Salud
¿Se le dificulta la evacuación a tu mascota?
Normalmente sales con tu perro un día cualquiera a dar una vuelta por el parque, cuando de repente notas que algo no anda bien: tiene diarrea. Pero alguna vez te has preguntado: ¿Qué hacer para detectar cuando sucede todo lo contrario?, ¿cómo saber si tu perro está estreñido?, ¿qué debes hacer en esos casos?
Un perro sano normalmente acude al baño entre una o dos veces al día, esto puede variar dependiendo del individuo, la dieta y la educación que le hayas dado. Los motivos de alarma aparecen cuando después de tres días, tu perro no ha defecado o cuando al hacerlo manifiesta signos de incomodidad o dolor; es ahí cuando debes prestar mayor atención y acudir al veterinario ya que puede estar sufriendo de estreñimiento, es decir: ausencia de excreciones o dificultad para defecar.
¿A qué se debe?
El estreñimiento suele presentarse en mayor medida en perros de edad avanzada, sin embargo, puede ocurrir en animales de cualquier edad. Existen muchas causas de estreñimiento, pero las más comunes son:
- Ingestión de huesos o cuerpos extraños como pelotas, plásticos, telas, pelo, etc.
- Cambios drásticos en la dieta.
- Baja o nula cantidad de fibra en la dieta.
- Inadecuado o insuficiente consumo de agua.
- Cambios drásticos que generen estrés (casa, medio ambiente, rutina, etc.).
- Falta de actividad física.
- Poca higiene, en perros de pelaje largo.
- Fracturas, lesiones nerviosas o presencia de tumores en la cavidad pélvica.
- Aplicación de medicamentos.
- Bajos niveles de calcio, potasio u hormonas tiroideas en sangre.
Señales de alarma
Debes prestar mucha atención durante los paseos diarios si tu perro manifiesta alguno de estos síntomas:
- Muchos intentos poco exitosos: el perro intenta a menudo defecar, pero no lo consigue normalmente.
- Esfuerzo exagerado.
- Dolor al defecar: Tu perro manifiesta incomodidad, llora o se queja al momento de evacuar.
- Expulsión de heces secas, duras, con una tonalidad más oscura de lo normal, con moco o incluso con sangre.
- Distensión y dolor en el área del abdomen.
- Inflamación y dolor en el área del ano.
- Dificultad para caminar.
- Decaimiento y falta de apetito.
- Depresión y poco interés por realizar actividad física.
¿Qué debes hacer?
Si observas uno o varios síntomas de los mencionados anteriormente, lo primero que debes hacer es visitar al médico veterinario para poder diagnosticar con exactitud el problema, y no aplicarle a tu perro ningún tratamiento casero ya que estos podrían empeorar la situación.
- Suminístrale agua limpia, fresca, en abundante cantidad y en todo momento.
- Alimentación balanceada: rica en fibra, baja en harinas, azúcares refinados y cero productos lácteos.
- Cuida mucho que tu perro no ingiera objetos extraños como huesos, palos, piedras, juguetes, etc.
- En perros de edad avanzada, es recomendable remojar el concentrado durante veinte minutos en agua para hacerlo más fácil de digerir.
- Actividad física y cepillado frecuente.
- Permítele paseos constantes y a lugares en los que tu perro acostumbre a defecar.
- Mantén una observación frecuente de la mascota
Evita solucionarlo en casa…
Si bien es una situación incómoda y dolorosa tanto como para tu mascota, como para ti, es indispensable que acudas a donde un experto ya que el objetivo no es solo hacer que tu perro defeque, sino también eliminar o controlar las causas del estreñimiento.
Usualmente recibirás muchos consejos acerca de tratamientos caseros que podrías llevar a cabo, pero debes tener mucho cuidado ya que no todos son efectivos, pueden complicar la situación o incluso pueden llegar a ser tóxicos.
- Laxantes no veterinarios: No sabes cuales son los más efectivos ni cuál es la dosis que debes darle.
- Alimentos ricos en fibra: Los perros son principalmente carnívoros y obtienen la fibra de fuentes distintas a las que lo hacemos los humanos.
- Aceite mineral: es poco efectivo, puede ser inhalado y causar graves problemas respiratorios, además interfiere con una adecuada absorción de nutrientes como las vitaminas.
- Enemas caseros: Pueden generar toxicidad o lesiones en el aparato digestivo que pueden complicar la condición del animal.