![Aurelio Suárez Montoya. Columna Semana](https://www.semana.com/resizer/v2/XMLOJHAQVZE6LCKT65Q5ZVDPVQ.jpg?auth=d1706e160d2e030086d96bba21908bd8f1608c54fd74e0dce3aeea2f515af5d0&smart=true&quality=75&width=480)
Opinión
MAGA: Gobierno oligárquico que intenta controlar al mundo
Las órdenes ejecutivas e iniciativas de Trump ponen el Estado al servicio exclusivo de la oligarquía financiera, con desregulaciones, recursos públicos, menores impuestos muy lejos de la “economía de mercado”.
Es fácil entender el significado de que en la posesión de Donald Trump estuvieran a sus espaldas –y muy cerca– los magnates de las empresas de mayor valor en el mercado bursátil, que dominan el sector de la tecnología, cinco big techs que suman casi 11 billones de dólares (millones de millones) a febrero de 2025, 32 veces el PIB de Colombia.
En primer lugar, el más rico del planeta, Elon Musk, de Tesla y SpaceX; también Mark Zuckerberg, de Meta y Facebook; Jeff Bezos, de Amazon, ahora estrecho socio del Gobierno; Sundar Pichai, director ejecutivo de Google (Alphabet Inc.), y el cofundador Serguéi Brin; Tim Cook, de Apple, la compañía número uno, y además se vio a Bernard Arnault, el más rico de Francia, y a Miriam Adelson, propietaria mayoritaria de Las Vegas Sands Corp., compañía de casinos y complejos turísticos. Un núcleo de la oligarquía global en el Gobierno con más milmillonarios en la historia de los Estados Unidos.
Esa presencia se liga al lema del Gobierno Trump: MAGA (“Hacer a América grande de nuevo”, por sus siglas en inglés). Con él, ya que lo considera en declive, busca el relanzamiento del poderío norteamericano, retomar el control del canal de Panamá, vital para la comunicación marítima entre sus dos costas, pues 55 por ciento del tráfico son barcos suyos; revivir el interés de comprar Groenlandia, para cubrir flancos en la defensa transatlántica, saquear minerales críticos y nuevas rutas de comercio; repetir que Canadá debe ser el estado número 51 para expandirse al norte y apoderarse de Gaza, a fuerza de expulsar un millón de palestinos, para construir una “renovación” inmobiliaria en turismo resort, que apuntalaría al imperialismo en Medio Oriente. Todos son pasos en la estrategia de contener a China.
En el plano interno, fuera de la furiosa persecución y el mal trato a los migrantes indocumentados, en la que operan compañías privadas con copiosas ganancias, varios anuncios del repertorio trumpista revelan la idea de revivir la Era de Oro (Golden Age) que Estados Unidos tuvo de 1945 a 1965. Se funda en que, si el ahorro y la inversión pública y privada se concentran en un sector líder de la economía, el efecto será el “goteo” del beneficio creado hacia el resto de la sociedad. Es la teoría de la U invertida de Kuznets, aplicada esos años, y que ahora seleccionó a la inteligencia artificial a la que Trump asignará 500.000 millones de dólares. Dinero que irá a los bolsillos de los encumbrados asistentes a la inauguración de Trump.
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¿Suficiente para recuperar el “sueño americano”? Temo que no. La economía norteamericana se rige por la especulación. Casi el 74 por ciento de su riqueza es financiera (USB-2025) y representa 70 por ciento del principal índice bursátil mundial frente a 30 en 1980. Asimismo, está “militarizada”. Gastó en promedio anual, entre 1984 y 2024, 748.000 millones de dólares en seguridad y defensa, financiados con deuda pública y comandada por grandes corporaciones como Lockheed Martin, Northrop Grumman, Boeing y Raytheon, las que, en la abundancia de contratos, ven crecer su valorización financiera. Se configuró una estructura que volvió a la economía estadounidense en “la madre de todas las burbujas” (Sharma, R. 2/12/24).
Los resultados son decrecientes. De 2012 a 2023, el sector no financiero ha visto caer su tasa de ganancia respecto al capital invertido, del 19 al 16 por ciento; también de 2020 a 2024, la variación porcentual trimestral de sus ganancias unitarias tuvo números rojos en cinco periodos; la deuda pública, que asciende a cerca de 36 billones de dólares, aumentó en 17 en los últimos diez años, igual al total acumulado en 240 años, de 1776 a 2016; la productividad laboral, que entre 1951 y 1970 creció 2,48 por ciento anualmente, entre 2004 y 2022 lo hizo al 1,5 y el ingreso por habitante de 2019 a 2023 creció un tercio del de India y un cuarto del de China (Datos, J. Peluffo, 2025).
Las diferencias sociales se agrandaron. El 1 por ciento superior en los Estados Unidos, quienes tienen más de 5,8 millones de dólares, posee el 40,5 por ciento de la riqueza nacional, proporción en desigualdad superior a cualquier otro país de la Ocde, medida con el índice Gini. En patrimonio es 85,9 y en ingresos es 37,8 sobre 100, primero entre los países del G7 (Peluffo, ídem).
Las órdenes ejecutivas e iniciativas de Trump ponen el Estado al servicio exclusivo de la oligarquía financiera, con desregulaciones, recursos públicos, menores impuestos muy lejos de la “economía de mercado”. ¿Será MAGA suficiente al coloso para permanecer erguido? La respuesta marcará el rumbo de la historia de las próximas décadas.