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Llegó la hora de la verdad: ¿será posible una unión para derrotar al petrismo en las elecciones de 2026? Estos son los detalles desconocidos de lo que está pasando
Mientras que el petrismo tiene clara una hoja de ruta para las elecciones presidenciales de 2026, en el centro, la centroderecha y la derecha no se vislumbra una salida para concretar alianzas. El tiempo corre en contra.
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A seis meses de la primera vuelta presidencial, y a un mes de que se venza el plazo para que se definan las consultas interpartidistas, la izquierda ya tiene consolidado un camino para tratar de retener la Presidencia de la República en los comicios de 2026 en un plan que busca la continuidad de Gustavo Petro.
Caso contrario ocurre en los sectores de centro, centroderecha y derecha, que, desde mediados de este año, tienen un aluvión de precandidatos que suman unos 70 aspirantes, en un hecho sin antecedentes.
Sin embargo, llegó la hora de las definiciones. En apenas 30 días, los precandidatos y los partidos deberán informar al Consejo Nacional Electoral (CNE) su intención de participar en las consultas interpartidistas del 8 de marzo de 2026, fecha en la que los colombianos saldrán a las urnas para elegir la conformación del nuevo Congreso de la República.

Ese es el primer requisito que deben cumplir. Luego de ello, tendrán hasta el 6 de febrero para hacer las inscripciones con nombre propio de los participantes en cada una de las consultas.
Eso quiere decir que se avecinan cuatro semanas determinantes para que estos sectores políticos consoliden alianzas que les permitan enfrentar a un petrismo que luce sólido tras obtener más de 2.700.000 votos en la consulta del pasado 26 de octubre. Allí, Iván Cepeda fue elegido como el candidato presidencial de la izquierda.
Hoy el panorama en el centro, la centroderecha y la derecha no está claro, se ve lleno de nubarrones, y tampoco se vislumbran alianzas que les permitan a estos bloques lograr un propósito que los una: vencer a Petro en las elecciones del próximo año, consideradas como las más importantes en la historia reciente del país por lo que está en juego.
Esa falta de definición no dejaría de ser un asunto de trámite y calendario, excepto porque en esta oportunidad se contabilizan decenas de precandidatos que consideran tener los pergaminos suficientes y hasta el respaldo popular para llegar a la primera vuelta en mayo próximo. A ello contribuyeron tres meses de silencio en las encuestas, que, al final, les dieron un chance de juego a todos.
En el pasado, las encuestas permitían descartar de inmediato a aquellos candidatos que no sobrepasaran ni el 1 por ciento de la intención de voto. Por esa razón, el elector promedio antipetrista se siente confundido.

De ahí que líderes como el exvicepresidente Germán Vargas Lleras hayan encendido las alarmas en los últimos días porque los días pasan, se especula de un lado y del otro, se dan reuniones, hay fotografías, comunicados de buena voluntad, pero no hay claridad.
Mientras tanto, la izquierda eligió a su candidato en una consulta que mostró que el petrismo no solo está vivo políticamente, pese al desgaste de Petro en la Casa de Nariño, sino que esa mezcla variopinta de seguidores fieles, influenciadores, la chequera del Estado y las polémicas maquinarias regionales le puede garantizar un paso a la segunda vuelta.
“Tenga la certeza de que el ganador del frente amplio ya está en la segunda vuelta. Nuestra fuerza política es la más ordenada en este momento y es la única que hace propuestas concretas para garantizar la reelección del proyecto político”, dijo la senadora María José Pizarro, jefe de debate de la campaña presidencial de Iván Cepeda.

Para los sectores opositores al Gobierno, la incertidumbre implica enormes riesgos. La división podría beneficiar al petrismo, que en 2026 podría verse reflejado en una cara de izquierda tradicional como Cepeda o, al final, dependiendo de lo que ocurra en el frente amplio, sumarse eventualmente a un candidato como Roy Barreras, que ha jugado en todos los partidos y conecta con un sector del establecimiento.
En una segunda vuelta entre dos extremos políticos, por ejemplo, ¿qué haría el centro? En 2018, cuando Iván Duque y Gustavo Petro pasaron a la segunda vuelta presidencial, Sergio Fajardo, figura visible del centro, decidió irse a ver ballenas a Nuquí, Chocó, y esa decisión le costó políticamente. Desde ese momento desdibujó al sector político que actualmente es considerado como “tibio”.
En todo caso, mientras que la izquierda definió una ruta clara desde el 25 de septiembre de 2025, la derecha y el centro únicamente han tenido expresiones de buenas intenciones. Hoy la gran pregunta que domina las conversaciones en el mundo de la política en Colombia es una sola: ¿la unión del antipetrismo es posible? Hay varias rutas que se están explorando para consolidar esas grandes coaliciones y depurar la lista de aspirantes.
Las movidas de la derecha
La significativa votación que logró el petrismo el pasado 26 de octubre cayó como un baldado de agua fría en sectores de oposición. Las maquinarias son un hecho, así como la posibilidad de que grupos armados ilegales influyan en la votación en regiones azotadas por la guerra en el país.

Tras el ejercicio del petrismo, el expresidente Álvaro Uribe ha venido reuniéndose con líderes y precandidatos de distintos sectores. El exmandatario se encontró con Ingrid Betancourt en Rionegro un día después de que ella le entregara el aval de Oxígeno a Juan Carlos Pinzón.
El exministro de Defensa reconoció la cercanía con Uribe y que, en parte, gracias a él, se logró esa alianza, por lo que lo más probable es que él llegue a formar parte de la consulta de ese espectro político.
Lo que no está claro es cómo lo haría, porque fuentes le confirmaron a SEMANA que la campaña de Pinzón tiene reparos para ir a una consulta con Abelardo de la Espriella, de quien dijo que era un “tigre de papel” y mencionó, en una entrevista con este medio, que el país “no necesita payasos”. Sin embargo, Betancourt, quien avaló a Pinzón, sí habló de una consulta de “Abelardo hasta Fajardo”. ¿Qué camino tomarán?
En la conversación entre Betancourt y Uribe, quien pasó de ser muy cercana a Juan Manuel Santos a tocar la puerta de Uribe, se habló de la posibilidad de incluir a todos los candidatos que no estén relacionados con el petrismo. Y, al día siguiente, Uribe se encontró con el expresidente César Gaviria, líder del Partido Liberal, e hizo el anuncio: todos los aspirantes que estén alejados de Petro caben en ese acuerdo, desde Sergio Fajardo hasta Abelardo de la Espriella.

El propósito de Uribe es que puedan llegar fortalecidos con un solo candidato para competirle al aspirante del frente amplio, pues sabe que divididos pueden perder fuerza y darle ventaja al bloque conformado por el petrismo y la centroizquierda.
Tras esas reuniones de Uribe, los líderes del Partido Liberal, Centro Democrático, Cambio Radical y el Partido Conservador se han venido encontrando de manera informal.
La reunión más reciente se dio el pasado miércoles en la casa de la presidenta de los conservadores, Nadia Blel. Allí estuvieron presentes, junto con ella, el director del Centro Democrático, Gabriel Vallejo; el director de Cambio Radical, Germán Córdoba, y el expresidente Gaviria.
SEMANA conoció que unos de los artífices para concretar esta serie de reuniones fueron Simón Gaviria y el precandidato presidencial Carlos Felipe Córdoba. El acuerdo es que en dos semanas deberán tomar decisiones de fondo. Hasta el momento han sido conversaciones exploratorias, pero no se han definido los mecanismos.
Otro tema clave que se ha tratado en esos encuentros es la figura jurídica con la que conformarán la alianza con el objetivo de prevenir que posteriormente los demanden por doble militancia.En ese sentido, cada uno de los partidos escogería a un candidato que los representaría en esa consulta.
En el caso de Cambio Radical, están esperando hasta diciembre para definir si el exvicepresidente Germán Vargas Lleras los representará. Allí no descartan avalar a Juan Carlos Pinzón, pero ese escenario tampoco está definido del todo.

Vargas Lleras aún no toma decisiones, pero no hay dirigente que no le diga que es el más preparado y lo invita a que se lance. Sin embargo, Vargas Lleras sabe que el apoyo popular está diezmado desde 2018, cuando sacó un poco más de un millón de votos a pesar de su trabajo las 24 horas y sus niveles de ejecución en el Estado.
El exvicepresidente enfrenta un dilema electoral, pero en lo personal esperará una recomendación médica, ya que es una campaña fuerte y demandante, y su salud debe estar óptima. Cada mes viaja a Estados Unidos a chequeos y tratamientos de rigor. Lo que está claro es que, si él no va a las urnas como candidato, estará muy activo en la campaña y será clave en la alianza de Uribe y Gaviria.
En el Partido Conservador aún no saben quién será su gallo de pelea para las elecciones. En la baraja están la representante Juana Londoño y el senador Efraín Cepeda, pero tampoco han definido el mecanismo para elegir a su candidato. Incluso, el rumor es que la colectividad acogería al excontralor Carlos Felipe Córdoba, quien recauda firmas por todo el país.
En el uribismo, por su parte, esperan definir quién los representará a través de la encuesta que habían acordado a cargo de la firma Atlas Intel. No obstante, el precandidato Miguel Uribe Londoño reclamó en los últimos días pidiendo que haya por lo menos tres empresas que validen ese proceso y que no quede en manos de una sola.

Esta postura podría enredar el camino en el uribismo, sobre todo porque se creía que todo estaba pactado. Incluso, Uribe Londoño envió una dura carta a las directivas del partido en la que habló de “veto” y pidió revelar los audios de las reuniones.
Esa postura ha sido criticada y la misiva fue calificada como “desobligante”, lo que ha generado una división interna. En los últimos días se conocieron detalles de los acuerdos pactados y no se descarta, por ejemplo, que el Centro Democrático pueda ir a la consulta con los dos primeros ganadores de esa encuesta, escenario que dividiría los votos en esa colectividad y beneficiaría a otros sectores.
En el uribismo han intentado mantener esta división con un bajo perfil, pero la puja ha salido a flote a tres semanas de que se anuncie el ganador previsto para el 28 de noviembre. Alistar una encuesta que deje tranquilos a cinco precandidatos no es un asunto tan sencillo, y el plazo ya está a la vuelta de la esquina. En las toldas liberales siguen conversando sobre quién podría representarlos.
Aunque entre los líderes de estos partidos se ha mantenido la cordialidad y se están logrando acuerdos, en voz baja hay críticas porque algunos congresistas de esas colectividades seguirán respaldando los proyectos de Petro en el Congreso. Esas críticas han surgido, especialmente, hacia miembros del Partido Liberal y de La U, que no han definido si van a formar parte de esta alianza.
Según el senador Alfredo Deluque, siguen conversando sobre qué rumbo tomar, pero ya tienen claro que no llegarán al frente amplio, a pesar de que algunos de sus miembros cercanos a Petro así lo han pedido. Una vieja rencilla por la elección de Carlos Camargo como magistrado de la Corte Constitucional, que no se ha solucionado, podría dejar a La U por fuera de esta coalición antipetrista. Además, un sector quiere impulsar a Roy Barreras como candidato.

Sobre la superalianza que propone Uribe, Sergio Fajardo le dio un portazo a la invitación que le hicieron: “Nosotros tenemos una propuesta, estamos siguiendo un camino y vamos concentrados. Nuestro reto son los extremos y ‘Adelante con Fajardo’, ese es el camino que estamos recorriendo. Yo soy respetuoso, he dicho una y otra vez que podemos ser diferentes sin ser enemigos, pero yo estoy concentrado en lo que estamos haciendo”, dijo.
El exalcalde de Medellín siempre ha sido reacio a hacer acuerdos con sectores de la derecha, aunque en privado se reúne y habla con ellos. Además, generó molestia en algunos el espaldarazo que le dio a Petro en la disputa que tiene el mandatario con Estados Unidos, lo que no fue bien visto por algunos de esos sectores. En la estrategia de Fajardo no se puede ignorar el peso que puede tener su asesor de cabecera, el español Antoni Gutiérrez-Rubi, quien acompañó a Petro en 2022.
El factor del Tigre
El megaevento de Abelardo de la Espriella en el Movistar Arena con más de 15.000 asistentes también generó un llamado a no descartar que pueda participar en esa consulta antipetrista. El abogado, que irrumpió con fuerza en la campaña y lidera sondeos internos, ha dicho que está dispuesto a llegar a consensos para formar parte de una consulta en marzo.

“Sigo abierto a participar”, ha manifestado.No obstante, en algunos sectores de la derecha hay reparos contra De la Espriella por su pasado como abogado. No se trata evidentemente de un “todos contra Abelardo”, pero a algunos les preocupa que el Tigre, fuerte en la derecha, al final pueda ser derrotado por Iván Cepeda en una segunda vuelta, teniendo en cuenta que este último podría aglutinar más a sectores de centro y de centroizquierda.
Otros consideran que el tema “moral” genera incertidumbre y que no quieren tener problemas con Estados Unidos por la relación de Abelardo con Álex Saab en el pasado. “Estamos indagando en Estados Unidos para saber si existe algo contra Abelardo en ese país”, le dijo un dirigente político de la derecha a SEMANA.
Vicky Dávila, quien aspira a la Casa de Nariño por firmas, aún no toma una decisión sobre si entraría a una coalición o no. La invitación ha estado abierta y en las próximas semanas se definiría qué rumbo va a tomar, aunque no se descarta que sea una de las aspirantes que llegue sola a la primera vuelta presidencial.

Ella ha dicho en diferentes intervenciones que tiene una línea roja, “porque no se mete con la trayectoria oscura, con los vínculos con criminales y corruptos. Si es para unirme con mafiosos, no cuenten conmigo”, expresó públicamente. Dávila ha señalado que está abierta a la unión y al diálogo con sectores que no tengan tacha alguna. “No voy a traicionar a los electores, a mi familia y a mi trayectoria porque defenderé la transparencia”, ha dicho en eventos.
En la campaña de Abelardo de la Espriella están al tanto de todo lo que está pasando en estas reuniones y tienen dudas de que haya acuerdos prontamente. Hoy no entienden por qué se han dado 17 reuniones y no se han definido las reglas de juego. Por ahora, solo hay acuerdos de voluntades que en política se hacen y se deshacen todos los días.
Las críticas y señalamientos no les preocupan, en el caso de la campaña de De la Espriella, y creen que únicamente eso los hace crecer ante la opinión pública, razón por la cual no han entrado en peleas públicas con otros aspirantes presidenciales. “Unidad sí, mi alianza es con el pueblo. Pónganse de acuerdo que cuando lo estén nos sentamos a hablar”, ha dicho el precandidato en entrevistas.
La alianza de David Luna, Mauricio Cárdenas y Juan Manuel Galán, por ahora, seguiría alejada de la consulta que están configurando los partidos de este sector. El hecho de que pueda haber dos consultas de sectores que podrían ser cercanos ha generado molestia en algunos líderes que consideran que eso solo beneficiaría al petrismo.

“Hacer una consulta de la centroderecha y otra de la derecha para llegar con dos candidatos a primera vuelta es un suicidio político frente al petrismo y sus vertientes. Necesitamos una gran consulta en marzo para llegar unificados. La división favorece a Petro”, advirtió Daniel Briceño, concejal de Bogotá del Centro Democrático.
¿Y la centroderecha?
Este sector está dividido. En un principio, Enrique Peñalosa, Marta Lucía Ramírez, Carlos Felipe Córdoba, Juan Daniel Oviedo, Daniel Palacios, Mauricio Gómez Amín, Juan Manuel Galán, David Luna, Mauricio Cárdenas, entre otros, sostenían conversaciones para una coalición “independiente”.

Incluso, este bloque expidió comunicados conjuntos fijando posturas sobre diversos temas. Pero todo cambió cuando apareció en el escenario político el expresidente Juan Manuel Santos, quien ya aterrizó en la contienda y promete ser protagonista. El exmandatario empezó a hablar del centro y, de un momento a otro, Luna, Galán y Cárdenas dejaron de asistir a las reuniones y anunciaron una alianza en vallas el pasado 23 de octubre.

Allí se destacaron con las palabras “unión + experiencia + futuro”, sacaron de taquito a los demás candidatos y dejaron tres espacios en las vallas publicitarias para que se sumaran alrededor de ellos y eso solo propició la división. Sin embargo, esa alianza sólida de la “sensatez” duró poco porque Galán y Cárdenas no han cerrado la puerta para ir a la alianza de Uribe y allí se chocarán con el obstáculo de Abelardo de la Espriella, a quien han cuestionado.

Pese a esa jugada, Peñalosa, Ramírez, Córdoba, Palacios, Gómez Amín y Oviedo siguen moviéndose entre las aguas turbulentas para seguir adelante y conformar alianzas sólidas y determinar si entran a la coalición de la derecha y determinar un mecanismo de escogencia de un aspirante.
Vicky Dávila ha sido invitada a estas reuniones donde se habla de “salvar al país”. A este sector se ha intentado sumar a Juan Carlos Pinzón, pero las comunicaciones no han tenido éxito.

El papel de los expresidentes
En las elecciones de 2026, los expresidentes están más activos que nunca. Se ha visto a un Álvaro Uribe unido a César Gaviria, dejando en el pasado sus diferencias. También están Andrés Pastrana, que no se une aún a las reuniones, pero tiene una actividad constante en redes sociales donde tira línea, y Ernesto Samper, que sigue defendiendo a Petro e impulsando el frente amplio. Y también juega un rol el expresidente Iván Duque, impulsando la unión.
“El mayor riesgo que existe hoy es que, mientras la izquierda ha definido los procedimientos para consolidarse de cara a la primera vuelta de 2026, hay una inmensa proliferación de candidaturas. Mi gran preocupación es que caigamos en el narcisismo de las pequeñas diferencias, donde pequeñas peleas y disputas hagan imposible la unidad. Aunque soy optimista de que la izquierda puede ser derrotada, me preocupa la falta de claridad. La izquierda ya definió una ruta clara. Hay que concretar la alternativa al neocomunismo”, le dijo Duque a SEMANA.

El expresidente Santos, quien en el pasado dijo que al salir de la Casa de Nariño “sería un abuelo feliz”, se meterá de lleno en el barro con un discurso de centro, de defensa del acuerdo de paz con las Farc y muy similar al de Fajardo. Ambos ven la política con la misma mirada.
No cabe duda de que Santos llegó a competirles a Uribe y a Gaviria, y a armar una estrategia para desmontar las alianzas de la centroderecha y la derecha. Fuentes cercanas al exmandatario le confirmaron a SEMANA que está articulando una alianza para impulsar a Fajardo y que su plan B sería Roy Barreras, quien podría quedar diezmado ante Iván Cepeda y declinar su participación en el frente amplio.
La apuesta del centro
Aunque es complejo definir a este sector político, es innegable que muchos aspirantes se ubican ahí a pesar de que sus inclinaciones están más hacia el petrismo, pero en privado buscan a la derecha.
Por ejemplo, Sergio Fajardo se une y habla en privado con Álvaro Uribe, pero no se toma fotos. Aunque Uribe ha intentado acercarlo a la derecha, Fajardo ya dio el no y no se debe olvidar que en la campaña de 2022 hubo una confrontación muy grande entre César Gaviria y Fajardo, quien dijo que en el liberalismo eran “unos vendidos”.

Pero el exgobernador, quien aspira a su tercera elección presidencial, pareciera estar jugando a la estrategia de tener votos en el centro, la centroderecha y en el petrismo porque ha hecho férrea defensa del mandatario, por ejemplo, cuando lo incluyeron en la Lista Clinton. Fuentes de la campaña de Fajardo confirmaron que no quiere irse contra Petro ni contra la derecha.
En el caso de Claudia López, la exalcaldesa de Bogotá está manejando el discurso de “ni Petro ni Uribe”, pero la verdad es que en ningún lado quieren recibirla. Como dice la campaña de un banco, en cualquier orilla se puede sentir en el lugar equivocado.
María José Pizarro le confirmó a SEMANA que López no es bienvenida en el frente amplio, y desde el Centro Democrático dijeron que no existe la mínima posibilidad de hablar con ella. El rechazo es tal que hasta Fajardo, que la tuvo como fórmula vicepresidencial en el pasado, prefiere no estar cerca.
Pero, según fuentes enteradas, en la estrategia de Juan Manuel Santos quieren tenerla en el centro. El camino de Claudia sería irse sola a la primera vuelta presidencial porque la única consulta sería con Fajardo, y él ha dicho que no tiene intención de entrar en ese mecanismo. Además, se ha ido de frente contra Abelardo de la Espriella y ha hecho duros señalamientos, incluso diciendo que es “el abogado de la mafia”.
En el centro, las cosas tampoco están tan claras porque Santos podría hacer aterrizar como protagonista a Roy Barreras, quien podría ser derrotado en el frente amplio por Cepeda, dada la fuerza electoral que se vio el pasado 26 de octubre. El exembajador podría ser la carta tapada de Santos para revivir el centro e intentar pescar en río revuelto en un sector que está en declive. Y, aunque están más inclinados hacia la centroderecha, los exgobernadores también jugarán un papel importante.
El primero de diciembre se conocerá, entre Aníbal Gaviria, Juan Guillermo Zuluaga, Héctor Olimpo Espinosa y Juan Carlos Cárdenas, el nombre del candidato único de la denominada Fuerza de las Regiones. En principio estaba pactada una encuesta nacional entre los cuatro, pero por costos decidieron que no se hará y que mejor acudirán a una ponderación de las mediciones que se publiquen en noviembre para determinar cuál de ellos irá a la consulta que se consolide.
En este grupo, Aníbal Gaviria va encabezando y ese factor ha generado una preocupación porque el exgobernador de Antioquia afronta un juicio por las presuntas irregularidades en las obras de mantenimiento y pavimentación del tramo La Cruzada-Caucasia de la Troncal de la Paz, de un contrato celebrado el 22 de diciembre de 2005 entre su primera administración y el Consorcio Troncal de la Paz. Las dudas surgen porque no saben cómo terminará este proceso y, si Gaviria gana, este sector podría tener problemas.

Es el grupo más ordenado, hablan de las regiones, de los recursos para los departamentos y acuden a todos los eventos. Estas tres semanas serán claves para saber si esa unidad se mantiene o hay una implosión por Gaviria. Los exgobernadores no entrarán al frente amplio.
Y, finalmente, hay un outsider, Santiago Botero, que anunció esta semana que recaudó más de un millón de firmas, pero cuyo discurso ha sido criticado hasta el punto de recibir el calificativo de “balín” y es incierto si será recibido en alguna de las coaliciones.
Con todo este panorama, es altamente probable que, en marzo, Sergio Fajardo, Vicky Dávila y Claudia López queden por fuera de las consultas y lleguen solos a la primera vuelta presidencial, pero las próximas semanas serán claves para despejar todos los interrogantes. Una división y la incertidumbre reinante solo son gasolina para el petrismo, que ya mostró la fuerza que tiene en las urnas y que se la jugará a fondo para mantener el poder de la Casa de Nariño.






