Entrevista
“Quedaron en evidencia las mentiras”: Jaime Granados, abogado del expresidente Uribe, cuestiona a la jueza Sandra Heredia
Jaime Granados, abogado del expresidente Álvaro Uribe, destacó el fallo que absolvió al presidente. Lo calificó como un referente para la Justicia y criticó la actuación de la jueza Sandra Heredia.
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SEMANA: ¿Cuál es su análisis sobre la decisión que tomó el Tribunal Superior de Bogotá al absolver al expresidente Álvaro Uribe de los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal?
Jaime Granados: Estábamos expectantes pero confiados en que el Tribunal iba a dar razón a nuestra apelación. Ya había un anticipo cuando la otra Sala concedió la tutela que le permitió recuperar la libertad a Álvaro Uribe y fue ratificada por la Corte Suprema. Ahí se sentaron las bases, mostrando que la jueza Sandra Heredia hizo una apariencia de argumentación, pero que en el fondo no había tal. Eran subjetivismos, manifestaciones sesgadas, y creo que la opinión pública se dio cuenta de que ese fallo tenía muchos cuestionamientos. En la apelación, el Tribunal Superior de Bogotá entró a hacer un análisis profundo y tomó una decisión que creo que es un ejercicio para la academia y que para la Judicatura puede servir de referente.
Quisiera hacer un reconocimiento al trabajo de SEMANA cuando estaba bajo su dirección la periodista Vicky Dávila y después en la dirección actual de Yesid, en la medida en que el periodismo investigativo que ustedes han desarrollado contribuyó a abordar temas difíciles del caso.

SEMANA: Un tema central son las interceptaciones. ¿En qué consistió esa decisión, esencial para absolver al expresidente?
J.G.: Uribe, como senador y como ciudadano, tiene derecho a la inviolabilidad de sus comunicaciones. Cuando estaba en la Corte Suprema, bajo el procedimiento de la Ley 600, haciendo ver que se trataba de un teléfono de otra persona, del representante Nilton Córdoba, se dio el número de celular de Álvaro Uribe sin que se hubiese verificado. A pesar de estas irregularidades en su origen, fue interceptado desde el 9 de marzo de 2018 hasta el 9 de abril. Llama la atención que desde la primera escucha que hace el analista Óscar Álvarez Muñoz del CTI, el 12 de marzo de 2018, en los primeros segundos se dio cuenta de que quien estaba hablando no era Córdoba, sino Álvaro Uribe. Él, bajo juramento, así lo relata e inmediatamente le informa a sus superiores.
Lo que debía esperarse era que la Corte ordenara que cesara esa escucha. No, lo dejaron. Así lo hizo en un total de 118 ocasiones. Pero no solamente se extendió, simulando que era un hallazgo inevitable, se utilizó para incriminarlo equivocadamente. Hubo múltiples errores en esas llamadas popularmente calificadas como chuzadas y todo esto quedó establecido en el juicio. A pesar de que nosotros trajimos las pruebas, la señora jueza Sandra Heredia rechazó nuestra petición de exclusión y las utilizó de manera indebida. Eso sirvió para la condena de primera instancia. El Tribunal nos da la razón. Establece que estuvo indebidamente interceptado, que no caben interceptaciones por error.

SEMANA: ¿Qué pasó con Juan Guillermo Monsalve, el supuesto testigo estrella?
J.G.: Monsalve fue el protagonista, la columna vertebral. Hizo serios señalamientos contra el expresidente Uribe. El Tribunal hace un análisis detallado en el que, primero, muestra que le mintió a Iván Cepeda cuando dijo que él era testigo y había pertenecido al bloque Metro. Las investigaciones de la Fiscalía, los testigos que pasaron al juicio, su familia, su padre, su hermano mayor, reconocen que no es cierto. Yo lo confronté y quedó en evidencia que no tenía nada que declarar sobre Uribe y que no fue parte de ese bloque Metro. Todo eso se probó en el juicio, quedaron en evidencia esas mentiras. Lo que le llama la atención al Tribunal no es tanto que Monsalve haya sido mentiroso, sino que la jueza haya desoído, no haya querido ver la prueba que lo mostraba como tal.
El tema no son solo sus declaraciones y pertenencia a un bloque que no fue tal; también lo que ocurrió en La Picota. Es importante resaltar cómo el Tribunal tiene cuidado de que, habiendo escuchado la grabación que él introdujo en un reloj espía –no se ve en esa grabación, que, además, está editada y alterada–, el abogado Diego Cadena haya hecho referencia a que le pidieran que faltara a la verdad. Eso lo analizó el Tribunal y mostró que Uribe no determinó a Cadena para ofrecer lo que había ofrecido, porque él se entera hasta el 3 de abril, 39 días después. En ningún momento se le pidió a Monsalve que declarara algo contrario a la verdad. No puede considerarse que buscar elementos de prueba por parte de la defensa sea algo delictivo. El Tribunal concluye que nada de lo que pasó con Monsalve constituye delito. Lo que hubo fue una apreciación totalmente equivocada de la jueza de primera instancia. Por eso exonera a Uribe.
SEMANA: ¿Y en el caso del otro testigo, Carlos Enrique Vélez?
J.G.: Es conocido como Pinocho, justamente por ser un reconocido mentiroso que tiene múltiples procesos por falso testimonio. Una persona que se presenta como eso, como un testigo mentiroso. Quedó probado en el juicio que él había incriminado falsamente a su antigua compañera, madre de un hijo suyo, en una masacre, por celos. Ella fue condenada a más de 30 años de prisión injustamente porque mintió a la Justicia.
Él reconoció en el juicio que había dicho que, si él tenía que declarar que la Virgen del Carmen había dejado caer al Niño Jesús, lo diría. Es decir, un menosprecio absoluto por los valores religiosos que profesamos muchos de los colombianos y, sobre todo, por la verdad.
A ese señor, que es un reconocido mentiroso, la jueza Heredia le da credibilidad y lo utiliza para fundamentar una condena. Afortunadamente, el Tribunal, frente a nuestra apelación, destaca todas las características mendaces de este testigo y señala críticamente por qué la jueza le da valor probatorio a un reconocido mentiroso y ordena que lo investiguen por falso testimonio.

SEMANA: ¿Cómo entender que una jueza condena al expresidente a 12 años de prisión, la pena máxima, y ahora un tribunal decide tumbar todo?
J.G.: Es normal. En el sistema acusatorio existen dos instancias que generan una garantía y es que se pueda impugnar mediante apelación ante un superior, que, además, es un juez de mayor experiencia; que es colegiado, porque son por lo menos tres jueces, y tiene la oportunidad de evaluar todo lo que pasó. Lo que hizo el Tribunal fue verificar que la jueza lo hizo mal y para eso existe la apelación. El Tribunal, con 669 páginas dedicadas al análisis, de las cuales están en cerca de 2.000 párrafos numerados analizando, ajeno a referencias descalificadoras, distintas, demostrar lo que se hizo bien y que hizo mal casi todo en el fallo de primera instancia.
SEMANA: Iván Cepeda anunció casación en la Corte Suprema, que es el máximo cierre en los procesos penales. ¿Qué es lo que va a pasar allá?
J.G.: Nuestro sistema procesal, acogiendo una tradición de Francia, reconoce la existencia de un instituto que se denomina la casación, que permite a un tribunal superior, en el caso colombiano la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, la posibilidad de hacer un juicio de legalidad de la sentencia.
Es decir, aquí no se va a hacer un nuevo ejercicio de lo que pasó en el proceso. No, no es una tercera instancia, sino un ataque a la sentencia porque, por ejemplo, se cometieron unos yerros por violar la ley. La Corte puede admitir una demanda de casación si se presenta oportunamente y bien fundamentada, y luego tomar una decisión sobre si casa o no casa, es decir, si rompe la sentencia por ser ilegal o la mantiene incólume. No todos los procesos llegan allá, pero realmente lo que da más tranquilidad en este caso es la corrección de la sentencia.
Ahora, Cepeda, que sostuvo su carrera política acusando a Uribe de haber conformado el bloque Metro en el predio Guacharacas, cuando fue preguntado, en este juicio, bajo juramento, dijo que no le constaba nada al respecto. En el Congreso él puede decir las mentiras que diga, pero ante un juez no podía mentir y por eso tuvo que decir que no le constaba nada. Llama la atención figuras que han dicho que no están de acuerdo, entre ellas la congresista María José Pizarro, quien dice que para la historia del país Uribe quedó condenado. Lo que más le duele a esa izquierda radical es que justamente es el gran triunfador, porque rescató la democracia en Colombia, contra los violentos, contra quienes alzaban armas, contra quienes asesinaron a personas indefensas, como el M-19, en los cuales participó el padre de esa senadora. Para la historia, ellos son los responsables. El presidente (Uribe) salvó a Colombia, así es reconocido nacional e internacionalmente, y la justicia no puede ser contraria a la verdad. Son malos perdedores.
Hemos escuchado abogados, incluso penalistas, que no son uribistas, y dicen que con el fallo ganó la Justicia.

SEMANA: ¿Usted lo cree así? ¿Qué significa esta decisión, pues muchos han dicho que marca un punto relevante en el derecho penal del país?
J.G.: La comunidad jurídica y no jurídica lo ha valorado, recibió un soplo de esperanza. Un abogado muy respetado me escribió y me dijo que se sentía emocionado cuando el Tribunal declaró que excluía por ilegales las grabaciones que no correspondían, que era como haber metido un gol en el Mundial. Aquí no se está defendiendo a una persona, se está defendiendo la Constitución, la ley, las garantías de los ciudadanos. Creo que Colombia respira más tranquila después de esta decisión, porque encontró justicia.



