hora de la verdad para ETB
En Colombia la situación ha sido más grave. Varios operadores, como Telefónica Colombia, WOM, TV Azteca, ETB, y hasta Tigo, han tenido dificultades financieras mayores.
La Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá es la compañía de telecomunicaciones más antigua de Colombia, fundada hace más de 140 años, el 28 de agosto de 1884. Sus dificultades financieras de hoy, como nunca, nos dan lecciones de historia empresarial y política que afectan a las empresas públicas.
Es cierto que el sector de las telecomunicaciones ha estado golpeado a nivel global, en gran parte por una estructura de negocio donde se exige que las empresas que hagan enormes inversiones cuyo retorno está sujeto a la competencia, a diferencia del gas, la energía y el agua que tienen retornos regulados. En los últimos ocho años, a nivel global, el índice de las acciones en este sector ha subido un pírrico 2.84 %, mientras que en el mismo plazo el mercado (índice del DOW JONES) más que se ha duplicado: un desempeño que equivale a una caída de 25 % en términos reales.
En Colombia la situación ha sido más grave. Varios operadores, como Telefónica Colombia, WOM, TV Azteca, ETB, y hasta Tigo, han tenido dificultades financieras mayores. Telefónica, después de haber vendido parte de sus redes y su sede, tiene un acuerdo con Millicom (Tigo) para vender su participación del 66 % en Colombia Telecomunicaciones por USD 400 millones. Tv Azteca y WOM se acogieron a Ley 1116 de 2006 para reorganizar sus pasivos y evitar su liquidación. Solo Claro, bajo su marca Comcel, guarda indicadores de rentabilidad positivos, con un EBITDA de 6.4 billones de pesos y una utilidad de COP 3 billones.
El caso de la ETB es particular. Su declive empezó en la alcaldía y presidencia de la junta directiva de Gustavo Petro, cuando la ETB se lanzó a un agresivo plan de inversiones que sumó 2.2 billones de pesos, en el despliegue de fibra óptica, telefonía móvil y televisión. Tanto el plan de fibra óptica y el de móviles como el de televisión, desarrollados por Delta Partners, la consultora con nexos con Xavier Vendrell, se incumplieron y endeudaron a la compañía de manera irremediable.
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En telefonía celular, ninguna de las proyecciones de Delta Partners se materializó. El número de usuarios fue 82 % inferior a lo esperado para 2019 y la participación de mercado fue seis veces inferior; el abandono de clientes fue sustancialmente mayor al proyectado tanto en prepago (2,8 %) como en pospago (0,98 %) y el ingreso promedio por usuario prepago proyectado de $ 10.980 fue de $ 5.530 mensuales. El costo por nodos también resultó cuatro veces superior a lo proyectado. Un verdadero desastre empresarial que se repitió en televisión y en fibra óptica.
Después de una breve recuperación de la compañía bajo la tutela de Jorge Castellanos en la alcaldía de Peñalosa, bajo el mandato de Claudia López se terminaron de clavar las puntillas definitivas en el ataúd de la ETB. La empresa reconoció y pagó por pasivos con Telefónica sumas desproporcionadas de COP 110 mil millones por los pasivos en pleitos por cargos de acceso y su eficiencia operativa y financiera se fue al suelo, en parte por el pacto preelectoral que la burgomaestre hizo con el sindicato. Es así que, mientras en Claro el gasto de personal equivale a aproximadamente el 8 % del ingreso, este rubro en la ETB es del 26 %. Al entregar Claudia la compañía al alcalde Galán, esta ya estaba herida de muerte.
Después de un año en que el actual alcalde no renovó la administración de la compañía que dejó Claudia López, en lo que pareciera hubo un acuerdo con la alcaldesa anterior, el exministro Diego Molano tomó las riendas de una compañía al punto de entrar en cesación de pagos. En una presentación reciente a los empleados, presentó un panorama en que la ETB genera un déficit de 57 mil millones mensuales, teniendo cupos de crédito disponibles de solo 83 mil millones y un endeudamiento de 1.1 billones, de los cuales 300 mil millones corresponden a dividendos por pagar a Bogotá que generaron 28 mil millones de intereses en 2024.
La situación de la ETB no tiene salidas fáciles. El alcalde podría condonar los dividendos que le adeuda la ETB, lo cual implicaría necesariamente una dilución de los accionistas privados minoritarios, para evitar generar un detrimento patrimonial. Por otro lado, la compañía hizo un esfuerzo significativo dando de baja alrededor de 500 empleados. Cálculos por encima dan cuenta que la compañía podría, como mucho, disminuir el 25 % de su faltante de caja mensual con estas estrategias. De pronto por eso, la acción que hace 10 años rondaba los 600 pesos, hoy se transa en bolsa por 51 pesos.