POLÍTICA

Habla Adelina Guerrero, esposa de Armando Benedetti: dio detalles del allanamiento a su casa, y se refirió a un episodio ocurrido en Madrid, y la lista Clinton

Adelina Guerrero, la esposa del ministro Armando Benedetti, reveló detalles de su vida con el político, habló de su crisis matrimonial en España, el impacto de la Lista Clinton y el allanamiento a su casa.

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 Francisco  Argüello

Francisco Argüello

Periodista Semana

22 de noviembre de 2025, 7:31 a. m.
Adelina Guerrero habló por primera vez de algunos episodios en su vida y sobre política en Colombia. Lo hizo con SEMANA desde Barranquilla.
Adelina Guerrero habló por primera vez de algunos episodios en su vida y sobre política en Colombia. Lo hizo con SEMANA desde Barranquilla. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

SEMANA: ¿Es fácil ser la esposa de Armando Benedetti?

ADELINA GUERRERO: No es fácil, Armando es un político muy polémico y conocido. Siempre hay una noticia nueva todos los días. Uno se despierta pensando en qué van a decir hoy. No es fácil. En lo personal, la situación es otra. Es una gran persona, me llena mucho. Pero, en lo político, es un vendaval todo el tiempo.

Adelina Guerrero, la esposa del ministro del Interior, Armando Benedetti, habló con SEMANA

SEMANA: Benedetti navega entre ruidos, escándalos, controversias; es un político amado y odiado. ¿Cómo aguanta?

A.G.: Pegada de Dios. Soy muy católica. Trato de ir a misa todos los días, rezo mi rosario. Y me ha servido mucho para soportar. Hay muchas cosas injustas contra él. Llevamos siete años soportando injusticias, persecuciones judiciales y mediáticas que han sido difíciles como familia, pero las hemos sabido sobrellevar. Uno va creando como cuero.

ADELINA GUERRERO COVO
Adelina Guerrero asegura que no es fácil ser la esposa de Armando Benedetti porque es un político muy polémico y conocido. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

SEMANA: Su casa fue allanada por la magistrada Cristina Lombana, de la Corte Suprema, que investiga a Benedetti. ¿Qué ocurrió?

A.G.: Estaba enferma, me llamaron y me dijeron que llegaron a realizar un allanamiento. Dije que les permitieran pasar. Estaba en el segundo piso y bajé. Me encontré con un despliegue gigantesco de personas fuertemente armadas, de la Policía. Y en la mitad, la magistrada Cristina Lombana. Me impacté mucho y le tomé una foto que divulgó la prensa. Cuando me observó tomando la imagen, se me vino encima y me dijo que no podía hacerlo y que le entregara mi teléfono. Respondí que no, que llamaría a mi esposo y pediría la presencia de mi abogado. Respondió que mi abogado no podía estar ahí porque era un proceso reservado. Llamé a mi esposo, al abogado, y él me precisó que tenía que existir un documento en el que se dijeran las razones del allanamiento. La magistrada me manifestó que no me iba a mostrar nada, que no tenía por qué hacerlo y no lo hizo. Y que no tenía nada que decirme porque yo no era abogada. En un momento me dijo como “cállese y siéntese allá”. Ella tenía que saber que yo estaba sola en esa casa. ¿Y si mis hijos hubieran estado ahí? Al final explicó que el allanamiento era para tomarle fotos a la casa y tomar medidas. Entonces, ¿por qué semejante despliegue de policías para unas fotografías? No tiene sentido. Uno tiene que conservar las formas. Ella, quien, además, se está extralimitando, tenía que saber que no estaba allanando la casa de un narcotraficante ni de un delincuente, es la vivienda del ministro del Interior. Algo muy curioso que no he contado: cuando ocurrió un incidente entre mi esposo y yo en Madrid (España) en 2024, me contactaron de la oficina de la magistrada Cristina Lombana. No tenían por qué llamarme porque ella no me investiga a mí. Me querían entrevistar.

SEMANA: Es decir, ¿la magistrada Lombana quería saber qué había pasado entre usted y Benedetti en España?

Adelina Guerrero es una mujer cercana a Dios, según contó. Le dejó claro a SEMANA que no le gustaría participar en política.
Adelina Guerrero es una mujer cercana a Dios, según contó. Le dejó claro a SEMANA que no le gustaría participar en política. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

SEMANA: Esa casa donde se realizó el allanamiento, ¿de quién es?

A.G.: Es de Ricardo Leyva, un productor de conciertos. Esa casa tiene más de diez años.

SEMANA: ¿Y cómo terminaron viviendo allá?

A.G.: Hubo una especie de intercambio entre Armando y Leyva. Eso lo hablaron ellos, no formé parte de esa conversación, pero benefició a las dos partes: a Ricardo, en su momento, por unos temas personales por los que estaba pasando, y a nosotros porque queríamos cambiar de ambiente, de espacio.

SEMANA: ¿Qué entregó Benedetti para quedarse con la casa?

A.G.: Vivíamos en un apartamento y allí se fue a vivir Ricardo Leyva, y nosotros nos fuimos a vivir a su casa. El canje fue como tú te vienes para acá y nosotros para allá. Intercambiamos casas.

SEMANA: ¿Armando Benedetti es tan rico como lo cree el país?

A.G.: Armando Benedetti nunca ha sido pobre. Su papá, Armando Benedetti Jimeno, fue ministro de Comunicaciones, abogado. A Armando lo tratan como si nunca hubiera tenido nada y de la noche a la mañana tiene de todo. No. Él tiene su patrimonio justificado. Incluso, el magistrado de la Corte Suprema que llevaba su investigación antes que la magistrada Lombana dijo que no había incremento patrimonial injustificado en su contra.

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Adelina Guerrero asegura que su esposo Armando Benedetti tiene muchos enemigos políticos. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

SEMANA: Con todos los enemigos políticos que tiene Benedetti, ¿teme que termine preso?

A.G.: Él tiene muchos enemigos políticos. Es una posibilidad y un miedo que uno tiene por sus enemigos. Si su propia investigadora (Cristina Lombana) lo trata de esa manera, imagínese... Lo investiga como si fuera culpable y uno qué puede esperar. Pero es ella. Armando siempre ha confiado y respetado a la Corte Suprema y siempre ha dicho que la Corte le ha respetado sus garantías, gracias a Dios.

SEMANA: ¿Cómo viven después de la inclusión de Benedetti en la Lista Clinton?

A.G.: Nos dio muy duro como familia. Estuvimos varios días en shock, impactados. Uno nunca se lo imagina. Desde que existe la Lista Clinton, siempre había tenido presente que incluían a narcotraficantes. Nunca he estado involucrada con un narcotraficante y Armando tampoco. Nunca hemos tenido una actividad alrededor del narcotráfico ni nada que se le parezca, y terminar en una lista al lado de narcotraficantes es muy fuerte, además de las sanciones que vienen con eso. Hasta cierto punto hay una sanción social. Hay personas que desconocen las implicaciones de estar metido en la lista y dicen: “A mí no me compres nada porque no te voy a recibir un peso”. Va desde ahí hasta que le quitan su cuenta bancaria. Gracias a Dios, Armando no tiene nada en Estados Unidos, ni una cuenta, es más un tema de afectación emocional. Yo le digo que para adelante, que no es el fin del mundo, no somos ni los primeros ni los últimos. Toca afrontar el tema.

SEMANA: Benedetti no tiene tarjetas de crédito. ¿Cómo se las cancelaron?

A.G.: Le enviaron una carta informándole la cancelación de las tarjetas y a la semana le notificaron la cancelación de sus cuentas.

SEMANA: ¿Y cómo le pagan el salario al ministro del Interior?

A.G.: Tengo entendido que le pagan a través de un cheque y tiene que ir al banco para que le entreguen el efectivo. Complicado.

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Adelina Guerrero dice que Armando Benedetti fue muy valiente al haber aceptado públicamente que tenía adicción a las drogas y al alcohol. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

SEMANA: Benedetti tiene familia en el exterior. Lo más posible es que no le vendan un tiquete aéreo.

A.G.: No tenemos ningún viaje planeado. Tenemos que ver, investigar y conocer las implicaciones de que él esté en la Lista Clinton. Por ejemplo, hay que ver con cuáles aerolíneas se puede viajar y con cuáles no.

SEMANA: ¿Han sentido el distanciamiento de amigos porque temen que los incluyan en la Lista Clinton?

A.G.: Amistades, no. Hemos recibido mucha solidaridad de personas cercanas y no cercanas. La gente sabe que es algo injusto, un tema político. El tema que sí he sentido es frente a lo transaccional. Hay personas que, por desconocimiento, se asustan.

SEMANA: Benedetti superó una adicción a las drogas y al alcohol. ¿Cómo sobrellevar ese episodio?

A.G.: Armando fue muy valiente en aceptarlo y decirlo públicamente. Que una persona de 57 años haya sido capaz de ingresar a un centro de rehabilitación, de aceptar que tiene un problema, internarse 35 días en ese lugar, eso no lo hace cualquiera. Tiene mucho mérito. Lo admiro por eso. Lo admiro por el hombre que es hoy. El alcoholismo es una enfermedad que es muy incomprendida hasta por los familiares. Yo no me interné, pero también recibí asesoría profesional. Nos sirvió muchísimo. Él fue lo que se llama un adicto funcional, consumía, pero no era todos los días y apartaba su trabajo de eso. Nosotros llevamos un año y dos meses de paz en mi casa. Tengo un esposo presente, siempre lo ha sido, pero ahora mucho más; él hoy vive para nosotros.

SEMANA: ¿Cuál fue el momento en el que usted le dijo no más, hay que tomar medidas?

A.G.: Veníamos de un proceso matrimonial difícil. Cuando ocurrió lo de Madrid, España, hubo una ruptura en la relación y ese episodio lo sacaron totalmente de contexto. Fue una crisis matrimonial de los dos, y no un problema diferente. Ahí fue cuando se creó un antes y un después en la relación. Yo le dije: “Mira, ya no más”. Y agarré mis maletas y me vine para Colombia. A raíz de eso, empezamos a manejar el tema de manera diferente.

SEMANA: ¿En su casa hay licor?

A.G.: Sí, lo hay, pero él no toma. Soy la primera en decirle a Armando: “El día que te tomes un trago salgo por la puerta de la casa”. Él sabe y no toma, no porque yo le diga, porque no lo manipulo. Al contrario, la manipulación es algo negativo ante ese tipo de enfermedades. Tomó una decisión y sabe que eso le hace daño. Tú puedes ir a mi casa y tomarte un vino frente a él y no le dan ganas de tomar.

SEMANA: ¿Qué pasó en Madrid entre ustedes? Se dijo que hubo un episodio en el que tuvieron que intervenir las autoridades cuando era embajador ante la FAO.

A.G.: Es un tema privado. Eso se salió de control porque hubo muchas personas que se involucraron y no han debido hacerlo, entre esos los medios de comunicación. Armando nunca me agredió y nunca me amenazó con un cuchillo como dicen por ahí. Les fascina decir eso, pero no es verdad. Lo que sí hizo fue que me rompió unos objetos personales. ¿Qué ocurrió? Él y yo tuvimos una discusión de 30 segundos y me fui del lugar para calmar los ánimos. Y él hizo lo que hizo en ese instante. A raíz de esto, comenzó un proceso de pareja. Nunca salí a hablar a los medios porque no tenía por qué, pero, cuando el tema se salió de control, tuve que aclarar que nunca me agredió ni me amenazó con un arma blanca.

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Adelina Guerrero asegura que acercó al ministro Benedetti a Dios y ahora va a misa todos los domingos. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

SEMANA: ¿Cómo se enteraron la prensa y el Gobierno en Bogotá?

A.G.: La policía de Madrid llegó al sitio en el momento de los hechos. Los uniformados llamaron a la embajada y por ahí se filtró a la prensa. No fue a través de mí. El propio Armando informó que estábamos en un proceso de divorcio y sí estuvimos con abogados. Fue un tema muy difícil para mí. Estuve muy vulnerable porque, además, duré un mes en un sitio que no era mi ciudad (Madrid), con mis dos hijos pequeños. Fue difícil. Muchas personas trataron de aprovecharse de mi vulnerabilidad. Estuve separada de Armando casi cuatro o cinco meses, pero volvimos a hablar dos meses después. Él volvió a Colombia, se sometió a unos exámenes, yo le saqué la cita y lo acompañé. Tengo un amor muy grande por Armando. En ese momento no estábamos juntos; incluso, él estaba en la casa de sus papás y yo en la mía en Barranquilla, es decir, no dormía en mi casa. Pero lo acompañé a sus citas, a una cirugía porque tuvo un precáncer. A raíz de eso, empezó a analizar y a evidenciar que tenía que cambiar ciertas cosas. Tuvo un verdadero cambio de vida.

SEMANA: En medio de la discusión escribió en sus redes sociales sobre un “psicópata”. ¿Se refería a Benedetti?

A.G.: En ningún momento dije que el psicópata era Armando Benedetti. Y no lo escribí en ese momento: lo que ocurrió en Madrid fue un 30 de junio y el trino fue un mes después. No estaba hablando de él. También escribí otro mensaje sobre los poderosos de cristal y tampoco me refería a él.

SEMANA: ¿A quién se refería?

A.G.: No me acuerdo, eso ya fue hace rato.

SEMANA: Los críticos dicen que usted es una mujer sumisa con Benedetti, y las feministas, por ejemplo, la han criticado.

A.G.: Qué disyuntiva que las feministas sean las que más me han criticado. Ellas abogan por el derecho a la mujer y no es salir a hablar, destruir al esposo y destruir a la familia. No. La mujer tiene que tener el derecho a la intimidad, a ser autónoma y tomar sus propias decisiones, pero, entonces, si no se encaja en el molde de las feministas, no les sirves. Así no es. Mi decisión siempre ha sido apoyar a mi esposo en su carrera política y estar con mis hijos.

SEMANA: ¿Acercó al ministro a Dios?

A.G.: Fue un tema difícil. Armando es católico, pero no iba a misa. Ahora va todos los domingos. Busca confesión constante, se confiesa una vez al mes. Y, si de pronto se siente débil frente a un tema o quiere que lo escuchen, recurre al sacerdote de nuestra parroquia.

SEMANA: ¿El ministro también se confiesa con usted?

A.G.: Armando me cuenta todo.

SEMANA: ¿Qué tantos secretos le tiene al ministro?

A.G.: No le tengo secretos. Somos pareja y cada uno tiene la intimidad del otro.

SEMANA: ¿Qué tantos secretos le tiene Benedetti a Petro?

A.G.: Es la mentira más grande del planeta. Armando no le tiene ningún secreto a Petro.

ADELINA GUERRERO COVO
Adelina Guerrero habla de Laura Sarabia y la califica como trabajadora y eficiente. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

SEMANA: ¿Conoce a Juliana Guerrero?

A.G.: Sí, la conocí en enero de 2025. Es una mujer que me ha dado la mejor impresión, es inteligente, alegre, bien puesta. Se han hecho públicas unas cosas de ella que desconozco. En principio, me parece que fueron muy injustos con ella, pero soy amiga.

SEMANA: Pero Guerrero mintió con sus títulos profesionales.

A.G.: No he hablado con ella del tema. Por cierto, no somos familia. Ella es de Valledupar.

SEMANA: ¿Qué opina de Laura Sarabia?

A.G.: Trabajó con mi esposo muchos años. Es muy trabajadora, eficiente. Hubo roces, fricciones que nos dolieron porque la considerábamos muy cercana, de la familia, pero eso está zanjado. Laura y Armando han vuelto a hablar. Yo también he vuelto a hablar con ella.

SEMANA: Si las elecciones presidenciales fueran este domingo, ¿por quién votaría?

A.G.: Si las presidenciales fueran mañana, me encantaría que Luis Gilberto Murillo fuera el presidente. Roy Barreras también me gustaría.

SEMANA: ¿Iván Cepeda?

A.G.: No. No votaría por Iván Cepeda.

SEMANA: Hablemos del papel de los expresidentes de cara a 2026. ¿Cómo ve el de Álvaro Uribe?

A.G.: Es un monstruo político. Influirá muchísimo.

SEMANA: ¿César Gaviria?

A.G.: Ya cumplió su rol en el Partido Liberal. Vengo de raíces liberales, mi mamá fue liberal. Y ese partido hoy es igual al Conservador, no hay ninguna diferencia. Es muy triste.

SEMANA: ¿Juan Manuel Santos?

A.G.: Se debe quedar muy al margen del tema electoral. No siento que sea muy querido por los colombianos. No debería influir mucho, aunque no influye porque Santos no pone votos. De pronto los quita.

SEMANA: ¿Cree que su esposo debería retirarse de la política?

A.G.: Me encantaría que se retirara de la política. De un tiempo para acá le he cogido un poquito de sinsabor a la política. Es muy desagradecida, no hay amigos, se manejan muchas intrigas. Pero Armando es un político nato, es su vocación y nació para eso. No soy quién para decirle que se retire.

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