POLÍTICA
El ELN y el gobierno de Gustavo Petro: crónica de una paz fallida y advertida
El presidente Gustavo Petro habló este martes de cerrar el proceso de paz con el ELN tras la explosión en Arauca, pero ¿cerró definitivamente la puerta a negociar con ese grupo armado?
Dos semanas atrás, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, en un gesto de franqueza le reconoció al país que no era optimista con los procesos de paz que adelanta el gobierno del presidente Gustavo Petro. “No vamos a tener éxito ya con la paz total”, dijo.
Sus declaraciones levantaron una polvareda y llevaron a distintos sectores políticos a considerar que el ministro iba en contravía a los programas de paz y la promesa de campaña de Gustavo Petro.
El alto comisionado para la paz, Otty Patiño, guardó silencio. También el presidente Gustavo Petro.
Sin embargo, los días le dieron la razón a Cristo y una de las nueve negociaciones de paz que adelanta la Casa de Nariño parece ir rumbo al fracaso: la del ELN, la primera guerrilla que se sentó a hablar de la salida al conflicto con Petro.
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Este martes 17 de septiembre, ese grupo armado activó un explosivo en una base militar ubicada en Puerto Jordán, Arauca, que le costó la vida a dos soldados y otros 27 quedaron gravemente heridos. El atentado, de acuerdo con información militar, lo ordenó alias Pablito. Este subversivo, según le dijo a SEMANA el senador del Centro Democrático, José Vicente Carreño, nunca se observó en la mesa de negociación.
Este hecho, que se suma a la escalada de acciones violentas del ELN en Arauca, entre ellas, atentados al oleoducto Caño Limón-Coveñas, llevó al presidente Gustavo Petro a un sin salida que lo obligó a anunciarle al país este martes el “cierre del proceso de paz” con el ELN.
“Como sucedió aquella vez en otro sitio aquí cerca, en la Escuela de la Policía en Bogotá, donde murieron muchísimos agentes de Policía, alféreces, que estaban estudiando allí, pues prácticamente es una acción que cierra un proceso de paz con sangre”, dijo textualmente el primer mandatario.
Se refiere al atentado con carrobomba en la Escuela de Policía General Santander ocurrida en enero de 2019, que dejó como saldo 21 muertos y 68 heridos y que impulsó al expresidente Iván Duque a cerrar definitivamente las negociaciones de paz con el ELN.
Petro no entregó más detalles de su decisión ni habló de una ruptura definitiva con el ELN porque él tiene claro que la política de paz es una de sus promesas de campaña y ese es el grupo armado más grande que hoy tiene el país.
De hecho, los jefes del comando central de esa guerrilla siguen en Venezuela y el presidente no ha pedido a ese país que los expulse. Tampoco ha levantado las órdenes de captura en su contra, lo que puede traducirse en que las puertas no están totalmente cerradas.
Sin embargo, el atentado con explosivos contra el Ejército en Arauca, sumado a la corta, pero contundente declaración de Petro, agudiza aún más la posibilidad de un posible acuerdo de paz entre el Ejecutivo y el ELN.
Y es que ese grupo armado, como lo reitera el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, no da señales de paz.
Desde febrero de 2024, la mesa de diálogo está congelada y los jefes del Comando Central, entre ellos, Antonio García, hablaron de una crisis en la mesa porque el Gobierno negociaba la paz en silencio y sin consultarles con un grupo rebelde del ELN en Nariño. El alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, los invitó nuevamente al diálogo, pero no suspendió las conversaciones en Nariño. No recibió un mensaje positivo y uno de los negociadores del Gobierno, José Félix Lafaurie, le sugirió al presidente Petro endurecer el discurso.
Como si fuera poco, el grupo armado le exigió al Gobierno Petro que le quitara jurídicamente la ‘chapa’ de grupo armado organizado que, sin duda, endurece las penas a quienes cometen delitos. El tema no ha sido viable y ha agudizado el enfriamiento de las conversaciones.
A juicio de distintos sectores políticos, el ELN ha desaprovechado las oportunidades de diálogo que le ha puesto sobre la mesa el Gobierno. De hecho, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, enfatizó en que el ELN no entendió el mensaje ni la política de paz del presidente Petro.
“Ha perdido una oportunidad histórica para negociar la paz, insiste en la violencia, insiste en hacerles daño a los colombianos, a mí me duele profundamente porque conozco a Arauca, el ELN lo ha victimizado, se sigue ensañando contra su gente, contra la población civil, eso es inaceptable para el Gobierno nacional. Al ELN, definitivamente, lo dejó el tren de la historia”, manifestó.
El problema es que a Petro le quedan dos años en el poder y a medida que pasan los días las opciones de un posible acuerdo se ven reducidas. Al contrario, quien se ha fortalecido y ha ganado terreno es el ELN porque los ceses bilaterales al fuego, mantenidos en los dos últimos años con la Fuerza Pública, les ha permitido moverse sin mayor problema por distintas regiones del país.
Petro, tras su anunció de este martes, ¿ordenará acciones militares contra el ELN? La respuesta es incierta pero, sin duda, les permitiría a los colombianos conocer si la puerta al diálogo está totalmente cerrada con el Gobierno Petro o si, al contrario, hay opciones de volverse a abrir en un corto futuro.