Política

En menos de 24 horas, Petro pasó de decirle a Trump “me matarás” y “túmbeme”, a aceptar sus términos para deportar a los migrantes ilegales

El presidente colombiano estuvo a poco de generar diferencias con grave impacto económico y político para el país.

27 de enero de 2025, 12:55 p. m.
Gustavo Petro Donald Trump sanciones
Gustavo Petro y Donald Trump encendieron la polémica por la recepción de migrantes. | Foto: SEMANA

Colombia estuvo a punto de ser sancionado por Estados Unidos con medidas equiparables a países como Venezuela, Cuba y Nicaragua. Todo se dio a raíz de un trino del presidente Gustavo Petro, quien restringió el ingreso de dos aeronaves estadounidenses que transportaban de vuelta a cerca de 160 migrantes ilegales.

Todo comenzó a las 3:41 de la madrugada del domingo, cuando el mandatario tomó la decisión de desautorizar la entrada de aviones que el país ya había acordado admitir.

“Los EE. UU. no pueden tratar como delincuentes a los migrantes colombianos. Desautorizo la entrada de aviones norteamericanos con migrantes colombianos a nuestro territorio. EE. UU. debe establecer un protocolo de tratamiento digno a los migrantes antes que los recibamos nosotros”, publicó en X.

Luego, a las 9:30 de la mañana, el presidente anuncia que hizo “devolver” los aviones estadounidenses.

“Un migrante no es un delincuente y debe ser tratado con la dignidad que un ser humano merece. Por eso hice devolver los aviones militares estadounidenses que venían con migrantes colombianos. No puedo hacer que los migrantes queden en un país que no los quiere; pero si ese país los devuelve debe ser con dignidad y respeto con los y con nuestro país. En aviones civiles, sin trato de delincuentes recibiremos a nuestros connacionales. Colombia se respeta”, publicó Petro.

Y Petro, sin ninguna respuesta de Estados Unidos aún, a las 11:35 de la mañana continuaba sus trinos sobre el hecho, asegurando que existen 15.660 estadounidenses establecidos en Colombia de manera irregular.

Y siguió hablando de dignidad: “Los migrantes son seres humanos y sujetos de derechos, y como tal deben ser tratados”.

Luego pidió convocar asamblea extraordinaria de la Celac, con el fin de atender los problemas de migración con Estados Unidos.

Pero a la 1:28 de la tarde, mientras Donald Trump se encontraba en Trump National Doral Miami jugando golf, se desató una tormenta contra el presidente por el anuncio de sanciones contra Colombia por la decisión de no aceptar los aviones.

“Esta orden fue dada por el presidente socialista de Colombia, Gustavo Petro, quien ya es muy impopular entre su pueblo. La negativa de Petro a aceptar estos vuelos ha puesto en peligro la Seguridad Nacional y la Seguridad Pública de los Estados Unidos, por lo que he instruido a mi Administración a tomar de inmediato las siguientes medidas urgentes y decisivas de represalia”, publicó Trump en su red social, Truth Social.

E impuso aranceles de emergencia hasta del 50 % en productos colombianos que ingresen a Estados Unidos; prohibición de viajes y visas para el presidente, su familia y funcionarios; inspecciones reforzadas por parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, y sanciones financieras y bancarias.

Las medidas, ratificadas por el Departamento de Estado poco después, prometían ser “solo el comienzo”, pese a que de por sí ya significaban un debacle económico y social para el país.

Marco Rubio, secretario de Estado, emitió un comunicado reforzando que Estados Unidos tomó la acción de Petro como un intento de “tomar ventaja” del país norteamericano.

“El presidente Trump ha dejado en claro que, bajo su administración, Estados Unidos ya no será engañado ni aprovechado. Es responsabilidad de cada nación recibir de vuelta a sus ciudadanos que están ilegalmente en los Estados Unidos de manera seria y expedita. El presidente colombiano Petro había autorizado los vuelos y proporcionado todas las autorizaciones necesarias, pero luego canceló su autorización cuando los aviones ya estaban en el aire. Como lo demuestran las acciones de hoy, somos firmes en nuestro compromiso de poner fin a la inmigración ilegal y fortalecer la seguridad fronteriza de Estados Unidos”, se lee en el comunicado.

Luego estallaron los gremios, líderes políticos, mandatarios locales, viajeros y empresarios en Colombia, quienes encendieron todas las alarmas por las medidas impuestas por Estados Unidos.

El Gobierno Petro empezó lentamente su retractación, disponiendo de un avión presidencial para facilitar el retorno de los migrantes que devolvió.

Pero el mandatario colombiano, sin importar las fuertes advertencias, enfrentó al presidente Trump en una publicación, sugiriendo que este quería “matarlo” y “tumbarlo”.

“Me matarás, pero sobreviviré en mi pueblo que es antes del tuyo, en las Américas. Somos pueblos de los vientos, las montañas, del mar Caribe y de la libertad. (...) Túmbeme, presidente, y le responderán las Américas y la humanidad”, le dijo a Trump.

Antes de eso, ordenó los mismos aranceles a Estados Unidos, igualando parte de las sanciones contra Colombia.

Luego señaló de “arrodillados” a quienes se preocupaban de las medidas, y hasta replicó un video musical.

SEMANA conoció que el presidente no estaba presente en la Casa de Nariño, mientras su canciller saliente, Luis Gilberto Murillo; Laura Sarabia, ministra entrante; Daniel García Peña, embajador de Colombia en Washington, y Luis Carlos Reyes, ministro de Comercio, estaban solucionando la situación con la Casa Blanca.

Finalmente, la crisis terminó con un comunicado de la Casa Blanca, coordinado con uno de la Cancillería de Colombia, que anunció que el presidente cedió ante las condiciones de Trump.

La crisis terminó en que Estados Unidos paraba el trámite de las sanciones hasta que Colombia admitiera a los deportados. El presidente terminó, contrario a lo que dijo por varias horas a través de X, aceptando los términos del presidente estadounidense.