Laura Sarabia, la nueva canciller, llamada a ‘capotear’ la tormenta entre Trump y Petro. ¿Qué pasará?

La nueva canciller, Laura Sarabia, no se ha posesionado en el cargo y ya le estallan los primeros misiles diplomáticos en sus manos. El enfrentamiento entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de Colombia, Gustavo Petro, por cuenta del recibimiento de migrantes durante este fin de semana, voló en mil pedazos durante varias horas las buenas relaciones que ambas naciones han sostenido durante años. Por fortuna, las tensiones se menguaron, pero no está descartado que —a juzgar por el estilo de Trump— las represalias desde la Casa Blanca, eventualmente, puedan continuar para Colombia.

SEMANA conoció que el canciller Luis Gilberto Murillo —quien saldrá de su cargo este jueves 30 de enero—, fue el alto funcionario del Gobierno Petro que capoteó la crisis con Estados Unidos y logró restablecer las relaciones con Norteamérica. Y lo más importante: conjurar las sanciones económicas que, a juicio de varios expertos, impactarían fuertemente a varios sectores, entre ellos, el café.

Murillo fue ciudadano gringo, tiene relaciones diplomáticas y conoce como pocos la Casa Blanca. Pero él se va del gobierno y Sarabia entrará a reemplazarlo, una joven politóloga, cercana al presidente Gustavo Petro, pero cuyas únicas relaciones internacionales, a juicio de varios sectores políticos, las ha conseguido durante los dos años y medio de trabajo en la Casa de Nariño.

Esta crisis, sin duda, preocupa a muchos sectores políticos y económicos del país y tendrá que ser capoteada por Sarabia desde esta semana. ¿Logrará la mano derecha del presidente colombiano equilibrar esta crisis con el gobierno norteamericano? ¿Tiene las relaciones y la experiencia para moverse en el Congreso gringo y calmar las aguas entre Donald Trump y Gustavo Petro? Las respuestas son inciertas, pero —según varios políticos consultados por SEMANA— la nueva jefe de la diplomacia en Colombia no tiene el peso diplomático necesario para moverse con el gobierno norteamericano. Y menos, en un momento tan difícil porque los ánimos están caldeados de un lado y del otro.

Para Andrés Forero, representante a la Cámara por el Centro Democrático, la irresponsabilidad y la insensatez del Gobierno Petro han desatado la mayor crisis diplomática de Colombia en los últimos 30 años. “Para tratar de resolverla, pues incluso sería difícil para un canciller experimentado y con una larga trayectoria. Por eso nos parece muy preocupante que la persona que acaba de quedar a cargo de esta difícil situación vaya a ser una persona que no tiene ni la trayectoria ni la experiencia para hacerse cargo de ella”, señaló.

Agregó Forero que el canciller Murillo se caracterizó “por su pusilanimidad ante la dictadura venezolana”, y dejó una situación muy compleja. “Y el presidente Gustavo Petro dejó las riendas de las relaciones diplomáticas en manos de una persona que no tiene ninguna clase de experiencia. Creo que los pronósticos no son muy halagüeños y esperaríamos que ojalá el presidente reconsiderara su decisión ante la crisis que él mismo causó, pero sabemos que su terquedad va a ser que él insista y que al final termine perjudicando a los colombianos por su insensatez, por un lado, y por su imprudencia y terquedad, por el otro. Le está dejando esta crisis tan complicada a una persona sin experiencia y sin trayectoria, seguramente porque le conoce secretos que él no quiere que se revelen”.

Por su parte, Katherine Miranda, representante a la Cámara de la Alianza Verde, considera que Laura Sarabia no está preparada para asumir la magnitud de una crisis como esta y advierte que el Gobierno de Gustavo Petro ha improvisado en la mayoría de sus nombramientos en el gabinete, sobre todo en carteras tan estratégicas para el país como es la Cancillería.

“Como canciller designada, ella debió evitar el escalamiento de un problema migratorio que podía manejarse por vías diplomáticas o una crisis migratoria que hoy estamos viendo. Y la deportación de colombianos con estatus irregulares no era una sorpresa para este gobierno ni para nadie, pues esto ya había sido anunciado desde hace muchísimo tiempo desde la administración de Trump”, señala Miranda.

La Cancillería, agrega la representante, aconseja al presidente en el manejo de las relaciones internacionales de Colombia siempre buscando cumplir con protocolos diplomáticos, “y Laura Sarabia avala la ligereza de manejar las relaciones internacionales de Colombia a través de las redes sociales. No es una voz cuerda que necesita este gobierno para retomar el rumbo que corresponde”.

Además, señala que no tiene experiencia en el cargo y llega a aprender.

“Como funcionaria del Dapre nunca tuvo ningún acercamiento estratégico con los funcionarios más importantes del gobierno Trump, ni con ningún otro país, tampoco con el secretario de Estado ni ha enfrentado situaciones adversas como la que hoy tenemos con Estados Unidos y ante la ausencia de las habilidades claves como la negociación, la diplomacia, el conocimiento del manejo de las relaciones internacionales y el relacionamiento con actores claves para Colombia, yo solo auguro un agravamiento terrible de las relaciones entre Colombia y los Estados Unidos”, puntualiza Miranda.

A su vez, Carlos Fernando Motoa, senador de Cambio Radical, califica de “insignificante” el trato al manejo de las relaciones internacionales que le ha dado el Gobierno de Gustavo Petro. Agrega que el presidente ha usado el tema de embajadas y de consulados para beneficiar a políticos de turno, como un “escampadero” y que ha improvisado con la designación de cancilleres.

“Claramente, Laura Sarabia no tiene la preparación en materia diplomática, relaciones internacionales, el conocimiento ni la trayectoria para una responsabilidad de tan alto nivel. Y hoy es una muestra más de ese desastre de lo que viene ocurriendo en materia internacional. Hoy más que nunca tiene gran importancia la moción de censura que hemos presentado al canciller Murillo, que sigue en funciones o si renuncia y se posesiona la doctora Laura Sarabia en las próximas horas, pues ante ella también tendrá que caer esa responsabilidad política por el desastre, por el caos, por la anarquía, por ese plan macabro que han venido generando para aislar a Colombia del contexto internacional, para limitar la ayuda estratégica militar de países aliados, de afectar las relaciones comerciales y de ponerse al lado del régimen del terror como ha sido Nicolás Maduro y en contra de las democracias civilizadas en el mundo”, concluye.

Ninguna crisis anterior se compara con esta. Ni siquiera en el gobierno del entonces presidente Ernesto Samper, en la década de los 90, cuando le retiraron la visa al entonces jefe de Estado y Colombia fue descertificada. Acá hay alcances mucho mayores, por ejemplo, en materia de comercio exterior, financiamiento y visas. Y esta tormenta sorprende a Sarabia, quien aún no se ha posesionado en el cargo y ya tiene que capotear un debate de moción de censura en el Congreso.