Entrevista
Andrey Avendaño, de las disidencias de las Farc, dice que Mordisco ya no es el jefe. Revela lo que hicieron en la campaña de Petro
En entrevista con SEMANA, Andrey Avendaño, jefe de las Farc en la mesa de negociación con el Gobierno Petro, y el mismo que atentó contra Duque, reveló que Mordisco fue apartado de la coordinación. Admitió que se negocia con el 50 por ciento de ese grupo.
SEMANA: ¿Cómo están hoy las disidencias de las Farc?
ANDREY AVENDAÑO: Puedo decirle con mucha franqueza que hay un problema de coordinación interna. No puedo decirles mentiras a usted ni al pueblo colombiano. Hay un problema interno frente a las formas de ver e interpretar el momento político del país. En eso hay una gran división. No tenemos confrontación o dificultades a gran escala, hay algunas observaciones que se han venido haciendo. Cuando hablo de nosotros, me refiero a quienes nos mantenemos en el proceso, porque hay una palabra empeñada. Tenemos documentos firmados por la delegación de las Farc en Cauca, Arauca, y nos mantenemos en el cumplimiento real de lo pactado porque es un compromiso ético y moral con las comunidades y el pueblo colombiano. En marzo, cuando se realizó el pleno, se recogió el sentir de las comunidades, que nos expresaron que había que mantenernos en este escenario de política de diálogo hasta que no cambiaran las condiciones. Y hoy no han cambiado: las dificultades, la desigualdad, los problemas se mantienen en las regiones. Por eso seguimos.
SEMANA: Ustedes avanzan en la negociación de paz. ¿Quiénes se oponen?
A.A.: Hemos tenido problemas de comunicación con Iván Lozada (Mordisco), igualmente con los compañeros de las Farc del Cauca. Las condiciones del Catatumbo, obviamente, no son las del Caquetá; por ejemplo, hay diversidad de pensamiento, y a eso le sumamos el problema de las confrontaciones, la guerra o los conflictos de las regiones. No puedo decir que las condiciones de Caquetá sean iguales a las del Cauca, porque en el primer departamento solo están las Farc y en el segundo hay varios grupos. Si las unidades del Cauca están cumpliendo fielmente el cese al fuego, pero son atacadas por otro grupo, se van a defender.
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SEMANA: ¿Qué argumentan los grupos de las Farc que hoy no quieren negociar?
A.A.: Han planteado que se debe crear una metodología y que el Gobierno debe definir su política de diálogo con nosotros. No podemos estar en un proceso hablando una cosa y por los medios otra. ¿Cómo es posible que Petro salga públicamente y diga que Lozada (Mordisco) es un narcotraficante y que había sido chofer de un bus, que se había quedado traqueteando, cosa que es falsa? En medio de las dificultades, aciertos y desaciertos que podamos tener con Iván, es un revolucionario, un campesino al que, obligado por la desigualdad, le tocó coger las armas y defender a su pueblo. ¿Cómo es posible que mientras estemos en un escenario de diálogo salgan a los medios a decir que Iván Lozada y John, del Catatumbo, son los que están matando a los líderes sociales? ¿Por qué no nos preguntan en la mesa de diálogo si es verdad?
SEMANA: Entonces, así diga la verdad, ¿a las Farc no les gustan los comentarios de Petro?
A.A.: Cuando hay ciertas fricciones en los procesos, tienden a salir muchos comentarios. No solamente Petro, creo que hay muchas personas que se han excedido en algunos comentarios, en ocasiones personas que tienen que ver con la mesa y otros no tanto. Son comentarios que perjudican y lo llevan a uno a pensar cuál es la verdadera voluntad de paz.
SEMANA: Lo que ha dicho Petro sobre Mordisco es cierto. Y, además, Mordisco tiene un plan terrorista en varias regiones del país. La reacción del presidente es apenas lógica.
A.A.: Cuando hay justificaciones, todas las cosas son válidas, cada quien quiere tener las razones. Ese es el problema de los colombianos, cada uno quiere tener la razón. Si le pregunta al presidente, él tiene la razón; si le consulta a Lozada (Mordisco), le dirá que él. ¿Qué hemos planteado nosotros? Pongamos los problemas en el centro si queremos resolverlos.
SEMANA: ¿Mordisco está hoy en la negociación con el Gobierno Petro?
A.A.: Hasta el momento, los que nos mantenemos en el proceso de diálogo con el Gobierno Petro somos las delegaciones que estuvimos en San Vicente del Caguán; es decir, el bloque Jorge Briceño, que está en los Llanos del Yarí, y el bloque Magdalena Medio, que representamos a la región del Catatumbo, sur de Bolívar, parte de Antioquia y parte de Santander. Esas son las unidades que nos mantenemos en el proceso de diálogo.
SEMANA: Es decir, ¿Mordisco no está hoy en la mesa de negociación?
A.A.: No. Iván Lozada (Mordisco) no está hoy en el espacio de diálogo.
SEMANA: ¿Cuándo decidió Mordisco apartarse de los diálogos?
A.A.: Muy recientemente. Todos nos hemos mantenido a pesar de las dificultades y problemas de comunicación. No es lo mismo el comandante de las Fuerzas Militares hablándoles a todos los generales, nosotros tenemos dificultades. Mordisco no puede coordinar a sus unidades, todos los días hemos tenido problemas de comunicación. Ellos, como delegación, no vinieron a esta reunión, por eso se convocó a una reunión extraordinaria tratando de poner en conocimiento de la mesa algunas dificultades que hay. Eso se expuso, estamos en un proceso de espera a ver si los compañeros van a continuar en el escenario de diálogo, cosa que veo compleja porque llegó la noticia que indica que, en medio del cese al fuego, el Ejército atacó a unas unidades en el Cauca y murió una muchacha. Uno no entiende, no se sabe qué decisión puedan tomar.
SEMANA: ¿Usted recibe órdenes de Mordisco y las obedece?
A.A.: Hay un tema de coordinaciones. Con Iván Lozada hemos sido respetuosos, no digamos que es una obediencia ciega. Nosotros hasta el día en que él tomó la decisión de no llegar a la mesa de negociación manteníamos siempre una coordinación de informes, aportes a los documentos, a las dificultades, problemas, salidas, soluciones que le damos siempre a todo. Nosotros tenemos unas direcciones en cada región. En mi caso es la del Magdalena Medio y es a la que le obedezco ciento por ciento. Con el resto de unidades mantenemos coordinación.
SEMANA: Ahora que Mordisco se levantó de la mesa, ¿ya no dependen de él?
A.A.: La misma organización de las Farc brindó las posibilidades para que cada uno en su región tomara ciertas decisiones. Hasta el día en que se realizó, más allá de las comunicaciones, la reunión del Yarí, y que el país conoce como el pleno, no se empezó a trabajar bajo una línea establecida a nivel nacional.
SEMANA: ¿Mordisco es hoy el jefe supremo de las disidencias de las Farc?
SEMANA: Es decir, ¿el país ve a Mordisco como jefe máximo de las Farc, pero no lo es?
A.A.: Hoy nos atreveremos a decir que no hay un mando único, hay coordinaciones de respeto. En esas coordinaciones, obviamente, tiene que haber un coordinador, y era Lozada (Mordisco) hasta el momento en que internamente tomamos la decisión de enviarle un documento y le planteamos que no veíamos condiciones para trabajar bajo esas coordinaciones por la misma dinámica que se vive en los territorios.
SEMANA: O sea que le notificaron a Mordisco que no era el coordinador. ¿Cuándo le enviaron ese documento?
A.A.: Hace ocho días, aproximadamente.
SEMANA: Y le dijeron a Mordisco que ya no era el coordinador de las Farc...
A.A.: Exactamente. Mantenemos las coordinaciones, las comunicaciones, pero convocamos a corregir algunos problemas en cuanto a las direcciones. Queremos sentarnos nuevamente y tomar una decisión unificada y sólida con todos los frentes y determinar en su momento quién es la persona que dirija los destinos de las Farc, así sea Lozada (Mordisco), Calarcá, el comandante John, entre otros.
SEMANA: Inteligencia militar dice que Mordisco está solo y que cada vez tiene menos gente armada a su lado.
A.A.: En esta región donde Iván Lozada está tiene aceptación de la gente, la comunidad lo quiere, lo apoya, él tiene credibilidad. No es tan cierta esa información de que está abandonado. Tiene liderazgo y gente.
SEMANA: ¿La división en las disidencias de las Farc es real o una estrategia de negociación?
A.A.: Somos consecuentes y reales con lo que planteamos. Si decimos que hay dificultad interna es porque en realidad la hay.
SEMANA: ¿Qué porcentaje de las disidencias de las Farc están negociando y qué grupos están al margen?
A.A.: Un 50 por ciento de nuestra fuerza nos mantenemos en el proceso de diálogo. El 50 por ciento restante ha planteado observaciones para seguir dialogando.
SEMANA: Es decir, ¿el 50 por ciento está firme, el otro tiene dudas?
A.A.: Podríamos afirmar que sí. Quiero pensar que los comandantes, las unidades de Arauca, por ejemplo, quieren creer en el proceso, pero no pueden creer cuando los están matando. Es un tema de sentido común. No es que no quieran o no crean en el proceso. Las muestras de voluntad que ha habido en cuanto a las acciones del Gobierno y las Fuerzas Militares son totalmente diferentes a otras regiones como el Catatumbo. Allá hay operativos, han querido sabotear el proceso, pero no se han vivido estos escenarios de guerra porque solo están las Farc y el ELN. Y en Caquetá solo están las Farc.
SEMANA: ¿Cómo explicar que una parte de las Farc negocie la paz en Caquetá y otra, como la de Mordisco, anuncie ataques terroristas contra el Ejército y la Policía?
A.A.: Leí el documento y hace énfasis en unas recomendaciones que son históricas en la organización. Haya o no confrontación, se harán recomendaciones. Ahí no dice que se atacará a la fuerza pública, se dice que las medidas son para proteger la vida de las comunidades.
SEMANA: Es una amenaza, una advertencia.
A.A.: No, advertencia no suena tan bien, son temas de prevención de un lado y del otro. No me atrevo a decir que a los compañeros del Cauca les alegre la muerte de soldados y policías, o les alegre vivir en confrontación y guerra.
SEMANA: Pero las Farc han lanzado explosivos contra la Policía en el Cauca, una indígena murió, entre otros hechos.
A.A.: Recuerde que esa región no está en cese al fuego. Ese fue un decreto, una decisión del presidente donde se anunció el rompimiento al cese al fuego por los hechos que se presentaron en Toribío. Lamentablemente, perdió la vida una mayor indígena. Y, a raíz de eso, Petro toma la decisión. Sabíamos que venían dificultades y, lamentablemente, es duro decirlo, se seguirán presentando si no buscamos una salida.
SEMANA: ¿Qué diferencia hay entre las disidencias de ustedes y las de Iván Márquez?
A.A.: Muchas. Nos organizamos desde cero en medio de las dificultades, problemas, pasamos necesidades para construir lo que hoy se conoce como las Farc. A diferencia de la Segunda Marquetalia, que en algunas regiones se agrupó o recogieron a una cantidad de grupos que ya había, como los Comandos de Frontera, cuya doctrina es netamente paramilitar, su única hoja de ruta es conseguir dinero para sus temas personales. Como guerrilleros no defendemos temas personales para nosotros. Hay mucha diferencia. Los Comandos de Frontera son grupos netamente paramilitares, y nosotros con el paramilitarismo no vamos a tener la más mínima posibilidad de un acuerdo.
SEMANA: ¿Iván Márquez ha pedido pista? ¿Se ha comunicado con ustedes?
A.A.: No hay comunicación con ellos, en algún momento enviaron algunas notas, a lo cual no respondimos.
SEMANA: ¿La Segunda Marquetalia es tan enemiga como el ELN y el Clan del Golfo?
A.A.: En el Magdalena Medio, por ejemplo, no tenemos confrontación con el ELN. Hay espacios de reuniones donde nos hemos sentado en medio de dificultades y hemos tratado de construir, de mantener un respeto entre las organizaciones guerrilleras. Hemos convivido en el Magdalena Medio. Nosotros no veríamos razones para que la Segunda Marquetalia llegue a estos territorios, nosotros tendríamos que tomar algunas acciones buscando defender la región. Para nosotros, la Segunda Marquetalia sí es un proyecto enemigo.
SEMANA: ¿Cómo le parece el Gobierno Petro?
A.A.: Le ha tocado muy difícil, no lo han dejado gobernar, las reformas no han pasado en el Congreso, el Legislativo está en contra, tiene un equipo de trabajo que tiene la intención de apoyar, pero solo de buena voluntad no se hacen las cosas. Quienes están encargados de ejecutar los recursos en los territorios, a veces, no se han puesto las botas.
SEMANA: ¿Por qué creerle a la paz de Petro y no a la de Santos?
A.A.: Es un tema de convicciones. A Santos lo que le preocupó en su momento era su Nobel, desarmar a las Farc para poder obtenerlo.
SEMANA: ¿Cómo fue el apoyo de las Farc a la campaña de Petro?
A.A.: Lo que sí le puedo afirmar es que, en lo que concierne a nuestra región (Catatumbo), el apoyo que se dio no fue con recursos económicos, fue más moral. Nosotros le dijimos a la gente: “Creemos que el proyecto de Gustavo Petro puede tener alternativas para el país”.
SEMANA: Es decir, ¿no hubo plata, pero presionaron a las comunidades?
A.A.: Si a mí me preguntan, doy una respuesta. Si a mí me preguntan las comunidades en el territorio cómo veo el proyecto de Petro, respondo que consideramos que es una persona que puede traer unos resultados buenos para el país. Eso se les respondió a las comunidades.
SEMANA: ¿Cuántos integrantes tienen hoy las disidencias de las Farc?
A.A.: Cada bloque maneja sus propias cifras. En el Gobierno Duque tuvimos un crecimiento exponencial. Creemos que las Farc sí superan las 5.000 unidades.
SEMANA: ¿A las Farc les preocupa que a Petro le falten dos años de gobierno?
A.A.: La paz no es un tema de un gobierno, sino un proyecto de Estado.
SEMANA: Pero si llega un gobierno de derecha el escenario para ustedes podría complicarse.
A.A.: En la medida que la guerra avanza, los escenarios no se complican para nosotros, sino para las comunidades que viven las consecuencias de las confrontaciones.
SEMANA: ¿Cree que se alcance a firmar la paz en el Gobierno Petro?
A.A.: La paz no es un libro y la firma es lo de menos.
SEMANA: Siento que no quiere comprometerse en estos dos años.
A.A.: No podemos generar expectativas. Si decimos que es posible, las comunidades van a pensar que es posible llegar a un acuerdo aun con todas las dificultades que hay en los territorios, la militarización. Plantearnos un tiempo para construir la paz sería una irresponsabilidad de parte nuestra.
SEMANA: ¿Dos años es poco tiempo?
A.A.: 50 años, 60 años de conflictos para resolverlos en dos años, más los antecedentes recientes, como el proceso de La Habana, donde se cumplió con la desmovilización del movimiento guerrillero, pero no con lo planteado en la implementación. Poner fechas para la paz sería irresponsabilidad. La paz no tiene carreras.
SEMANA: Usted intentó asesinar al expresidente Iván Duque y atacó a fusil el helicóptero en el que se transportaba en Norte de Santander. ¿Se arrepiente? ¿Le ofrece perdón?
A.A.: Él, en su momento, nos declaró la guerra y no podíamos hacer algo diferente a defendernos en los territorios. Como persona, uno no puede estar arrepintiéndose de lo que ha hecho en algún momento por defender al pueblo colombiano y a la organización. La misma pregunta haría yo: ¿Duque les pediría perdón a los familiares de los guerrilleros que en la confrontación murieron en los territorios? En el momento en que decidimos ir a la guerra, estamos dispuestos a que en cualquier momento nos quedemos en el camino. No estoy acá para pedir perdón, porque no es el escenario para eso, pero plantearía la pregunta y es si él también está en condiciones de pedir perdón a los familiares de los guerrilleros que murieron.
SEMANA: Es decir, no está arrepentido y no ofrece el perdón.
A.A.: Exacto.
SEMANA: Con su actitud y drástica respuesta sobre su intención de asesinar al expresidente Duque, ¿cómo creerles que en esta oportunidad sí tienen una verdadera intención de paz?
A.A.: La paz, más que un proceso, es un derecho que tenemos los colombianos y se hace realidad en la medida en que el Estado empiece a cumplir la deuda social e histórica de abandono y exclusión para las comunidades marginadas del territorio. Planteamos que esta vez la paz sí puede ser real, porque estamos tratando de involucrar a todos los colombianos. No nos creemos dueños de la paz y no es que pensemos que la paz va a llegar porque hoy vamos a firmar un proceso o estamos en el diálogo. Se inicia en la medida en que empecemos a cumplir con las transformaciones territoriales y que el desarrollo se vea reflejado en los territorios. Tenemos la voluntad de trabajar por el proceso, pero esperamos reciprocidad de parte de las instituciones del Estado, del Gobierno, para cumplir con cada uno de los documentos y acuerdos que se van firmando.
SEMANA: ¿Tienen claro que dejarán las armas?
A.A.: El tema de las armas es lo que menos importa. Está demostrado que hace siete años se firmó un proceso de paz, las armas las recogieron y se las llevaron. Años después hay una cantidad, no solo las Farc, de grupos que se han armado. Esas armas tienen una razón. No voy a decirle que voy a dejar el fusil, porque no es un tema que yo pueda definir.
SEMANA: ¿Se ve en el Congreso?
A.A.: Mire que no. Nosotros somos servidores de la comunidad. No estamos aspirando a un cargo público, de participación política, excepto que se resuelva el problema de desigualdad social en las comunidades.