CLAUDIA VARELA
La infidelidad desde lo correcto
Está claro que en toda la historia de la humanidad hay una básica línea de valores que se debe respetar socialmente. Se es honesto o deshonesto, se asesina o no se asesina, se miente o no se miente.
Las organizaciones tienen códigos ocultos donde hay cosas que se admiten y otras que no o peor aun dependiendo de dónde viene la acción hay sanción o no la hay.
En nuestro país vivimos una aparente crisis de valores. Digo aparente por que creo que es hace tantos años que ya la normalizamos. Nos movemos en delgadas líneas donde cada quien maneja sus propias creencias, religiones, formas de vida. Como abanderada de la diversidad e inclusión pues abogo por todos los gustos y considero que cada quien debe asumir la vida como quiere, pero también creo que hay reglas básicas de no llevarse a nadie por delante.
Ahí es donde comienzan mis derechos. No solo donde terminan los de los demás sino donde tengo un espacio compartido y debo respetar lo que el otro quiere.
Pareciera fácil y una manera lógica de vivir, pero no lo es. La semana pasada me llamó la atención una noticia que jamás sería noticia en Colombia. Daiya Seto, campeón mundial de natación de los 200 y 400 mts y uno de los atletas mas reconocidos de Japón fue suspendido por lo que queda del año por la Federación de Natación de Japón.
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La razón de esta sanción es lo más llamativo de la historia. Seto de 26 años y padre de familia tuvo que pedir perdón por que se hizo pública una relación fuera de su matrimonio.
No voy a meterme en la discusión de si es justo o no ya que observe con prudente silencio las múltiples reacciones ante tan fuerte castigo por algo que está en estas zonas grises occidentales de la libre evolución de la personalidad.
Vi como algunos decían que les parecía responsable la decisión ya que Seto es un ejemplo y la infidelidad no es propiamente el mejor modelo de compromiso con otro ser humano. De otra parte vi que algunos opinaban que era su vida personal y que al final es su decisión y su problema. Y por último vi gran silencio y falta de interés, esto termina siendo una noticia exótica cuando lo que vivimos es tan agobiante en otros frentes.
Nadie tiene máxima autoridad moral para juzgar. Pero también creo que esta sanción dice mucho de una cultura que se basa en los principios y la ética para formar seres humanos y sobre todo para crear sus propias figuras de admiración.
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Para los japoneses cualquier tipo de figura pública tiene una responsabilidad adicional, deben mostrar una conducta ejemplar y cualquier desvío de este comportamiento es castigado de manera drástica. Este código de ética es tan aprobado y compartido por todos socialmente que el mismo deportista salió a disculparse y a decir que su actuar fue “irresponsable”.
Independientemente de si estas o no de acuerdo, me parece de increíble admiración que la ética exista en algún lugar del mundo. Una ética que hace que los modelos para los jóvenes se muestren como humanos, pero sean conscientes de sus malos comportamientos.
No podemos en las organizaciones normalizar las acciones que no son correctas, que no respetan a los demás, que discriminan, que se llevan por delante a otros. A veces siento que hay autoridad moral a diestra y siniestra, pero para el prójimo no para mi auto gestión
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Que bueno hacer ver esto a los nuevos líderes. Nadie es un modelo de perfección y por supuesto todos podemos equivocarnos, pero dejemos esta doble moral de criticar la infidelidad ajena cuando estoy coqueteando de manera indebida al mismo tiempo. Y eso funciona en las relaciones, en el trabajo con la doble agenda, en aquellos que buscan puesto, pero no le cuentan al jefe que lo hacen.
Seto renunció como capitán del equipo olímpico de natación de Japón y perdió uno de sus principales patrocinadores, la aerolínea ANA. Lo asumió y lo aceptó, no salió a pelear diciendo que era un acto injusto.
Recordé a C.S. Lewis, “la integridad está en hacer lo correcto, incluso cuando nadie está mirando” …haces siempre lo correcto.