Política
Gustavo Petro recuerda el 19 de abril y el estallido social, llama al cabildo y advierte a las Fuerzas Militares. ¿Promesa de caos?
El hundimiento de la consulta popular desató al primer mandatario, que vuelve a convocar a las calles y plantea una salida no viable: volver a votar su iniciativa. “Los paros suelen hacerse contra los gobiernos, no a favor de ellos. Si el gobierno exagera, encontrará un bumerán”.


El presidente Gustavo Petro lleva varios meses hablando del estallido social. Lo decía cada vez que el Congreso o las Cortes tomaban alguna decisión en contravía de sus deseos. Pero el discurso menguó cuando el gobierno encontró lo que veía como una fórmula infalible, un gana-gana, un trampolín que no tenía pierde de cara a 2026: la consulta popular. Se trataba de una salida que permitía concretar una de sus reformas, pero sobre todo que le daba tiempo, poder y plata para lanzar una plataforma de cara a las elecciones que dejaba al candidato del petrismo con una ventaja envidiable.
Petro se lanzó con ínfulas de populista, para algunos, y de dictador para otros, al decir que pensaba que si el Congreso no aprobaba el aval que se necesitaba para esa iniciativa, podría revocarlos. “Tengo que decir con franqueza que el que vote ‘no’ o no quiera estas reformas es porque es un HP esclavista. No he dicho ninguna grosería. Ojo, HP: ¿honorable parlamentario, periodista o político? Honorable político. Pero es honorable persona esclavista”, aseguró.

Y este escenario, que se veía difícil, al poner contra la pared a los congresistas y prometer exponer sus nombres como enemigos de las clases trabajadoras, se concretó. Con una estrecha votación (47 por el ‘sí’ y 49 por el ‘no’), el Senado hundió la consulta popular. Lo hizo, sin embargo, abriendo una puerta técnica que en la teoría permitiría aprobar esos puntos de la reforma laboral que iban a ir a las urnas. Los congresistas aprobaron, en cambio, una apelación de la hundida reforma que permitirá debatirla de nuevo.

El hundimiento de la reforma, que no estaba en las cuentas del Gobierno Petro, desató al primer mandatario en redes sociales y luego en una alocución a las 8:30 p. m. Y el estallido social volvió, recargado. “Ahora con tranquilidad, pero sabiendo que los derechos no se mendigan, le corresponde al pueblo reunirse en cabildo en todos los municipios de Colombia, y tomar la decisión que corresponde a la respuesta del Senado de la República”, escribió en X. En sus palabras al país, no solo recordó los clamores del estallido social que paralizó al país hace unos años, sino que aseguró que el país había sido testigo de un espectáculo “dantesco” en el Congreso.
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En sus mensajes, Petro dejó clara cuál será su nueva narrativa, el cabildo popular. “Ni los derechos se mendigan, ni se acalla al constituyente primario. Hoy el pueblo debe mantenerse en calma y reunirse libremente en las plazas públicas de todos los municipios del país. Organizarse y tomar decisiones... Con tranquilidad, la respuesta a la ignominia de la mesa directiva del Senado será respondida contundentemente”, agregó.
En últimas, es una prolongación de lo mismo que le habían criticado al lanzar la consulta, que no es otra cosa que usar un mecanismo democrático para saltarse las mismas reglas de la democracia. Como el Congreso, en las reglas de la democracia, tumbó la reforma laboral, llamar a una consulta al pueblo. Y, como no se logró la consulta, ahora convocar a un cabildo. La figura, establecida en la Constitución, no está diseñada para un momento como este, sino que busca que los concejos distritales, municipales o de las juntas administradoras locales, se puedan discutir asuntos de interés para la comunidad.
Hoy el pueblo debe mantenerse en calma y reunirse libremente en las plazas públicas de todos los municioios del país. Organizarse y tomar deciones.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) May 14, 2025
En el cabildo distrital de Bogotá se reunieran las organizaciones populares a escala nacional.
Ante el fraude evidente y la burla…
Petro también volcó su discurso para demonizar la decisión del Senado. “Decidieron hacer el fraude. El fraude se contesta con el pueblo”, dijo. El presidente expuso una situación puntual: supuestamente el senador Édgar Díaz había votado ‘sí’, pero una vez se cerró el registro, cambió su voto al ‘no’. “Este es el fraude. El pueblo ya no se debe arrebatar el triunfo”. El congresista aseguró que su voto siempre fue por el ‘no’.
Por cuenta de ese episodio, Petro mencionó el 19 de abril de 1970, día que dio origen al movimiento guerrillero del que él hizo parte, el M-19. Como recuerda un documento de la Comisión de la Verdad, “la noche del 19 de abril de 1970 las emisoras daban por ganador al general Rojas Pinilla, por una diferencia cercana a los 113.000 votos. Fue entonces cuando el Gobierno, en cabeza del ministro Carlos Augusto Noriega, prohibió los boletines radiales y él mismo dio los resultados oficiales hasta ese momento: Rojas aventajaba a Pastrana por algo más de 9.000 votos. Se impuso el riesgo inminente de que los liberales, en cabeza del presidente Carlos Lleras Restrepo, no pudieran cumplir lo pactado doce años atrás. El presidente decretó el toque de queda y a la mañana siguiente la ecuación electoral había cambiado: Pastrana tenía una ventaja de 2.617 votos sobre el general, que con los escrutinios completos llegaron a ser 63.557 de diferencia”. Ese grupo insurgente motivó su lucha en lo que sucedió esa noche.
En esta ocasión, Petro apuntó al presidente del Senado, a quien acusó de cerrar la votación. “Efraín Cepeda cometió el peor error posible que en Colombia pueda cometerse, usar el fraude... Al pueblo no se le silencia con trampa. Estoy listo para lo que el pueblo decida”.
No se hundió la consulta popular. La hundieron con fraude, como en un 19 de abril de 1970.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) May 14, 2025
El senador Efrain Cepeda sabedor que ingresaban los votos que la hacían mayoría, cerró la votación.
Estamos ante un fraude y el pueblo debe decidir.
Peopongo de inmediato la reunión de… https://t.co/oA1iwd3TbC
Cepeda había sido una voz muy crítica frente a los insultos que el presidente había tirado al Congreso. En una entrevista con María Isabel Rueda este lunes, el congresista aseguró que con sus expresiones el presidente ponía sobre la mesa “la amenaza de un golpe de Estado con movilizaciones amenazantes y símbolos de guerra como espadas y banderas que buscan afectar nuestra voluntad e intimidar a los parlamentarios. Y eso sí, como presidente de esta corporación, yo no lo puedo permitir”.
Tras el hundimiento de la consulta, el presidente del Senado publicó un trino en el que decía: “La democracia habló en el Senado y votó ‘no’ a una consulta popular, inconveniente que les iba a quitar a los colombianos 750 mil millones de pesos de su bolsillo. La discusión de la reforma laboral seguirá ahora su trámite en la comisión cuarta a la que la enviaré tras aprobarse la apelación. Espero que se logre una reforma concertada para mejorar el empleo y la informalidad. Llamo a los colombianos a la calma. Es el momento de respetar las instituciones y la democracia”.
La democracia habló en el Senado y votó no a una consulta popular inconveniente que les iba a quitar a los colombianos 750 mil millones de pesos de su bolsillo.
— Efrain Cepeda (@EfrainCepeda) May 15, 2025
La discusión de la reforma laboral seguirá ahora su trámite en la Comisión Cuarta a donde la enviaré tras aprobarse la… pic.twitter.com/Aehj5XTJM1
En la retahíla de acusaciones de Petro, el presidente escribió algo de mucho impacto. “La orden como presidente de la República de Colombia es que, en estos momentos, la Fuerza Pública no debe hacer uso de su fuerza contra el pueblo. Su presencia debe ser la suficiente para cuidar los edificios de las instituciones y garantizar la convivencia pacífica entre la ciudadanía”.
El presidente lo repitió en su alocución en la noche. “Es una orden de su comandante”, dijo al repetir que les pedía a las fuerzas armadas no levantarse contra el pueblo. ¿A qué se refiere Petro? ¿Es una orden para que las fuerzas armadas no actúen si el caos se toma las calles? ¿Es un llamado a volver a generar un estallido social como el que se vivió entre 2019 y 2021?

Un chat, captado por la cámara del fotógrafo de SEMANA, Guillermo Torres, deja ver a dónde le está apuntando el gobierno. La imagen fue tomada justo cuando el ministro del Interior, después de protagonizar un fuerte altercado con el secretario del Senado, Diego González, se sentó en una de las curules del Capitolio, tomó agua y empezó a escribir en su teléfono.
En este Benedetti le preguntó a Petro: “¿Quién convoca la huelga general? ¿A quién se le dice que lo haga?”. La conversación entre Petro y Benedetti fue a las 4:17 p. m., y a las 4:35, el presidente escribió en su red social X: “Este es el fraude. El pueblo ya no se debe (dejar) arrebatar el triunfo. La salida a la calle es masiva, pero la coordinación popular debe dar los pasos a seguir del movimiento democrático que se desata a partir de ahora”.
“La huelga general no la decido yo, el derecho a la huelga consagrado en la Constitución nacional, la decide el pueblo. Solo si la oligarquía decide dar el golpe contra el presidente elegido popularmente; o, si se conculcan los derechos fundamentales del pueblo consagrados en la Constitución nacional, el pueblo tiene el derecho a la huelga por decisión libre y soberana”, escribió el presidente tras conocerse esa imagen.
En su alocución, Petro planteó una salida que no tendría antecedentes. Le pidió al Senado volver a votar la consulta popular. El escenario que Petro plantea es imposible jurídicamente, por lo cual solo queda su llamado a las calles. ¿Busca el presidente desatar el caos?
Humberto de la Calle puso en evidencia el contrasentido de esta “huelga general” o “estallido” que la Casa de Nariño comenzará a mover. “Tiene derecho a movilizar sus adeptos. Pero esos llamados al paro general son un contrasentido. Los paros suelen hacerse contra los gobiernos, no a favor de ellos. Si el gobierno exagera, encontrará un bumerán. Y el presidente debe desistir de la descalificación de quienes piensan distinto. Es el gobernante de todos, no solo de los suyos. Los ministros energúmenos y vociferantes pierden su propia dignidad”.