Entrevista
“Plan tortuga, posibles irregularidades y $430.000 millones sin ejecutar”: las revelaciones del alcalde designado de Bucaramanga, Javier Sarmiento
Javier Sarmiento, alcalde designado de Bucaramanga, habla de su gestión y alerta sobre presuntas irregularidades en la administración. Denuncia un plan tortuga e identifica información oculta.
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SEMANA: ¿Bucaramanga va por buen camino?
Javier Sarmiento: Sí. Bucaramanga siempre va por buen camino gracias al empuje y al carácter de su gente. Es, sin duda, la Ciudad Bonita. Sin embargo, como alcalde, debo reconocer que enfrentamos retos importantes: una movilidad afectada por la falta de modernización de la malla vial y un preocupante incremento de la inseguridad. A pesar de que mi periodo es de transición y muy corto, junto con mi equipo de trabajo más cercano no ahorramos esfuerzos para reforzar la seguridad. Trabajamos de la mano con la Policía, adquirimos nueva tecnología. Con el apoyo del Concejo duplicamos la inversión y logramos la modernización del Fondo de Vigilancia y Seguridad, así como también dejamos radicada la creación de la Secretaría de Seguridad. En poco más de 45 días al frente de la Alcaldía, me concentré en resolver lo urgente: ordenar la administración, revisar el estado real de las metas y garantizar información transparente para quien asuma. Mi objetivo fue asegurar estabilidad institucional y fortalecer la transparencia. Ese camino quedó trazado.
SEMANA: Usted vivió un plan tortuga en la Alcaldía. ¿En qué consistió y cómo lo manejó?
J.S.: Sí, hubo un plan tortuga. Al llegar encontré algunas secretarías de despacho y equipos desalineados, procesos injustificadamente lentos y decisiones que se frenaban desde dentro de la administración. Presuntas enfermedades, incapacidades, renuncias y diferentes maniobras para entorpecer el normal desarrollo de la administración, sumadas a otros servidores públicos y contratistas participando en política. Esa falta de colaboración afectó la capacidad de ejecutar con la rapidez que la ciudad requería. Aun así, asumí el reto con firmeza. Activé controles, exigí información oportuna y reorganicé los flujos internos para garantizar que la administración siguiera funcionando. Mi prioridad fue que Bucaramanga no se detuviera pese a las resistencias internas.

SEMANA: ¿Encontró indicios de presunta corrupción en la Alcaldía?
J.S.: Identifiqué situaciones administrativas que requieren una revisión detallada, especialmente en contratación y ejecución presupuestal. No me corresponde emitir juicios, pero sí dejar todo documentado y remitir la información a los organismos de control competentes. Mi deber fue fortalecer la transparencia, ordenar los procesos y asegurar que el próximo alcalde reciba una administración clara, trazable y en condiciones de ser auditada sin obstáculos.
SEMANA: Metrolínea es un dolor de cabeza para los ciudadanos. ¿Cuáles son las inconsistencias que ha encontrado?
J.S.: Más que hablar de ‘inconsistencias’, lo que encontramos en Metrolínea fue una serie de situaciones que requerían una revisión técnica rigurosa. Por eso, antes de emitir juicios apresurados, me dediqué a verificar directamente el estado del sistema. Incluso realicé una visita a la estación de Provenza para constatar de primera mano cómo estaba operando el servicio y cuáles eran las necesidades más urgentes. Como alcalde delegado, mi responsabilidad fue asegurar la continuidad del servicio mientras los equipos especializados avanzaban en el diagnóstico y se documentaba toda la información. Lo fundamental es que Metrolínea siga funcionando, y ese será uno de los grandes retos del próximo alcalde.
SEMANA: Hay alertas por posibles irregularidades en el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga. ¿Cuáles son las sospechas?
J.S.: El Acueducto Metropolitano de Bucaramanga es una entidad seria, técnicamente sólida y con un gobierno corporativo. Valoramos profundamente el servicio que presta a toda el área metropolitana. Sin embargo, hemos recibido inquietudes de ciudadanos relacionadas con el proceso de cambio de medidores, especialmente sobre la necesidad de contar con información clara y una aprobación previa por parte de cada usuario. Como Alcaldía, nuestro deber es escuchar a la comunidad y garantizar que cualquier proceso que afecte directamente a los usuarios se desarrolle con total claridad y respeto por sus derechos. Finalmente, alerté sobre la reelección del actual gerente del Acueducto, de lo cual me enteré extemporáneamente, ya que los dos funcionarios públicos allí delegados no tuvieron la cortesía de informarme, teniendo la Alcaldía el 76 por ciento de las acciones.
SEMANA: La Fiscalía investiga supuestas irregularidades en las luminarias de la ciudad. ¿Qué ha conocido sobre la situación y cuáles son las preocupaciones?
J.S.: La Contraloría Municipal de Bucaramanga identificó presuntas pérdidas y manejos irregulares en los inventarios del alumbrado público, especialmente durante los dos últimos años, y esos hallazgos fueron remitidos en su oportunidad a la Fiscalía General de la Nación. Estamos hablando de materiales que debieron estar en las bodegas del municipio y que no aparecen, y eso es grave. Mi preocupación es muy concreta: cada elemento del alumbrado tiene un valor y una responsabilidad asociada, y, cuando no hay trazabilidad, hay que actuar. Por eso pedí verificar de manera detallada los registros y entregar toda la información sin filtros a los investigadores. La Fiscalía ahora tiene la palabra. Mi tarea ha sido dejar el caso completamente documentado para que no haya dudas ni vacíos en la revisión que se está adelantando.

SEMANA: La seguridad ha sido una de las banderas de la administración de Bucaramanga. ¿Qué tanto se ha invertido en ella? ¿Los gastos se han traducido en un mejoramiento del orden público?
J.S.: Quiero responder estas preguntas reconociendo los hechos graves de inseguridad que ha enfrentado Bucaramanga. Todavía queda mucho por hacer. Pero hoy Bucaramanga tiene más pie de fuerza, más herramientas y una operación más focalizada que hace unos meses. El reto sigue siendo enorme: reducir de manera sostenida el homicidio, el microtráfico y los hurtos. Dejamos encaminados recursos, decisiones y capacidades.
SEMANA: Hay presupuestos sin gastar. ¿A qué se debe la baja ejecución del Plan de Desarrollo?
J.S.: La baja ejecución tiene causas concretas, que ya reconocimos públicamente. El informe de la Secretaría de Planeación mostró que varias metas del Plan de Desarrollo estaban al cero por ciento de avance y que la ejecución presupuestal, al 30 de octubre, fue solo del 58 por ciento, lo que significa que solo ese porcentaje, equivalente a recursos, fue cancelado por obras ya ejecutadas. Conclusión: problemas de gestión por parte de las dependencias y tramitología interna. No hubo una planeación robusta ni gestión. Tristemente, la ciudad dejó sin ejecutar 430.000 millones de pesos y lo más grave es que los problemas siguen ahí.
SEMANA: Hay alarma por el aumento desproporcionado de contratos de prestación de servicios. ¿Es cierto ese incremento? ¿A qué se debió?
J.S.: Sí, el incremento existió y es un hallazgo contundente. La administración identificó más de 4.300 contratistas en 2025 por 100.000 millones de pesos, y en 2024 contrataciones por más de 67.000 millones. Esta masiva contratación no mejoró la eficiencia de la Alcaldía: apenas se cumplió el 33 por ciento de las metas del Plan de Desarrollo. Por eso en mis recomendaciones para el próximo alcalde están la realización de una auditoría administrativa y financiera de la contratación, así como la reorganización estructural del modelo de talento humano para que la ciudad dependa menos de contratistas y tenga un gasto más técnico y responsable.
SEMANA: ¿Qué tanto apoyo ha recibido la Alcaldía de Bucaramanga del Gobierno nacional?
J.S.: El apoyo ha sido limitado, mientras la ciudad enfrenta retos estructurales que exigen una articulación más fuerte. Entre las prioridades estratégicas están, por ejemplo, la necesidad de inversiones robustas para movilidad y transporte vial. Debo reconocer que en materia de seguridad hemos logrado un trabajo en equipo con el Ministerio de Defensa y la cúpula de las Fuerzas Armadas y de Policía, pero aún falta mucho por hacer, especialmente en inversiones tecnológicas que nos permitan combatir con eficacia a la delincuencia.

SEMANA: ¿Es cierto que funcionarios públicos estarían obstruyendo o afectando investigaciones contra la Alcaldía?
J.S.: Al llegar a la Alcaldía encontramos procesos lentos, resistencias internas y falta de entrega oportuna de información. Incluso hubo información que se ocultó y decisiones que se frenaron deliberadamente. Esto no puede repetirse. La Alcaldía tiene el deber de gobernar con la verdad y no ser cómplice de prácticas contrarias al interés público.



