Política

Exsecretario de la JEP dijo que la fuerza pública es “discriminada” en el tribunal: “Es juzgada con una lógica absurda y severa”

Néstor Raúl Correa Henao explicó en cinco puntos las razones por las que la jurisdicción no ha sido “simétrica” en su tratamiento con los militares.

4 de febrero de 2025, 12:12 p. m.
JEP - Jurisdicción Especial para la Paz
JEP - Jurisdicción Especial para la Paz. | Foto: Colprensa

Néstor Raúl Correa Henao, exsecretario ejecutivo de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), escribió una reflexión para la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares (Acore) sobre cómo el tribunal transicional “discrimina” a los uniformados que se someten a este.

En primer lugar, resalta que quien ganó el conflicto armado, con la firma del acuerdo de paz, fue la fuerza pública.

Y por una paradoja, el ejército ganador (la fuerza pública) es castigado severamente en la JEP, mientras que el ejército perdedor (la guerrilla) es privilegiada en dicha jurisdicción. El mundo al revés”, manifestó el abogado y exmagistrado.

En su texto, expuso cinco puntos explicando los casos en los que la JEP comete este tipo de discriminación contra los militares. Comenzó resaltando la equiparación de los delitos de las Farc con los que habrían cometido los uniformados, “sugiriendo que ambos son igual de culpables”.

Jurisdicción Especial para la Paz habría tenido un trato diferencial con los militares. | Foto: GUILLERMO TORRES REINA

Aclaró que todo asesinato es igualmente reprochable, pero argumentó que los militares habrían matado un número mucho menor de personas.

“Y ni hablar de los otros delitos de la exguerrilla. Pero se vende la idea de que las Farc son éticamente superiores, por sus presuntos motivos altruistas, lo cual es totalmente inaceptable. Y por esta vía la JEP banaliza los aterradores y numerosos crímenes de las Farc”, indicó.

Y recordó las cifras de la Comisión de la Verdad sobre homicidios a manos de las Farc: de un total de 450.664 casos que hubo en el país en 33 años, de 1958 a 2018, las Farc cometieron el 21 %.

“Si a esas cifras se les hace una proyección, se podría estimar que las Farc en cincuenta años asesinaron a cerca de 200 mil personas”, escribió e incluso agregó que en el “imaginario colectivo” los supuestos 6.402 falsos positivos son “más graves” que los homicidios de la guerrilla.

Segundo, dice que la fuerza pública es juzgada con una “lógica absurda y severa”, mientras que la guerrilla es juzgada con “una lógica institucional y benévola”.

Correa dijo que la argumentación de la JEP muchas veces se basa en un “sofisma” que termina perjudicando a los militares.

“Ese tratamiento ‘asimétrico’ que da la JEP a sus procesados viola el principio de igualdad y discrimina a los militares”, indicó.

Por otro lado, dijo que el impacto simbólico de los procesos que adelanta la JEP está encaminado a institucionalizar a la guerrilla y juzgar a los militares.

“Mejor dicho, después de declarar ante la JEP, el antiguo Secretariado de las Farc salía para el Congreso o para su casa, como si nada. Por poco se sale a deberle: algunos llegaron al extremo de referirse a las Farc como víctimas”, criticó.

“Esta diferenciación en el tratamiento de las víctimas no es neutra, sino que transmite un mensaje: que los crímenes de las Farc no fueron algo grave, al punto que no vale la pena repararlos, en cambio, los delitos de los agentes del Estado sí son gravísimos, al punto que hay que indemnizarlos”, expuso en su texto para Acore.

Y eso lleva al quinto argumento, en el que resaltó que la JEP trata mejor a las víctimas del Estado que a las de las Farc.

“Por ejemplo, muchas víctimas de secuestro de la guerrilla han preferido no comparecer ante la JEP, porque allí no les dan espacio, como lo testimonia Fevcol. En cambio, a las víctimas de las Farc, la JEP las prepara en talleres con sicólogos el día anterior a la audiencia, para suavizarle el espectáculo a los exguerrilleros, instrumentalizando así a las víctimas”, manifestó.

Finalmente, el exsecretario ejecutivo del tribunal transicional expresó que el tratamiento, lejos de ser simétrico, es “sesgado” e “ideologizado”.

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