Política
Dura carta del expresidente César Gaviria: alerta de amenaza y presiones del Gobierno Petro
El líder del partido Liberal se pronunció sobre los recientes hechos de violencia en Colombia.

El expresidente de Colombia y líder del partido Liberal, César Gaviria, compartió una dura comunicación en las últimas horas sobre la violencia política y la defensa del orden constitucional en el país, después del atentado que sufrió el senador y precandidato presidencial del Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay.
En primer lugar, Gaviria expresó solidaridad con la familia del político por el ataque armado: “Su figura presenta una generación comprometida con Colombia y con los valores democráticos. Su voz, aún en la diferencia, ha defendido la posibilidad de una nación donde sea posible disentir con respeto, tender puentes y construir desde el diálogo”.
A su juicio, lo ocurrido no es solo una tragedia personal, es una amenaza directa a la democracia y al respeto por la diferencia: “En un momento como este, resulta imprescindible rechazar no solo los actos de violencia, sino también la retórica pública que los aliente o los legitima. Los señalamientos, leguaje confrontacional y deshilvanada respuesta del presidente alimenta un clima hostil que no es compatible con la responsabilidad del cargo”.
La recomendación del exjefe de Estado es que este no es un momento para ahondar las divisiones ni para alimentar tensiones políticas que pongan en riesgo la estabilidad institucional: “La democracia exige serenidad, respeto por las reglas y un compromiso colectivo con el bien común”.
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Para Gaviria, pese a este dolor y conmoción, el Gobierno nacional ha insistido en sacar adelante, de manera supuestamente ilegítima, una consulta popular que “profundiza el clima de confrontación y erosiona el orden público. Incluso después del atentado contra el senador Miguel Uribe, el Gobierno ha reiterado públicamente que continuará adelante con la convocatoria de la consulta popular”.
El expresidente narró que estas expresiones, lejos de convocar a la reflexión nacional, minimizarían el impacto del atentado e insistiría en una ruta de confrontación política en un momento de profunda sensibilidad democrática.

En la extensa comunicación, él citó que el procurador general, Gregorio Eljach, hizo un pronunciamiento contundente en Cartagena, instando al Ejecutivo a respetar el concepto negativo del Senado a la convocatoria de la consulta popular.
“Como explicó el Procurador, no hubo concepto favorable, sino una decisión negativa del Senado. Pese a ello, el Gobierno ha anunciado su intención de expedir un decreto de convocatoria, en un acto abierto de desacato institucional”, comentó Gaviria.
También habló del episodio en el que el ministro del Interior, Armando Benedetti, increpó al secretario del Senado con gritos y manoteos: “Refleja el nivel de presión que se ejerce desde el Ejecutivo. A ello se suma la presentación de una nueva solicitud al Congreso, con preguntas adicionales sobre reforma a la salud, en un contexto de evidente improvisación. Todo esto subraya el afán del Gobierno por desconocer la vía institucional”.
Para Gaviria hay una inquietud adicional: “Aún más preocupante resulta que el presidente haya condicionado la permanencia de sus ministros a la firma del decreto de convocatoria, declarando públicamente que ‘ministro que no lo firme, se va’. Esta amenaza no solo vulnera el principio de autonomía del gabinete, sino que constituye una forma de presión indebida en el marco de la legalidad democrática”.
Su argumento es que “el presidente ha intentado justificar sus acciones afirmando que ‘el poder presidencial es poder del pueblo’, desdibujando peligrosamente los límites de su mandato constitucional. No puede erigirse en única voz del pueblo para invalidar los contrapesos institucionales. La democracia se construye desde el pluralismo, no desde la imposición”.
Y concluyó: “Presidente Petro, usted juró cumplir y respetar la Constitución de 1991. Le instamos a honrar su juramento. No menoscabe el Estado de derecho. Quebrantar la regla fiscal también representa una desviación grave de sus deberes como jefe del Estado. Aún hoy, usted no ha atendido las deficiencias que padecen millones de colombianos pobres y desposeídos —las mismas personas en nombre de las cuales dice gobernar—. Su política de ‘paz total’ necesita un redireccionamiento sustantivo, o nos enfrentaremos nuevamente a los peores momentos de nuestra historia reciente”.