Las promesas incumplidas de Gustavo Petro con La Guajira: hasta ahora no hay soluciones para los graves problemas de la gente

Al llegar al poder, el presidente Gustavo Petro se comprometió a solucionar las complejidades que históricamente ha tenido el departamento de La Guajira. El mandatario habló de temas fundamentales como la desnutrición, la falta de agua potable, problemas de infraestructura, entre otros. A dos años y medio de gobierno, ¿en qué ha logrado avanzar?

Según el Plan Nacional de Desarrollo de Petro, hay 28 puntos en específico que se plantearon mejorar en el departamento desde el inicio del mandato. Estos objetivos están relacionados con la conservación de la biodiversidad, la prevención y la gestión de desastres, mejorar la conectividad e implementar proyectos de transición energética y energías limpias. Asimismo, desde el Gobierno se comprometieron a incentivar la ciencia, la tecnología y la innovación.

Otro punto que se propuso fue el desarrollo de proyectos de infraestructura, que van desde vías secundarias y terciarias hasta muelles y aeródromos, mejoras del sistema férreo, aéreo, fluvial, marítimo y terrestre, y que esto esté integrando con los productores rurales, a la agroindustria sostenible y la ganadería regenerativa.

El Gobierno también se planteó la compra y utilización del suelo, el mejoramiento de agua potable y saneamiento básico y ayudar a poblaciones como la comunidad LGBTIQ+, niños, personas con discapacidad, migrantes, habitantes de calle, campesinos y víctimas del conflicto. Además, hablaron de incentivar el turismo, luchar contra la corrupción y generar más empleo.

Varios de estos puntos han quedado rezagados. El senador Alfredo Deluque, del Partido de la U, congresista de ese departamento, aseguró que en varios de esos objetivos se ha logrado avanzar, pero hay otros que no se han mejorado.

“Cuando han venido a coordinar todo con el gobierno departamental de agua han resultado bien esos temas. De hecho, en el plan provisional de cumplimiento de la sentencia de cosas inconstitucionales en La Guajira, los tanques de agua tienen un cumplimiento del 98 por ciento”, aseguró el senador.

Sin embargo, dijo que hay otras promesas que se han incumplido por parte del Gobierno. Por ejemplo, mencionó que los problemas de fondo, especialmente en el norte del departamento, siguen rezagados.

Por ejemplo, la culminación de la represa del río Ranchería se encuentra estancada. A finales de 2024 se denunció que el proyecto no cuenta con un operador, lo que ha encendido las alarmas por el funcionamiento y el futuro del proyecto. La presa El Cercado se encuentra en alerta roja porque alcanzó un llenado del ciento por ciento, porque desde la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) no se ha contratado la administración, operación y mantenimiento del lugar. El exministro de Minas y Energía Amylkar Acosta advirtió un posible desbordamiento del río si eso no se soluciona pronto.

Otro de los temas en los que Deluque considera que falta avanzar en el departamento es el relacionado con las energías alternativas, una de las prioridades de Petro en esa región. El senador dice que tampoco ha visto avances en ese sentido.

Uno de los hechos que demostraría que falta mayor gestión del Gobierno en ese punto es que los empresarios portugueses que tenían a cargo la construcción de parques eólicos anunciaron que no continuarán con los proyectos Alfa y Beta y que los pondrán en venta. A eso se le suma que Enel, Celsia y otras empresas del sector energético se fueron del departamento.

“Prácticamente, quedamos sin desarrollos importantes de energía en La Guajira porque el Gobierno del cambio no creó las condiciones suficientes para que eso existiera”, aseguró el congresista guajiro.

Un tema adicional que ha sido cuestionado es el papel que se les ha dado a las comunidades, porque no se les estaría teniendo en cuenta en las consultas previas para desarrollar los proyectos. A finales de 2024, la Defensoría del Pueblo le pidió al Gobierno acciones concretas para darles garantías a las comunidades wayú de los municipios de Uribia, Maicao y Albania.

Esto también ha sido cuestionado por otros sectores. La senadora María Fernanda Cabal, del Centro Democrático, criticó que el Gobierno le haya puesto consulta previa al pozo de gas Sirius, el mayor descubrimiento de gas en el Caribe, porque eso podría frenar los avances del proyecto.

Sobre el pozo Sirius 2 se generó otro cuestionamiento hacia el Gobierno y es que el presidente de Ecopetrol Ricardo Roa anunció recientemente que el centro de operaciones estaría en Santa Marta y no en La Guajira, como inicialmente estaba planteado, lo que también le quitó participación al departamento.

La corrupción tampoco ha dejado avanzar al departamento. Aunque se trató de uno de los principales compromisos del mandatario, el escándalo de la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos de Desastres (UNGRD) impactó a esta región. Los carrotanques que fueron adquiridos por la administración de Olmedo López, exdirector de la entidad, estuvieron parqueados en Uribia. El escándalo ya ha tocado altas esferas del Gobierno, que según las pruebas y testimonios que se han recolectado, habrían participado de ese desfalco que terminó afectando a La Guajira.

Otro de los hechos que ha sido cuestionado en esa región fue el de las ollas comunitarias que también se contrataron a través de la UNGRD. Hoy no está claro dónde terminaron esos recursos.

Según le dijo a SEMANA Inés Mercedes Quintana de Gómez, representante legal de la Asociación de Madres Trabajadoras (Asomadoras), 20.400 millones de pesos de un convenio que firmaron con el Gobierno para la realización de 170 ollas comunitarias en La Guajira nunca fueron girados. Dice que a ellos no les llegó “ni un peso”. ¿Qué pasó con esos recursos?

Según denunció el concejal de Bogotá Daniel Briceño, ese departamento fue el que más recibió dineros del programa de ollas comunitarias por parte de la UNGRD. Para La Guajira se destinaron 61.650 millones de pesos para 470 ollas, es decir, el 39,64 por ciento de los recursos para el total del país.

Además, distintos sectores han criticado a sus líderes por la falta de contundencia para enfrentar estos hechos, mientras disfrutan de lujos personales.

A la senadora Martha Peralta Epieyú, una de las figuras más visibles del Pacto Histórico, le cayeron encima por irse a disfrutar de las vacaciones de fin de año a París a un lujoso hotel ubicado a pocos metros de la torre Eiffel. Ella se defendió poniendo el foco en otro departamento.

“Así salen coordinados estos bodegueros de derecha a posicionar un escándalo inexistente luego de guardar silencio durante una semana sobre el hallazgo de la fosa común urbana más grande del mundo en La Escombrera, Medellín”, aseguró.

Lo que no gustó es que, mientras miles de guajiros vivían las problemáticas de su departamento, ella se encontraba en unas lujosas vacaciones en Europa.

Otra de las dificultades que sigue latente en La Guajira tiene que ver con la crisis de Venezuela. El departamento ha sido uno de los que más ha visto transitar migrantes venezolanos por su territorio buscando escapar del régimen de Nicolás Maduro.

En medio de la incertidumbre que se generó por la posesión del mandatario, las autoridades alertaron que si Maduro se juramentaba, como sucedió, se podría registrar un mayor éxodo de venezolanos y que no hay capacidad para atenderlos a todos.

El gobernador de La Guajira, Jairo Aguilar, le pidió al Gobierno nacional tener esto en cuenta, ya que han atendido en materia de salud a casi 160.000 venezolanos, lo que ha rebosado la capacidad del departamento y ha generado una deuda por 170.000 millones de pesos a los hospitales de La Guajira.

El presidente Gustavo Petro viajó a finales del año pasado a La Guajira para posesionar al procurador general Gregorio Eljach. Sin embargo, más allá de hechos históricos, no hizo muchas menciones para solucionar las problemáticas de la gente, solo aseguró que tiene un compromiso con esas “tierras”.

Mientras tanto, las comunidades del norte del país siguen esperando respuestas del Estado central y de sus representantes regionales para que les puedan ayudar a solucionar las problemáticas que históricamente los han tenido rezagados.