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Gustavo Petro va por el 2026: este es su plan para dejar un heredero en la Casa de Nariño. El ejecutor es Armando Benedetti. ¿En qué está la oposición?
Este es el plan del presidente Gustavo Petro para dejar un heredero en la Casa de Nariño. La orden ya está dada, y el ejecutor es Armando Benedetti. ¿En qué está la oposición?

Cuando faltan 14 meses para las elecciones presidenciales de 2026, y en medio de un grave deterioro del orden público, la economía y el sistema de salud, el presidente Gustavo Petro ya dio la orden de poner en marcha una estrategia para asegurarse de que uno de sus herederos lo suceda en la Casa de Nariño. Aunque en distintos escenarios ha aclarado que no buscará la reelección, y los tiempos tampoco le dan, Petro ya dio luces de que quiere que alguien cercano a él lo reemplace. “No se llama reelección, se llama mantenerse en el combate por la vida y la libertad de los seres humanos”, aseguró, por ejemplo, en la posesión de la canciller Laura Sarabia.
Esto, sin duda, pone en seria desventaja a los demás aspirantes a la presidencia, pues no cuentan con el aparato y la chequera del Estado para hacer campaña, lo cual es un golpe a la democracia. El ultimátum se lo dio Petro a su gabinete esta semana, en el consejo de ministros televisado; allí fue categórico: “Yo les propongo que cesen el ego, que lo pongan a fuego lento, todavía no es el momento. La victoria en 2026 depende de que haya un nosotros dispuesto a luchar por la dignidad. Nosotros, no yo”. Luego repartió billones de pesos para el Catatumbo.
Armando Benedetti es la ficha clave del ajedrez que empezó a jugar el presidente. En 2022, el hoy ministro del Interior fue decisivo en el triunfo del líder del Pacto Histórico. Ahora, más allá de aterrizar en la cartera política para sacar adelante las polémicas reformas del Gobierno en el Congreso, tiene la misión de conformar un “frente amplio” para que la izquierda petrista barra en las urnas. “Claro que habrá un frente amplio en el país para profundizar una sociedad en la que se abran oportunidades para todos y todas”, ha dicho Petro.
SEMANA revela los detalles desconocidos del plan que se está cocinando, cuyo ejecutor es Benedetti. Son varias fases. La primera es que en el petrismo puro, es decir, la izquierda más radical, se decante la lista de precandidatos antes de que finalice el año. La idea, según el calendario electoral de la Registraduría, es que en octubre haya una consulta interna entre los aspirantes del Pacto Histórico para que el elegido los represente en una consulta interpartidista, en marzo de 2026. Allí jugarían el petrismo y el santismo, con el apoyo de políticos arropados en los partidos tradicionales que han sido aliados del Gobierno en Senado y Cámara.
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En la interna se medirían Gustavo Bolívar, María José Pizarro, Clara López, Carolina Corcho, Camilo Romero y Susana Muhamad –si no acepta ser la próxima directora de Planeación Nacional–, entre otros que se postulen de ese sector. En el mismo petrismo no cayó muy bien la idea de competir luego con precandidatos de otras facciones políticas, pero reconocen que no tienen un líder del tamaño de Petro que pueda representarlos y que garantice el triunfo. Por eso, están de acuerdo en que se deberá ampliar el espectro para obtener la victoria. Además, el que sigue dando línea es Petro y esa fue su orden.
La idea es que en la consulta del frente amplio esté el candidato del petrismo junto con precandidatos que surjan de otros sectores y partidos, como los verdes, La U y liberales. Estas dos últimas colectividades desautorizaron a Benedetti cuando habló de una gran coalición junto con el Pacto Histórico de cara a 2026. También podrían participar otros candidatos de sectores representativos, como el de Francia Márquez, y figuras como Roy Barreras, Daniel Quintero, Carlos Caicedo, Carlos Amaya –si renuncia a la Gobernación de Boyacá–, Luis Fernando Velasco, Juan Fernando Cristo, entre otros.
El ganador de esa consulta competiría el domingo 31 de mayo de 2026, en la primera vuelta, enarbolando las banderas del petrosantismo y enfrentando al antipetrismo.
Si hay algo claro en ese “sancocho”, como lo llamó Petro, es que el expresidente Juan Manuel Santos está metido de frente en ese proyecto. De hecho, una fuente de la Casa de Nariño le dijo a SEMANA que “Santos no tiene votos, pero tiene buena imagen y crea el imaginario del centro político”.
Aunque Santos ha dicho que está retirado de la política, está jugando con varias fichas que representan su legado del acuerdo de paz con las Farc para competir por el poder.

Muchos dan por descontado que Claudia López es el as bajo la manga del frente amplio de Petro y Santos. Su estrategia parece ser enfrentarse a Petro hoy, aunque votó por él en 2018 y en 2022. Ella busca votos en otros segmentos ideológicos, pero si no tiene el apoyo de la izquierda, es totalmente inviable. Actualmente, las encuestas no la favorecen y, en promedio, tiene una intención de voto de alrededor del 4 por ciento.
Claudia López celebró cuando Petro llegó a la presidencia y se subió al bus del “cambio”. En una entrevista con SEMANA, en 2022, dijo que si fuera necesario, volvería a votar por Petro. Pero López, como ha sido habitual, cambió nuevamente su discurso en meses recientes por conveniencia política, ha arremetido contra el presidente y quiere borrar su pasado.
Esta semana, Petro la invitó a formar parte del frente amplio. Lo hizo mediante una publicación en X, en la que compartió una foto de ella con Armando Benedetti en sus mejores tiempos. “Desde la mujer habitante de calle hasta lo mejor del empresariado para transformar a Colombia. Abrir la puerta de las oportunidades a todas y todos, con coherencia y sin mentira”, aseguró el mandatario.
Hay otros en el petrismo que consideran que las pullas de López al presidente deberían ser suficientes para cerrarle las puertas. La exalcaldesa se ha venido reuniendo con otros precandidatos como Sergio Fajardo, con quien tuvo una fuerte disputa el año pasado. Algunos se atreven a decir que Alejandro Gaviria podría volver a aspirar en 2026, pero sus posibilidades son casi nulas, dado su fracaso como precandidato en la coalición de la Centro Esperanza en 2022 y su estruendosa salida del Gobierno Petro.

Otra duda es si en el frente amplio habría un espacio para el excanciller Luis Gilberto Murillo, quien le cumplió todas las órdenes a Petro. Incluso se hizo el de la vista gorda frente al robo de las elecciones en Venezuela por parte de Nicolás Maduro. Sin embargo, el incidente entre Petro y Trump generó una grieta entre el presidente y el saliente canciller.
Murillo, además, estaría buscando articular listas al Congreso junto con los exministros Mauricio Lizcano, Roy Barreras y Juan Fernando Cristo, todos de las entrañas de Santos.
El frente amplio también tendrá incidencia en las elecciones al Congreso, aunque el propósito principal sean las presidenciales. Desde el Pacto Histórico saben que no podrán volver a presentar listas con ese nombre en coalición, como lo hicieron hace cuatro años, porque superaron el umbral del 15 por ciento de los votos al Congreso. La idea del partido único está quieta y poco se han movido para lograr esos acuerdos, ya que aún hay guerras internas que no cesan.
En ese sentido, se estaría analizando hacer acuerdos entre distintos partidos que se unan a sectores del frente amplio. En el caso del Pacto Histórico, tendrían que ir a través de una personería jurídica y desde ya se plantea que puedan escoger los candidatos de Cámara y Senado en unas elecciones primarias en octubre, la misma fecha en la que se definirá al candidato del petrismo para la consulta del frente amplio, en marzo de 2026.

El plan
La idea del frente amplio surgió tras la llegada de Armando Benedetti a la Casa de Nariño, lo que causó una fuerte tensión en el gabinete, como quedó revelado en el caótico consejo de ministros del 4 de febrero que fue televisado. Sin embargo, ese proyecto político con miras a 2026 sería la razón por la que Petro defendió a capa y espada a Benedetti frente a los petristas más acérrimos.
“Aquí se dividen entre benedettistas y antibenedettistas. Es un gabinete triste. La noticia que sale aquí, en vez de ser un gran esfuerzo democrático de mostrar al Gobierno cómo es que se gobierna, es una pelea entre ustedes. Eso se llama sectarismo, ya lo habían previsto antes, y el presidente no se deja encerrar. No estoy aquí para que me encierren, esto no es un sindicato”, reclamó Petro cuando varios rechazaron la presencia de Benedetti como jefe de despacho.
Además, el presidente, ese día, habló de una “secta” y dijo que eso llevaba a que se mataran entre ellos mismos. Allí fue cuando Petro usó la expresión “sancocho” para referirse a esa alianza de poderes y liderazgos, más allá del petrismo, para conservar el poder. “En el sancocho encontramos la revolución”, afirmó. Y lanzó una frase contundente que refleja el proyecto que el mandatario ya está montando: “No quiero ese sectarismo de que nosotros somos los puros y que los otros impuros, y que el proyecto se hace a partir de los puros, porque los puros se transforman en su contrario”, dijo.
Finalmente, Benedetti quedó atornillado al Gobierno y cada vez más cerca del presidente, mientras que algunos petristas purasangre salieron del gabinete y otros se acomodaron.

Desde ese momento, la responsabilidad de Benedetti ha sido consolidar ese frente amplio, y la aprobación de la reforma a la salud en la plenaria de la Cámara de Representantes esta semana es una prueba fehaciente de que estaría funcionando. Benedetti tiene algo que no habían logrado sus antecesores, Juan Fernando Cristo y Luis Fernando Velasco, y es que tiene línea directa con Petro y él lo escucha las 24 horas. Eso es fundamental para llevar a los oídos los requerimientos de los congresistas.
Además, Benedetti conoce los secretos más profundos de todo lo que se hizo en la campaña de 2022 para llegar al poder. En los audios publicados por SEMANA, en 2023, se escucha al actual ministro del Interior asegurar que si él habla, todos se hunden y se van a la cárcel.
Luego de ese respaldo de Petro ante sus ministros, Benedetti emprendió la cruzada para conformar las bases de ese frente amplio en el Congreso. En una serie de reuniones logró encuentros con más de 100 congresistas de varias bancadas, entre las que estaban miembros del Partido Conservador, el Partido Liberal y La U, sectores que han dicho que son independientes, pero que tienen entre sus filas a congresistas que le siguen copiando a Petro.
Las reuniones tienen un manto de duda, especialmente después del escándalo de corrupción en la UNGRD. El exdirector Olmedo López y el exsubdirector Sneyder Pinilla confesaron que el Gobierno Petro activó una máquina de compra de votos para pasar las reformas. ¿Benedetti estará haciendo lo mismo?

Tras los encuentros con los congresistas, Benedetti anunció la estrategia. “Esto se va a definir entre petristas y antipetristas, si logramos hacer un frente amplio para marzo, en las próximas elecciones, donde vayan el Partido de la U, el Pacto Histórico, el Partido Liberal, independientes y la Alianza Verde de Carlos Amaya, entre otros; y que de ahí salga un candidato, muy seguramente se puede ganar versus el aspirante de la derecha que puede ser Claudia López, Sergio Fajardo o Vicky Dávila”, aseguró.
El jefe del Partido Liberal, el expresidente César Gaviria, aseguró que no hay un plan para hacer coalición con el petrismo en 2026. Sin embargo, Benedetti contrarrestó ese mensaje con una foto junto a diez congresistas mujeres en la Cámara de Representantes, todas liberales, que han votado irrestrictamente a favor de los proyectos del Gobierno. Todos salieron sonrientes en la foto, a pesar de los constantes cuestionamientos por supuestos malos tratos del ministro del Interior a las mujeres.
En el caso del Partido Conservador, también se pronunciaron oficialmente y sostuvieron que no son ciertos los acuerdos, pero la realidad es que varios congresistas están volcados al Gobierno. Desde el partido ya se habla de sanciones y aclararon que esos encuentros son a nombre propio y por el cual cada congresista deberá responder en las instancias éticas internas. No obstante, la colectividad no se pronunció cuando el Gobierno nombró a Patricia Duque como nueva ministra del Deporte, en representación de ese partido.
En el caso de La U, de forma oficial, pidieron “respeto por la institucionalidad” y rechazaron que se utilice el nombre del partido en las declaraciones de Benedetti. La misma contradicción se da en ese movimiento, pues tienen cuota con el nuevo ministro TIC, Julián Molina.

En La U hubo rebelión. Los congresistas enchufados Julián López y José Antonio Correa dijeron que el pronunciamiento del partido no fue objeto de discusión. “Respetamos a los compañeros que no están de acuerdo con un frente amplio para 2026, pero otros compañeros y yo, que formamos parte de esta bancada, estamos dispuestos a conversar con el ministro Armando Benedetti y con el Gobierno del presidente Gustavo Petro para definir la mejor opción para Colombia”, aseguró el senador Correa. Eso demuestra que la estrategia de Benedetti para acercar a los partidos que posan de independientes es el menudeo.
El ministro del Interior ha logrado convencer a varios congresistas de estos partidos, que supuestamente están en independencia, para que respalden las iniciativas de Petro, a pesar de los lineamientos de sus directivas y posibles sanciones. Es una tarea que parece titánica en el tercer año de Gobierno, pero estaría dando resultados. Además, los legisladores están actuando en línea opuesta a las directrices de los jefes de los partidos y las relaciones ya están desgastadas. Los cambios en el gabinete también fueron fundamentales. Allí se les dio juego a estos sectores y a la Alianza Verde, de cara al frente amplio que se está poniendo en marcha.
A pesar de este plan, en varios de esos sectores hay escépticos que consideran que el frente amplio de Petro se podría desbaratar o no tener el poder que pronostican. Incluso, que el presidente podría perder el control de su estrategia. Aseguran que se trataría de una cortina de humo para querer demostrar fortaleza, pero que en realidad los políticos que por ahora le copian lo acompañarían hasta la ley de garantías, en una especie de acuerdo de no violencia y luego se irían distanciando.
De todas maneras, según encuestas recientes, como la de Invamer en diciembre de 2024, en la que el mandatario tuvo una favorabilidad del 34 por ciento –y es lo que se repite en el petrismo–, el presidente conserva su base de apoyo del 30 por ciento, por lo que creen que con el frente amplio podría obtener 20 por ciento más. Por eso le apuntan a ganar en la primera vuelta o a tener el cupo asegurado para la segunda.

Sin embargo, los escándalos de corrupción del Gobierno, el enfrentamiento con Estados Unidos, la inseguridad desbordada de los grupos criminales, el fracaso de la paz total, los incumplimientos en las promesas y las múltiples necesidades de la gente podrían pasarle una costosa factura al petrismo. De hecho, Vicky Dávila, reconocida por ser una férrea opositora de Petro, lidera las encuestas. Ella no tiene su origen en la política, no pertenece a ningún partido y busca consolidar un movimiento ciudadano.
Mientras el frente amplio toma forma, el antipetrismo sigue dividido y no hay una luz que permita pronosticar que habrá un acuerdo para elegir a un solo candidato o candidata cuya misión sería impedir que Petro siga en la Casa de Nariño hasta 2030 en cuerpo ajeno. Como dijo un líder del país, que pidió no ser nombrado, la oposición está “en medio del narcisismo de las pequeñas diferencias”.
Germán Vargas Lleras ha dicho que renunciaría a una candidatura si ve que hay un aspirante con mayor opción que él para derrotar a Petro. No obstante, en su partido consideran que el exvicepresidente debería ser el ungido. En el caso de Sergio Fajardo, ha sostenido reuniones con Claudia López y Álvaro Uribe, lo que hace pensar que podría estar alejándose de su plan inicial de no pactar alianzas con nadie. Por los lados del Centro Democrático aún no se define cuándo ni cuál será el mecanismo para elegir al candidato del partido. Las otras colectividades tradicionales no tienen un rumbo claro, aunque han hablado de una gran consulta para elegir a un solo candidato. Esa posibilidad está muy cruda.
Lo cierto es que hoy la oposición a Petro no tiene un gran operador político que articule el plan para 2026, a diferencia de lo que se ve con Armando Benedetti, Roy Barreras y Juan Fernando Cristo, entre otros políticos experimentados, en el llamado petrosantismo.
Si los políticos no se ponen de acuerdo, en todo caso serán los colombianos quienes tendrán la última palabra. Las elecciones de 2026 serán un referendo para castigar o no la gestión de Petro. ¿Los ciudadanos quieren que el país siga como va, o definitivamente buscarán que cambie de rumbo?.