Opinión
¿Ventana de inversión en vivienda?
La diferencia en precios tiene que ver con que su formación es radicalmente distinta en los dos segmentos.
La diferencia de precio entre la vivienda usada y la vivienda nueva en Colombia en contadas ocasiones había sido tan marcada como ahora. En ubicaciones similares, con una diferencia en antigüedad del inmueble de 20 años, los inmuebles usados tienen un hoy descuento aproximado del 35 % versus los inmuebles nuevos, tal como ocurrió a principios de los 2000.
La diferencia en precios tiene que ver con que su formación es radicalmente distinta en los dos segmentos. En el mercado de la vivienda para estrenar, el precio tiene un piso dictaminado por los costos de construcción, el valor del lote y demás costos indirectos. Estos insumos subieron significativamente desde 2022, haciendo que los precios de los inmuebles nuevos sigan subiendo. En la vivienda de interés social nueva, el incremento de precios está ligado al salario mínimo, que ha aumentado varios puntos por encima de la inflación tanto en el mandato Duque como en el mandato Petro.
Los precios en el mercado de la vivienda usada, a su vez, están definidos por la oferta y la demanda. Los tiempos necesarios para vender vivienda usada han ido incrementándose, porque la complicada situación política y económica del país ha espantado a los compradores y motivado a cada vez más gente a volverse vendedores. La desconfianza en el futuro del país golpea mucho más la inversión en bienes como la vivienda que en el consumo, impactando los precios hacia abajo.
El diferencial de precios entre la vivienda usada y la vivienda nueva es uno de los indicadores más preocupantes que muestra la salud económica del país. Refleja el miedo de los colombianos a invertir, que debido a la incertidumbre prefieren tener el dinero líquido para no pasarla mal si algo les afecta su estabilidad.
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Ahora, si usted es de los que piensan que la situación de desconfianza en el futuro es solo de este gobierno y que en 2026 Colombia recobrará la confianza, la ventana actual es tal vez una de las mejores para comprar vivienda usada. Con precios bajos, tasas de interés que rondan el 12 % anual y una oferta abundante, estamos ante una oportunidad en la que cumplir el sueño de vivienda propia es asequible. Importante es tener en cuenta que de acuerdo con la legislación colombiana, en la medida que las tasas de interés sigan bajando, los compradores pueden refinanciar su vivienda a menores tasas sin penalización alguna, lo cual hace que el negocio de hacerse a vivienda usada ahora puede mejorar aún más a futuro.
Sin embargo, invertir en vivienda usada en este momento no está exento de riesgo. En la medida que se profundice la estatización del país personificada por el Gobierno Petro y que los impuestos sigan subiendo, puede haber destinos de inversión más interesantes que Colombia. Paralelamente, una eventual devaluación de la tasa de cambio, generada por el heterodoxo manejo fiscal del Gobierno, puede hacer más atractivas inversiones en el extranjero que en Colombia. Para aquellos que tengan el conocimiento, existe la opción de proteger su patrimonio contra variaciones en la tasa de cambio por medio de futuros en la Bolsa de Valores de Colombia.
Por otro lado, en la medida que servicios esenciales como la salud y la educación se sigan deteriorando y que, paralelamente, el respeto por la propiedad esté en duda por la acción del Gobierno, la decisión de inversión en vivienda usada en Colombia puede ser cuestionable. ¡En qué dilemas tan horribles nos pone la actual administración!