Política
Cremación sin fuego: se enciende debate por el nuevo servicio funerario que llegaría a Colombia
La hidrólisis alcalina a Colombia se definirá en el Senado de la República. El sector funerario defiende la iniciativa y algunos expertos la rechazan.

Colombia está a un paso de adoptar la hidrólisis alcalina como nuevo servicio funerario. El método, también conocido como la cremación sin fuego, genera una gran polémica entre empresarios, científicos y parlamentarios por su impacto al ambiente y el aparente riesgo biológico. La decisión está en manos del Senado.
Como lo anticipó SEMANA en la edición impresa del 7 de junio, el procedimiento consiste en ingresar el cadáver a un contenedor de acero inoxidable con una solución alcalina que contiene 95 % de agua y 5 % de hidróxido de potasio o sodio; seguidamente, se le aplican altas temperaturas y presión.
Así lo dijeron sus promotores en SEMANA: “Se utiliza agua con una solución alcalina para descomponer el cuerpo humano, dejando como resultado, únicamente, los restos óseos, que posteriormente se entregan como cenizas, igual que la cremación tradicional. A diferencia de la cremación a llama, no produce emisiones tóxicas”.
Para ellos, adscritos principalmente al sector funerario de Antioquia, esta técnica reduciría la huella de carbono, usaría energías renovables para su operación y no contaminaría el agua con los subproductos. Además, creen que la llegada de un tercer servicio funerario a Colombia diversificaría el mercado y reduciría los precios.
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“Se estima que los costos para las familias sean un 40 % más bajos que la cremación, gracias al menor gasto energético y al mantenimiento más económico del equipo. Nosotros tenemos el reto de ayudar a preservar las tradiciones culturas y religiosas de las familias colombianas”, dijo Johana Estrada, vocera del sector.
Este proyecto fue aprobado por la Cámara de Representantes y ahora está en manos del Senado de la República. Hay varias voces que recomiendan no aprobarlo, como algunas autoridades sanitarias en las regiones, por los eventuales riesgos que tendría en el ambiente y el supuesto uso excesivo de agua.
El Ministerio de Salud fue el primero en negarse y, más tarde, reversó su concepto. Para la entidad, no era conveniente en Colombia porque antes debe estar “antecedida por la reglamentación sanitaria con miras a procurar la salubridad de los seres humanos, animales y plantas, pues esta depende de la buena disposición de los cadáveres”.
La representante Alexandra Vásquez, del Pacto Histórico, se distanció de la iniciativa porque identificó peligros: “Yo soy química de profesión, por lo tanto, sé lo que significa un proceso de hidrólisis alcalina. Muchos dicen que es ambientalmente sostenible, pero estamos trabajando con un producto alcalino, con unos pH supremamente altos, lo cual indicaría que estamos obteniendo residuos peligrosos”.

El exdirector de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, afirmó que esta técnica requiere un consumo alto de agua, entre 1.000 y 1.500 litros por cuerpo, y no sería ambientalmente viable. Sin embargo, los defensores de la iniciativa negaron estas cifras y afirmaron que, como máximo, se necesitarían 500 litros por cadáver.
De igual manera, Valdés mostró inquietud en SEMANA porque se eliminaría el ADN de los cadáveres cuando sea sometido a la hidrólisis alcalina: “Es un procedimiento que destruye el ADN. Al destruir el ADN, se está desapareciendo no solamente el cuerpo, sino la identidad de un ser humano que ya falleció”.
En contraste, los impulsores de la técnica compartieron un informe firmado por el Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Antioquia, donde se halló el ADN en restos óseos sometidos a esta técnica, pertenecientes a una paciente identificada como María Bran de Posso, por lo que niegan la teoría de Valdés y dan fe de la permanencia del ADN tras la aplicación de la cremación sin fuego.
La polémica no para y será el Senado quien dé la última palabra.