Política
Naciones Unidas reporta más de 70.000 afectados por la guerra en la región del Catatumbo
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios hizo público su último balance de la situación en Norte de Santander.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) presentó un reporte de la situación en la región del Catatumbo, Norte de Santander, luego del recrudecimiento de la violencia entre el ELN y las disidencias de las Farc.
De acuerdo con cifras de la organización, desde el 16 de enero al menos 77.418 personas han sido afectadas por los enfrentamientos entre ambos grupos armados. El impacto se centra en los municipios de Ábrego, Convención, El Tarra, San Calixto, Teorama, Hacarí, Sardinata y Tibú.
Esto también ha desatado un desplazamiento que la ONU califica como “sin precedentes en la región”. En total, a la fecha 51.938 personas han tenido que huir del territorio.
Esta situación, desatada por guerrillas en conflicto, es el mayor desplazamiento masivo registrado en 28 años en el país.
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En las zonas de Teorama, Tibú, San Calixto, El Tarra y Hacarí, al menos 25.302 personas enfrentan restricciones de movilidad y confinamiento debido al control de las guerrillas. De esta cifra, 5.178 habitantes de la zona se encuentran completamente confinados.
Adicionalmente, Naciones Unidas calcula que 4.443 refugiados y migrantes han sido víctimas de afectaciones derivadas de la situación de orden público.
“Numerosas familias, muchas de ellas en situación migratoria irregular, enfrentan dificultades para acceder a sus derechos, recibir atención, orientación y acceder a la ruta de asistencia y reparación integral”, indica el reporte.
Otra cifra alarmante del reporte es que se calcula que 46.500 niños están siendo impactados por la violencia en la región del Catatumbo. Por otro lado, seis firmantes del acuerdo de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc han sido asesinados.
Naciones Unidas menciona que entre el 24 y 26 de enero se registraron nuevos enfrentamientos por el control territorial, que aumenta el riesgo de un incremento en el desplazamiento y confinamiento.
“A pesar del deterioro de la situación humanitaria en la subregión del Catatumbo, algunas familias que permanecían en alojamientos temporales en los cascos urbanos de Tibú y Ocaña han decido retornar a sus propiedades, por miedo a perder sus viviendas, cultivos y animales semovientes”, indicó la ONU.
La situación de orden público en el Catatumbo no cesa, pese a que el Gobierno nacional declaró estado de conmoción interior en la zona y viene expidiendo decretos para ayudar a los habitantes de la zona.