POLÍTICA
Congresista de Cauca dice que el conflicto en su región no lo está ganando el Gobierno: “El cambio fue en reversa, hacia el abismo”
SEMANA habló con el congresista y exgobernador del Cauca, Óscar Campo, uno de las figuras políticas que más conoce su región. Dijo que la preocupación de los drones de las disidencias es igual a la de los tatucos hace 30 años.
SEMANA: ¿Qué está pasando en el Cauca?
Óscar Campo: En el Cauca se ha intensificado la violencia. Y digo que se ha intensificado porque somos conscientes de que nuestra historia, desgraciadamente, ha estado marcada por la violencia, hubo un respiro en el proceso de paz con las Farc. Sin embargo, lo que en su momento pudo haber sido una esperanza en términos de mejorar la seguridad y convivencia, nuevamente las montañas del Cauca tienen grupos armados que están ligados a las economías ilícitas que hoy, ante el fracaso del cese al fuego, en el marco de la paz total, han intensificado estos grupos las acciones violentas, particularmente el Estado Mayor Central. Hay varios municipios en situaciones muy complejas, hay desplazamiento, confinamiento, hay reclutamiento de menores y acciones que maltrechan el diario vivir de los caucanos.
SEMANA: ¿Qué hacer con las disidencias de las Farc en el Cauca?
O.C.: La pregunta es muy compleja. Lo que tenemos que hacer es mirar qué estamos haciendo mal como Estado. Yo creo que eso es lo que debemos empezar a denotar. La implementación de un acuerdo de paz marcaba una ruta frente a las economías ilegales que había que sustituir. Era muy importante. Sin embargo, contrario a sustituir esas economías, vimos cómo se fueron acrecentando las hectáreas de coca y fueron apareciendo y creciendo grupos armados. Ahí hubo un primer error en la implementación de los acuerdos de paz. Dos, el control territorial. En el Cauca se ha venido desmontando el pie de fuerza, incluso, poco antes de firmar el acuerdo de paz.
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SEMANA: Por ejemplo:
O.C.: La Fuerza de Tarea Apolo del Ejército tenía un radio de acción con una importante presencia militar donde operó en su momento el Frente Sexto de las Farc, es decir, en los municipios de Corinto, Miranda, Toribío, Caloto, entre otros. Eso quedó reducido, prácticamente, a su mínima expresión. Entonces, no podemos nosotros hablar de control territorial, pedirle a la fuerza pública bajo sus realidades unos resultados excepcionales en términos de control territorial, cuando no hay condiciones ni en número de hombres ni en tecnología suficiente para poder dar resultados importantes.
SEMANA: ¿Qué hacer con Iván Mordisco?
O.C.: Es una buena pregunta para la mesa de negociación que, entre otras cosas, no permite conocer intimidades frente a lo que pasa en la mesa de negociación. Hoy vemos que los grupos que operan en el Cauca no obedecen a ningún acuerdo que el Gobierno adelante con esta mesa. Eso es de suma preocupación porque no sería entonces la estrategia de paz total la que esté ayudando a mejorar las condiciones de violencia que hoy impera en el departamento.
SEMANA: ¿Ha elevado peticiones al gobierno Petro sobre el recrudecimiento de violencia en Cauca?
O.C.: Pero muchas. Es más, hicimos una estrategia frente a visibilizar los problemas del Cauca, tuvimos la solidaridad de varios parlamentarios de varios partidos y regiones, una bandera gigante en la Plaza de Bolívar donde hicimos el SOS Cauca, hemos hecho controles políticos al Ministro de Defensa, Iván Velásquez, al Comisionado de Paz (Danilo Rueda y Otty Patiño), hemos elevado misivas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que conmine al Gobierno nacional a atender la situación humanitaria. Hay miles de caucanos confinados, desplazados, niños que no pueden ir a las escuelas porque las balas se lo impiden. La paz total en el Cauca tampoco ha demostrado un resultado positivo. El Gobierno hace su mejor esfuerzo, pero tiene que replantear y tomarse el pulso frente a una estrategia que no ha mostrado los resultados.
SEMANA: ¿En el Cauca se sienten solos?
O.C.: Tenemos la presencia de un Estado ineficiente. No es que estemos solos, hay mesas y mesas donde se habla de proyectos, de sustitución, pero no hay ni lo uno ni lo otro. Se rompe un cese al fuego, se anuncia una contraofensiva, pero tampoco hay un mecanismo frente a la asistencia humanitaria. No podemos decir que se ha recuperado el orden público en el Cauca porque semana tras semana vemos acciones violentas, muertes, más desplazados y una sociedad amedrentada.
SEMANA: Y uno ve que el Estado ha presidido varios consejos de seguridad y no pasa nada.
O.C.: En la última ida al Cauca, el presidente Gustavo Petro dentro de sus anuncios dijo que habría un consejo de seguridad permanente en el departamento. Eso, pues, se quedó en el anuncio. Claro que hay combates, mesas con ministros y presencia de la institucionalidad, pero nosotros entendemos que hoy más que nunca el Cauca requiere de una palabra importantísima: eficiencia. Más que el desfile de funcionarios, necesitamos eficiencia para que se ejecuten tanto los proyectos de implementación del acuerdo de paz como los proyectos que tienen que ver con la lucha contra la pobreza extrema y el cierre de brechas.
SEMANA: ¿Es decir, las disidencias de las Farc no están tan débiles como se cree?
O.C.: Tenemos que decirlo. De lo que se hace llamar el Estado Mayor Central, tenemos en el oriente un frente grande, el Dagoberto Ramos, hacia el norte con parte del centro hay otro, el Jaime Martínez. Y hacia el sur, uno más, el Carlos Patiño. No hemos visto que ninguno de estos tres grupos decline a sus acciones violencias. Por el contrario, permanentemente se muestran haciendo retenes sobre las vías, carnetización en corregimientos completos para controlar la libre locomoción. No pudiéramos decir que este conflicto en el Cauca lo está ganando el Gobierno.
SEMANA: ¿El Gobierno no está ganando el conflicto en el Cauca?
O.C.: No lo está ganando el Gobierno, podemos hacer una reflexión: el cambio que se planteó en primera hacia adelante, fue un cambio en reversa y hacia el abismo.
SEMANA: Le preocupa los drones utilizados por las disidencias de las Farc en Cauca.
O.C.: Es una novedad que, indiscutiblemente, nos pone a todos a hablar sobre lo que significa que un dron que vale cinco millones de pesos pueda cargar tres, cuatro explosivos como ha sido utilizado en Argelia, Cauca. También tenemos que decirlo: esto tampoco es que cambie la dinámica del conflicto. Los drones de hoy han sido los tatucos de los últimos 30 años que tienen la misma imprecisión. Esto pone en entredicho la capacidad tecnológica y de inteligencia de nuestra fuerza pública. En otras palabras, la preocupación que generan los drones hoy, la generaron los tatucos, hacen exactamente lo mismo: un artefacto que llega por el aire. Hoy, estos drones, que pueden avanzar hasta cinco kilómetros, también hacen parte de las preocupaciones.
SEMANA: ¿Está en riesgo la COP 26?
O.C: Yo creo que no llega hasta allá. Lo que sí podría estar en riesgo es la calidad de lo que se puede discutir en esta conferencia que plantea las Naciones Unidas porque la mayor joya ambiental que tiene el suroccidente colombiano está en la zona de conflicto del Cauca como es el macizo, donde nace el río Magdalena, el Caquetá, el río Patía y Cauca. Y, desgraciadamente, no podrá ser parte de la vitrina de la COP porque está totalmente afectada por la violencia.