Política
Laura Sarabia, la única ‘no invitada’ a marchar con Petro: la distante relación entre el presidente y la canciller
La canciller estuvo en un reconocido café de la ciudad mientras el equipo de gobierno marchó en la Plaza de Bolívar.

Cada salida pública del presidente Petro tiene el potencial de revelar las fisuras que hay dentro de su Gobierno.
El primer mandatario, que convocó las multitudinarias marchas del primero de mayo en conmemoración del Día del Trabajo en todo el país, marchó desde la Casa de Nariño junto a los más cercanos de su gabinete, a algunos de sus escuderos más acérrimos en el Congreso de la República, directores de departamentos y junto a una mujer que cada día suma más protagonismo en el gobierno y que ha ido arrinconando el recuerdo de lo que fue Laura Sarabia en la mesa de los ministros. Se trata de Angie Lizeth Rodríguez, nueva directora del Dapre.

Entre los convocados para marchar al lado del presidente estuvieron la senadora María José Pizarro; la representante María Fernanda Carrascal; la ministra (e) de Comercio, Cielo Rusinque; el ministro del Interior, Armando Benedetti; el de Trabajo, Antonio Sanguino; el de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo; el de Educación, Daniel Rojas; la de las Culturas, Yannai Kadamani y, por supuesto, la directora del Dapre y hasta la compañera sentimental de Nicolás Petro, Laura Ojeda. Casi el gabinete en pleno estuvo; sin embargo, ni la sombra de Sarabia se vio.

Pero la ausencia de Sarabia en la Plaza de Bolívar, que siempre caminaba a la derecha del presidente, no es más que otro síntoma del marcado distanciamiento entre el mandatario y quien fue en algún momento su mano derecha y su principal línea de protección.
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En el último consejo de ministros, la situación también fue evidente. Sarabia, que ocupaba una de las sillas más cercanas a Petro, fue asignada a una de las últimas sillas de la mesa ministerial. Se vio distraída en el celular y replegada; casi que ignorada en la misma mesa en la que alguna vez fue la protagonista.

Los roces entre Sarabia y el presidente se han venido acumulando. El último de ellos fue por cuenta del reconocimiento que hizo la hoy canciller a Daniel Noboa como presidente de Ecuador a través de sus redes sociales. Un trino que fue inmediatamente cuestionado por Petro, quien, a la fecha, todavía no reconoce el resultado de esas elecciones.
Ahora bien, la guerra frentera que Sarabia decidió declararle al ministro del Interior, Armando Benedetti, tampoco le ha jugado a su favor. Aunque en cada ataque de la canciller al ministro ella trata de citar alguna enseñanza del presidente Petro como justificación de su actuar, lo cierto es que lo único que ha logrado es marcar más la distancia con el primer mandatario, quien ha protegido a capa y espada a Benedetti.
Pero la distancia de Sarabia no es solo con el presidente, sino con todo el equipo de gobierno. Es tal la situación que, mientras el presidente caminaba en la Plaza de Bolívar junto a su séquito de fieles, promoviendo la consulta popular y defendiendo los cimientos de la propuesta progresista, Sarabia fue vista en un reconocido café del norte de Bogotá junto a su gran amigo y abogado Mauricio Pava.
La consulta popular suscrita esta mañana en Palacio, con la firma de todos, no busca el consenso vacío, sino el respaldo profundo a los propósitos del presidente @petrogustavo. Es una convocatoria democrática e institucional al pueblo para pronunciarse por el cambio. La espada…
— Laura Sarabia (@laurisarabia) May 1, 2025
Por ahora, aunque Laura es la canciller del país, parece que la única ventana que ha quedado abierta para interlocutar con el presidente es su cuenta de X, desde donde se pronunció para apoyar las movilizaciones y la consulta popular del presidente Petro.
“La consulta popular suscrita esta mañana en Palacio, con la firma de todos, no busca el consenso vacío, sino el respaldo profundo a los propósitos del presidente. Es una convocatoria democrática e institucional al pueblo para pronunciarse por el cambio. La espada que empuña el presidente simboliza eso: poder legítimo, soberanía y el coraje de enfrentar con la coherencia de su pensamiento los desafíos de esta época”, trino Sarabia mientras Petro caminaba hacia la Plaza de Bolívar.