POLÍTICA
Carrusel de la Contratación, el escándalo de corrupción que acabó con la carrera de Samuel Moreno
El exalcalde fue condenado a pagar 19 años de cárcel por este sonado escándalo.
El exalcalde Samuel Moreno pasó los últimos días de su vida recluido en prisión, luego de haber sido hallado culpable de ser uno de los artífices del llamado Carrusel de la Contratación, un megaescándalo de corrupción que lo llevó a una condena de 19 años de cárcel y al desprestigio social.
El escándalo estalló a mediados de 2009, cuando salieron a la luz pruebas que evidenciaban la negociación de multimillonarias comisiones de parte de Germán Olano, excongresista de la República, al empresario Miguel Nule Velilla, cuya empresa, que llevaba su apellido, manejaba gran parte de los contratos de distintas obras públicas que se desarrollaban en la capital colombiana. La principal obra que se vio directamente afectada por dichas negociaciones irregulares fue la construcción de la tercera fase de TransMilenio, por la calle 26.
En el escándalo se vieron involucrados varios políticos, empresarios, dirigentes del Instituto de Desarrollo Urbano y hasta el mismo alcalde Moreno. El Estado llegó a presentar un detrimento patrimonial cercano a 2,2 billones de pesos.
No obstante, la cifra exacta del escándalo no se ha podido cuantificar. Las investigaciones han concluido que parte de los recursos terminaron en paraísos fiscales, cuentas secretas en el extranjero e inversiones inmobiliarias en Estados Unidos.
El entonces alcalde Samuel Moreno y su hermano, el exsenador Iván Moreno, quien también fue hallado responsable de haber participado en este hecho de corrupción, fueron condenados a penas de prisión y a enfrentar varios procesos por todo tipo de irregularidades en la administración distrital.
En términos generales, nunca han sido claras las cifras del dinero que se pudo haber perdido por el Carrusel. En un momento hubo cálculos que hablaban de dos billones de pesos, pero no hay una certeza de si es aún más dinero. Todo depende del contrato.
Tan solo en el descalabro de la construcción de TransMilenio por la calle 26, los sobrecostos pudieron ascender a 300.000 millones de pesos. Ese monto no incluye los sobornos que pagaron por debajo de la mesa a los funcionarios o concejales para que direccionaran las licitaciones. Por ejemplo, en un solo contrato, el de las ambulancias, las mordidas pudieron llegar a los 6.000 millones de pesos.
Pero, además del desfalco económico, el escándalo dejó obras paralizadas. Se retrasó, por ejemplo, la entrega de la troncal de TransMilenio por la calle 26, una obra que terminó abandonada y convertida en emblema de la corrupción. Pero el escándalo fue más allá de esa avenida y en total terminaron enredadas unas 40 personas, entre funcionarios, concejales, congresistas y contratistas, en toda clase de negocios irregulares. Mientras que algunos ya pagaron sus penas, otros permanecen en la cárcel o tienen detención domiciliaria.
“Muchas cosas quedaron inconclusas porque hubo limitaciones de personal y recursos tecnológicos. No es fácil encarar simultáneamente varios frentes de acción, y en investigaciones de este tipo hay mucha información documental, evidencias, y todo se congestiona”, contó un investigador del caso.
Samuel Moreno, según decían desde su círculo cercano, quería saltar del Palacio Liévano y llegar a la Casa de Nariño, a imagen y semejanza de su abuelo, el dictador Gustavo Rojas Pinilla. Pero el entramado que gestaron desde el primer día, con la participación de su hermano y en alianza con funcionarios, contratistas y concejales, le mostró rápidamente que no eligió el camino correcto.