POLÍTICA
Petro revela el nombre que tenía en el M-19 al citar por enésima vez a Aureliano y ‘Cien años de soledad’
El mandatario colombiano se refirió al tema en Pasto, en donde ofreció un extenso discurso en el cual habló de toda clase de temas del orden nacional e internacional.

El presidente, Gustavo Petro, habló de su pasado en el M-19. Lo hizo durante el evento ‘Acordando y haciendo: Avances del Proceso de Paz Territorial en Nariño’, adelantado en Pasto. “Carlos Erazo, que debo decir, fue mi comandante directo en las montañas del Tolima, ahí me llamaba Gabriel por Gabriel García Márquez; se sorprendió cuando se enteró de que a mí me decían casi en todo el M-19 Aureliano, que también era de Gabriel García Márquez”, aseguró el presidente Petro.
“Carlos, pues ha tenido una vida personal, después de dejar las armas, difícil, como la de todos nosotros. No tuvo mucho éxito en las justas electorales del Tolima. Nuestra compañía se llamaba ‘Compañía Jorge Eliécer Gaitán’ y me siento orgulloso de haber levantado la bandera de Gaitán en el Tolima. Después se fue para Noruega, lejos. Noruega siempre me ha interesado muchísimo porque siempre he pensado que en ese norte sueco y noruego, llegando al Polo Norte, frío que hace, encontré unos exiliados colombianos de Sucre, campesinos que la justicia los había perseguido señalándolos de ser autores de un secuestro de una señora Gloria Lara, me refería a esto hace poco. Y era una mentira, un infundio construido para atacar a la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Córdoba y Sucre. En eso, por razones murió mi amigo más entrañable, Hernán Lora. Y allá los encontré bajo la nieve, ocho horas en tren desde Estocolmo. Y allí hablamos mucho. No sé dónde están, eran los hermanos Rivera, les llamaban así o se llaman. Y allá yo pensaba: ‘Estaban, rubios de ojos azules bastante altos, los hombres y hermosas las mujeres eran una especie de guardianes del planeta en los confines de la Tierra, en el norte. Por la falta de comida solo había pesca y eran pescadores, no había mucha tierra fértil; se convirtieron en unos guerreros tremendos por su altura y su corpulencia saqueaban las ciudades de la Europa cristiana. Ellos eran paganos. Casi que murieron cuando dejaron de ser paganos’”, agregó Petro.
“Construir en nosotros —lo decía en un consejo— es supremamente importante porque ese nosotros se llamó antes de llamarse Movimiento 19 de abril solo en su vertiente de izquierda, que venía de la Farc y de las montañas con la Farc de ese entonces; había otra vertiente que eran los congresistas y militantes urbanos y obreros, la mayoría de la Anapo porque le habían robado las elecciones un 9 de abril de 1970. Esas dos corrientes se juntaron y fundaron en 1974 el Movimiento 19 de abril del que yo —durante 16 años hasta que se acabó, que no se ha acabado aún, es un espíritu— hice parte”, aseveró.

“Se llamaban los de la vertiente que salía de la Farc y la Farc quería fusilar a varios, incluido a Jaime Bateman y a Carlos Pizarro y a otros. Se llamó comuneros. Ese quizás iba a ser el nombre. No había acabado de apagarse y de nuevo se prendieron los cien años de soledad de Colombia que aún no terminan y que espero que el Nariño, con los vientos del sur, sea este acto, el comienzo del fin de los cien años de soledad y de los aurelianos, que aprendieron a irse a las armas antes que quedarse con la mujer amada”, agregó.
Posteriormente, cuando ya llevaba el presidente Petro una hora de discurso, hablando de todo, el jefe de Estado agregó: “Es eso lo que quiso pintar en poema Gabriel García Márquez con las historias de su propio pueblo que es el mío. Es la historia de la violencia que se transforma y muta como el metamorfosis y no se acaba. Y comenzó peleando entre liberales y conservadores. De ahí sí hay que pintar las casas de azul cuando la gente de Macondo quería pintar las casas como se le diera la gana y empezó una guerra de Aureliano. Y después siguió porque hubo 300.000 muertos en Colombia”.
El 18 de marzo pasado, el presidente Gustavo Petro exclamó, en medio de manifestantes que salieron a las calles a respaldar la denominada consulta popular, que tal vez él era el último Aureliano Buendía. “Llegó el momento de ponerle final a cien años de soledad, el año 101 es el año de la alegría y la victoria popular. Los Aurelianos se van y sigue la fiesta, porque ahora el pueblo convoca a una gran fiesta, la fiesta de la democracia y la fiesta de la libertad en democracia y en libertad”, aseguró.

“Fuimos oficiales de Bolívar y ese es un juramento que se lleva hasta el final como una marca, porque es la misma marca de los aurelianos. Bien lo contó Gabriel García Márquez. El viernes estuve en la casa donde nació, un momento mágico porque el pueblo volvió a plantear que los pueblos de Macondo se salvan cuando caen las mariposas amarillas. Y aquí tienen que caer las flores y volar mariposas amarillas por todos los rincones de la patria”, aseveró.
“Porque las flores amarillas huelen a salvación y porque las mariposas amarillas anuncian revolución. Se van a acabar los cien años de soledad. Dije ayer, quizás sea el último Aureliano y me place porque los Aurelianos le vendieron el corazón a la violencia antes de amar como en la Vorágine, y por eso hubo cien años de soledad en Colombia. Por eso olvidamos a Bolívar cuando nos empezamos a matar entre nosotros, a dividirnos, a dejarnos engañar en la borrachera. A perder el norte. A pensar que todo está perdido y que Colombia no tiene salvación. Pues otra vez caen y vuelan las mariposas amarillas”, sostuvo.
“Las multitudes no permiten sentirse solo, acaban con la soledad de Colombia, acaban con los cien años de soledad, porque las estirpes de la tierra condenadas tienen una segunda oportunidad, y esta es nuestra segunda oportunidad. ¡Palabra que sí! ¡Que viva la consulta popular en Colombia!”, concluyó, mientras sus seguidores, entendieran o no sus palabras, lo aplaudían en la Plaza de Bolívar, en Bogotá.