POLÍTICA
Los ministros de Hacienda de Gustavo Petro terminaron molestos, distanciados y, en un caso, con líos con la justicia por presunta corrupción
A Gustavo Petro no le ha ido bien con los ministros de Hacienda y se convirtió en el presidente que más ha movido a los jefes de esta cartera en la historia reciente del país.
El exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas le dijo en su momento a SEMANA que el ministro que maneja las finanzas públicas de la Nación se convierte, sin duda, en el más incómodo para un gobernante. Aclaró que no se trata de controvertir, pero sí de decirle al presidente las verdades en beneficio del país.
Cárdenas, por ejemplo, recordó que sostuvo varias confrontaciones internas con el expresidente Juan Manuel Santos, quien fue su jefe durante más de cinco años, pero no pasó a mayores.
Al contrario, Gustavo Petro no ha sido tolerante con sus ministros y los ha removido porque, en la mayoría de los casos, le llevan la contraria en temas de finanzas públicas.
Así quedó demostrado el pasado viernes 14 de marzo cuando, sorpresivamente, el presidente le pidió la renuncia al ministro de Hacienda, Diego Guevara, el tercero en ocupar el cargo. Diferencias entre ambos lo llevaron a tomar la decisión.
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La salida de Guevara ha generado ruido porque el presidente completaría cuatro ministros de Hacienda en solo dos años y medio, una cifra récord comparada con sus antecesores porque ese cargo es, quizás, el más estable en los gobiernos.
En la izquierda, en el centro y en la derecha ideológica, Diego Guevara caía bien porque generaba tranquilidad a las calificadoras por el respeto que le profesan en el gremio económico del país. “Es una señal que debe encender todas las alarmas: el presidente Petro ha renunciado a la verdad y a la honestidad intelectual. La crisis fiscal, lejos de resolverse, se va a profundizar”, opinó la congresista de la Alianza Verde Catherine Juvinao.
Petro no ha tenido buena experiencia con sus ministros de Hacienda.
El primero fue José Antonio Ocampo, un académico y maestro de la Universidad de Columbia que dejó sus clases en el exterior para viajar a Colombia convencido del gobierno del cambio. Sin embargo, el reconocido economista salió decepcionado ocho meses después de su posesión.
Consciente del alto costo que le generaría al país la controvertida reforma a la salud de la exministra Carolina Corcho, José Antonio Ocampo optó por no darle el aval fiscal y financiero al proyecto y provocó su hundimiento. Ese hecho despertó la furia de Gustavo Petro.
El exministro fue prudente, pero el presidente empezó a verlo como una piedra en el zapato y le dio el mismo trato que a los exministros de Agricultura, Cecilia López; el de Educación, Alejandro Gaviria, y el exdirector nacional de Planeación, Jorge Iván González, a quienes llamó “tecnócratas” y reconoció que les había perdido la confianza.
Lo reemplazó Ricardo Bonilla, un poco más obediente y cercano a Gustavo Petro. No obstante, el reconocido economista salió de su cargo envuelto en un escándalo judicial porque, al parecer, impulsó desde su despacho la entrega de cupos indicativos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) para congresistas a cambio de empujar las reformas sociales.
Las iniciativas, finalmente, no pasaron en el Legislativo y Ricardo Bonilla quedó sin cargo e investigado. El presidente Petro no tuvo otra alternativa que removerlo del ministerio en medio del torbellino político y judicial que lo agobió en su momento.
Su reemplazo fue el viceministro Diego Guevara, quien finalizará sus labores en el Ministerio de Hacienda esta semana.
En la mira del presidente para ocupar el Ministerio de Hacienda está Diego Ávila, economista de la Universidad Nacional y exmilitante del M-19, quien calienta en la banca y está a la espera de asumir ese despacho en las próximas semanas.
La pregunta que queda es si Ávila terminará el gobierno con Petro en agosto de 2026 o si, tal como ha ocurrido con sus antecesores, se convertirá en el cuarto ministro en dimitir.
Ante la salida de Diego Guevara, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, lanzó un dato en medio de esa coyuntura. “Con la salida de Diego Guevara, el Ministerio de Hacienda habrá tenido al menos cuatro ministros en este gobierno. Desde hace seis décadas no se veía una rotación tan alta: en el gobierno de Guillermo León Valencia (1962-1966), hubo cinco ministros de Hacienda en propiedad”.
