EXCLUSIVO

Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, y su novio Julián Caicedo se destapan en SEMANA: por primera vez, responden a todos los señalamientos en su contra

En exclusiva, el directivo de la principal compañía del país y su pareja sentimental se refirieron al polémico apartamento que compraron en el norte de Bogotá, al manejo de la contratación en la petrolera, a la financiación de la campaña de Petro y a su relación.

Redacción Nación
30 de noviembre de 2024
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| Foto: Montaje Semana

SEMANA: ¿Este apartamento donde usted nos atiende en Bogotá es el que se cuestiona porque costó 1.800 millones de pesos, una cifra inferior al de otros similares en este edificio y en la zona?

RICARDO ROA: Sí, desafortunadamente es un bien que adquirimos por una decisión que tomamos juntos, en agosto de 2022. Decidimos cambiar el apartamento donde vivíamos. Inicialmente empezamos a buscar con el propósito de vivir en Medellín porque, supuestamente, yo iba a ocupar un cargo importante en ISA. Y en esa búsqueda, cuando no se dio lo de ISA, pensamos en Bogotá. En septiembre hicimos una oferta de compra de un apartamento en la 84, arriba de la Circunvalar, teníamos prácticamente la oferta lista, pero nunca llegó la persona con la que íbamos a suscribir esa promesa de compraventa. Por eso se nos presentó esta alternativa.

SEMANA: ¿Qué les ofrecieron?

R.R.: Un apartamento normal, con problemas, estaba abandonado. Nos dijeron que llevaban más de cinco años tratando de venderlo y por eso vimos una buena oportunidad de comprarlo. Fue hacia octubre de 2022.

SEMANA: ¿Por qué compraron el apartamento de la calle 92 y no el de la 84?

JULIÁN CAICEDO: Realmente me gustaba un poco más el de la avenida Circunvalar, pero a Ricardo le llamó más la atención la arquitectura de este apartamento, entonces, nos gustó mucho la ubicación. Está al lado del Parque Museo El Chicó y el Parque de la 93.

R.R.: En esa época ni siquiera sabía que sería candidato a la presidencia de Ecopetrol. Yo estaba más planillado para ser el presidente de ISA. Nunca, durante la negociación, supe que el dueño de este apartamento era el señor Serafino Iacono (empresario del sector de hidrocarburos). Siempre interactué con un abogado que dijo ser el representante legal de una firma inmobiliaria de compra y venta de inmuebles. Se firmó la escritura en diciembre de 2022 (el 11 de abril de 2023, Roa fue designado presidente de Ecopetrol).

Ricardo Roa y su novio. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA-REVISTA

SEMANA: Les insistimos: el apartamento costó 1.800 millones de pesos, una cifra muy inferior a otros inmuebles en este edificio...

R.R.: Este apartamento tiene 17 años de construido, el edificio no tiene nada, ningún servicio, no tiene área común, la administración es costosa, llevaban tiempo vendiéndolo y tenían un pleito desde hace muchos años con el uso de la terraza. La remodelación tiene su historia también.

SEMANA: ¿Cuál?

R.R.: Acá vino una persona que es diseñadora de interiores, hizo una propuesta que era sencilla, para hacerse en un tiempo breve, pero se fue demorando más y más. Se fueron haciendo algunas mejoras. No hay remodelación. Yo le he dicho al periodista Daniel Coronell (quien ha hecho denuncias sobre el controvertido apartamento) que no es una remodelación. Aquí no se cambiaron ni baños ni cocinas, se forraron las puertas y se hicieron tres muebles. Además, se sacó una gran cantidad de muebles, vidrios y estructuras abandonadas.

SEMANA: ¿Qué le hicieron al apartamento?

R.C.: Usted puede ver: un mueble, dos muebles que se cambiaron, el piso se pulió y se pintó. La supuesta remodelación no fue más. Arriba se pusieron un par de pérgolas en la terraza, unas estructuras con vidrio, madera y ya. Y ese jardín que ve acá.

J.C.: La mayor adecuación fue transformar un balcón que se convirtió en un jardín interior.

SEMANA: Pero lo que se ha denunciado es que dicha remodelación costó 2.300 millones de pesos…

R.C.: Ese es un poco el conflicto en el que estamos, la controversia con la persona que nos hizo las mejoras. No nos ha pasado ni las cuentas. No aguanté más la discusión y puse a mi abogado para que interactuara con esa persona y llegaran a un acuerdo.

Julián Caicedo y Ricardo Roa. | Foto: juan carlos sierra-semana

SEMANA: ¿Un acuerdo por qué?

R.R.: Empezamos pactando un cupo, un monto para las mejoras de 300 millones de pesos. Después, fue cambiando porque pasó el tiempo, había mucha gente acá trabajando, puliendo los pisos, pintando las paredes, poniendo enchapes en las puertas, tumbaron un pequeño muro y se amplió la puerta de la cocina. Esas son las mejoras. No hay más, puede darle una vuelta al apartamento.

SEMANA: Usted habla de un cupo de 300 millones de pesos, ¿pero por qué esa cifra se disparó?

R.R.: Después fue cambiando el monto, pero no nos entregaban los soportes y recibos, por eso es la discusión. En adelante el tema lo conoce el abogado que está en el pleito con la persona.

SEMANA: Pero se está hablando de una remodelación de 2.300 millones, una cifra millonaria que se aleja mucho del cupo que usted habla de 300 millones de pesos.

R.R.: Sí, nunca hubiéramos tomado una decisión si fuera ese el valor de la remodelación. Que la remodelación valiera más que el apartamento, a todas luces, no iba a ser ni racional ni lógico. Yo procuro en mi vida no tomar decisiones irracionales ni ilógicas. Creo que nos alcanzaba para otro apartamento.

SEMANA: 2.300 millones de pesos en una remodelación es una cifra significativa, así dicho costo lo asuma el presidente de Ecopetrol, quien tiene un salario competitivo.

R.R.: La gente cree que el sueldo es bueno; sí, es un buen sueldo, pero así como se gana, a uno le quitan el 40 por ciento.

SEMANA: Johny Giraldo, el encargado de la remodelación, dijo que ya le pagaron 2.000 millones de pesos por la remodelación del apartamento y que hay un lío por 300.

R.R.: No. No le he pagado eso, nunca le he pagado eso, nunca voy a pagar un valor de eso. Quiero cerrar ahí el tema porque le di traslado al abogado para que trate de resolver el conflicto en el menor tiempo posible.

SEMANA: Pero Johny Giraldo afirmó que por la remodelación de su apartamento se pagaron 2.000 millones y que el dinero llegó en cajas de cartón a Llano Grande, a las afueras de Medellín, y que, al parecer, la plata provenía de William Vélez.

Julian Caicedo y Ricardo Roa
Ricardo Roa. | Foto: FOTO: JUAN CARLOS SIERRA-REVISTA SEMANA

R.R.: Al menos yo, nunca he mandado a pagar un monto de esos. Y con el doctor William Vélez, ya que usted lo menciona, jamás he tenido un vínculo distinto al profesional que tuve, casi tres años trabajando en su proyecto en Honduras, en Tegucigalpa. Es un empresario con una gran cantidad de negocios en muchos países. En Colombia tiene muchos, entiendo que en Ecopetrol también. Cuando supe que se trataba de una empresa del Grupo Ethuss, mi antiguo empleador, tomé la decisión de marginarme de conocer, saber o decidir algún aspecto en esa negociación que estaba desde 2012.

SEMANA: ¿Se refiere a la compra que hizo Ecopetrol a Vélez de TermoMorichal, las centrales de generación TermoMorichal I y II, por 42 millones de dólares?

R.R.: Así es.

SEMANA: ¿Vélez, su exjefe, se ha beneficiado de Ecopetrol durante su presidencia?

R.R.: No se ha beneficiado ni se va a beneficiar mientras yo esté ahí.

SEMANA: ¿En qué terminará lo de su apartamento?

R.R.: Para mí esto ya terminó, no puede terminar en nada diferente. Hay un conflicto por el valor con las personas que hicieron las mejoras. En algún momento tendrá que resolverse. No he pagado 2.000 millones de pesos, y no los voy a pagar. Es más, pedí una auditoría forense para determinar cuánto valen las mejoras que se hicieron.

SEMANA: Serafino Iacono, quien fue dueño de este apartamento que usted compró, y que tiene intereses en el sector petrolero, ¿lo ha buscado alguna vez?

R.R.: Jamás. He tenido dos o tres oportunidades en las que he compartido socialmente con el señor, pero jamás interactúe con él para esto. Puedo decirlo con tranquilidad, jamás supe que esto (el apartamento) era del señor Serafino. Es más, hubiera sabido que el apartamento era de él y que yo iba para la presidencia de Ecopetrol, habría tomado una decisión contraria.

“Confío en la justicia”

SEMANA: Su nombre está en el ojo del huracán por la investigación en el Consejo Nacional Electoral (CNE), debido a la presunta violación de topes electorales en la campaña presidencial de Petro en 2022, por 5.300 millones de pesos. ¿Va a responder los descargos?

R.R.: Sí, lógicamente, en eso trabaja un grupo de abogados, de auditores y de técnicos. No he querido referirme al tema porque forma parte de una investigación en la que hay que salvaguardar las respuestas que vamos a dar. Debo desestimar cualquier intriga, cualquier asomo de duda sobre el manejo de la contabilidad de los ingresos y gastos de la campaña que haya ejecutado como gerente. La campaña se manejó de forma transparente, se aplicaron mecanismos rigurosos de control, mi principal propósito siempre fue no permitir jamás el ingreso de recursos de procedencia desconocida o cuestionable y asegurarme de que no íbamos a violar los topes legalmente establecidos.

Entre lo que hizo la señora Mogollón y lo que mostraron los medios hay distancias grandes. A ella la descontextualizaron, dijo que no había hecho cosas, pero ejerció su papel de tesorera. Entre la tesorería y el manejo de la cuenta que estaba a cargo de Ricardo Roa, yo tenía que poner a una persona de mi confianza para autorizar los tókenes, los pagos, los ingresos. Esa persona era el hermano de Julián, es Sebastián Caicedo Cano, una persona que conozco, que me ha prestado servicios personales, hace mis cuentas, las administra, hace mis pagos. Y por eso fue la persona de confianza que puse a manejar mis pagos.

SEMANA: ¿Cómo llegó esa tesorera a la campaña?

R.R.: Me la recomendó mi asistente, Andrea Feo, me dijo que tenía experiencia como contadora y le di la oportunidad.

SEMANA: Si este proceso es fallado en su contra, habría sanciones económicas, usted tendría que dejar la presidencia de Ecopetrol y eventualmente enfrentaría un proceso penal…

R.R.: Sí, son chicharrones, pero cuando usted ha actuado legalmente, en su rigurosidad técnica y profesional, eso da la capacidad para enfrentar lo que venga. Yo no he tenido ninguna angustia ni afugia de tiempo, ese proceso lo llevan los abogados, yo estoy trabajando en Ecopetrol 24/7.

SEMANA: Desde la Casa de Nariño han arremetido contra el CNE. ¿Usted confía en los magistrados de ese tribunal?

R.R.: Confío en las instituciones, en la justicia, en las instancias que harán el ejercicio más objetivo, más justo y más equilibrado, y el que corresponda en derecho.

SEMANA: A propósito de la campaña, a Nicolás Petro, el hijo del presidente, lo señalan de recibir dineros del exnarcotraficante conocido con el alias del Hombre Marlboro y de Gabriel, el hijo del Turco Hilsaca. A su juicio, ¿Nicolás es inocente?

R.R.: Confío en que Nicolás Petro pueda demostrar su inocencia, le aseguro que no formó parte de la campaña.

SEMANA: Hay versiones sobre la influencia de su pareja en las decisiones de Ecopetrol, la principal compañía del país.

R.R.: Siempre he querido tenerlo a mi lado, por mí estaría feliz de tener a una persona con los dotes profesionales, las capacidades, las habilidades y el orden que tiene Julián, su disciplina, su amor, es un ser humano que maneja a las personas con una facilidad, con un don especial. Todo el mundo termina queriéndolo y adorándolo porque es un gran ser humano. Donde he podido estar con él, estaré. Obviamente, ahora en Ecopetrol es clarísimo que no va a estar, no está, ni estará por razones obvias. Nunca he vinculado a una persona de mi familia o de mi cercanía a las empresas.

SEMANA: ¿Pero Julián influye en sus decisiones en Ecopetrol?

R.R.: Laborales, ninguna. Influye en mis decisiones personales, que si compramos esto o no, que si vamos a un sitio o a otro, pero en mis decisiones laborales, no. Él, a veces, me aconseja, sobre todo en cómo debe ser mi comportamiento delante de la gente. Me aconseja en la forma, pero el fondo lo he venido construyendo yo durante años.

  Ricardo Roa y su pareja, Julián Caicedo, recibieron a SEMANA en su apartamento, controvertido por el precio y una supuesta millonaria remodelación.
Ricardo Roa y su pareja, Julián Caicedo, recibieron a SEMANA en su apartamento, controvertido por el precio y una supuesta millonaria remodelación. | Foto: juan carlos sierra-semana

SEMANA: Sin embargo, hay señalamientos que apuntan a que Julián interfiere en Ecopetrol, en la contratación de personal.

R.R.: Coincidimos con mucha gente en nuestras reuniones sociales, en las salidas, viajes o eventos, procuro que él me acompañe y para nada distinto a que esté a mi lado, a que me acompañe y que sea para mí una motivación para poder hacer un viaje largo, fuera de la ciudad, pero no hay ninguna forma que él esté tomando decisiones o que esté teniendo poder en algunas de las empresas.

SEMANA: Pero, Julián, ¿usted entregó la hoja de vida de su sobrino Leandro Hermosa Cano para que lo contrataran en el Oleoducto de los Llanos Orientales?

J.C.: Compartí la hoja de vida con varios amigos, él me llamó y me dijo que necesitaba una oportunidad laboral.

SEMANA: ¿Compartió la hoja de vida con gente cercana a Ecopetrol?

J.C.: La compartí con varios conocidos.

R.R.: Mucho se ha dicho que Julián tiene interferencia en las hojas de vida. Yo, realmente, nunca lo he visto. Tengo una profunda interacción con mi vicepresidenta de talento organizacional, Victoria Sepúlveda, es idónea, capaz, transparente. En ODL no tengo injerencia alguna, es una filial de una holding de transporte que se llama Cenit y las decisiones las respeto. Soy miembro de la Junta Directiva de Cenit, pero todas las decisiones relacionadas con talento laboral las hacen desde las filiales.

“En Ecopetrol mandan las normas”

SEMANA: ¿Cenit (filial de Ecopetrol) se convirtió en la empresa a través de la cual usted paga favores de la campaña de Petro?

R.R.: Se está refiriendo al señor Danilo Romero; él, lógicamente, es una persona cercana a la familia Petro, también soy cercano al presidente, a Verónica Alcocer, ahí hemos confluido en muchos eventos sociales. En Ecopetrol hemos venido aplicando con rigor la política de sucesión: cuando se han ido los presidentes, vicepresidentes, gerentes de las filiales, hemos permitido que las personas que vienen de otras organizaciones asciendan. En este caso, se fue el presidente de Cenit, sube el presidente de Ocensa, y en ese cargo subió el presidente de ODL. No hay nada de cierto que en las filiales de Ecopetrol estemos moviendo antojadizamente a personas sin perfil, sin habilidades, sin la competencia y sin la experiencia y capacidad para ejercer los cargos.

SEMANA: Usted se refiere a la polémica llegada de Alexánder Cadena, cercano a Danilo Romero, a la presidencia de Cenit.

R.R.: Hay una línea de sucesión. Al señor Cadena nunca lo había visto, lo conocí en Ecopetrol, hay un proceso que se acompaña siempre de una firma cazatalentos en la que hemos procurado que participe gente de adentro, de afuera, pero que los de adentro sean estudiados, evaluados y validados en su cumplimiento, en su formalidad, experiencia, transparencia, y sean promovidos y ascendidos, ese es el caso del señor Cadena.

SEMANA: ¿Puede asegurar que Danilo Romero, compadre de Petro, padrino de Antonella Petro y empresario con intereses en el sector de hidrocarburos, no incide en Ecopetrol y en sus filiales?

R.R.: No tiene ninguna injerencia. Durante la campaña, la empresa del señor Romero nos prestó servicio de transportar a las personas en la contienda, ese servicio se registró y se pagó. Eso reposa en las cuentas claras de la campaña.

SEMANA: ¿La primera dama, Verónica Alcocer, manda en Ecopetrol?

R.R.: Yo con la doctora Verónica llevo meses sin verme. En Ecopetrol mandan las normas, los procedimientos, los protocolos.

SEMANA: Julián, la Procuraduría lo investiga porque, siendo asesor de Invías, usted tuvo un contrato.

J.C.: En mis 12 años de trayectoria siempre he estado en el sector privado. Fui a estudiar inglés a Estados Unidos, en el primer semestre de 2022, durante la campaña de Petro. Permanecí en San Francisco y cuando volví no tenía trabajo y repartí hojas de vida. No me salía ninguna oportunidad. En ese proceso, en enero de 2023, me llamaron del Invías y después en Medellín, en una universidad, me dicen que ya había salido mi contrato. Empecé a trabajar en el Invías, duré tres meses. Anteriormente al contrato de Medellín renuncié a mis honorarios.

Julian Caicedo y Ricardo Roa
Julián Caicedo. | Foto: FOTO: JUAN CARLOS SIERRA-REVISTA SEMANA

SEMANA: ¿Obtuvo el contrato al tiempo de trabajar como asesor del Invías?

J.C.: Hubo coincidencia de dos semanas en los tiempos, renuncié a los honorarios de Medellín, no recibí el pago del contrato de obra labor.

R.R.: Él tenía un contrato en una universidad de Medellín que duró dos semanas y coincidieron esas dos semanas con el tiempo en que empezó a trabajar con el Invías.

SEMANA: Pueden suspenderlo, incluso inhabilitarlo para ejercer cargos públicos…

J.C.: Me siento muy tranquilo, tuve la oportunidad de ir a la Procuraduría, expuse el caso, llevé la documentación y demostré que nunca hubo una mala intención y que siempre obré de buena fe. Para mí el sector público es algo nuevo. Aprendí. No me gustaría volver a trabajar en el sector oficial por la metodología laboral.

SEMANA: Julián, ¿usted conformó una empresa en Estados Unidos llamada WindSun Energy, en noviembre de 2023?

J.C.: Sí señor.

SEMANA: ¿Por qué creó esa empresa y para qué?

J.C.: Cuando finalicé mis estudios en Estados Unidos y volví a Colombia, tuve un círculo cercano de amistades de allá. Al volver acá quise tener un emprendimiento y crear una empresa que buscaba conocer y aprender nuevas tecnologías sobre energías renovables.

SEMANA: ¿Hoy esa empresa existe?

J.C.: No. Ni siquiera se constituyó, es una empresa que nunca tuvo una transacción, solo la registraron, nunca fui a Estados Unidos a firmar. Ni siquiera se logró constituir.

Apartamento de Ricardo Roa y su pareja. | Foto: Suministrada a Semana A.P.I.

R.R.: ¿Y por qué no?

J.C.: Porque mis proyectos a mediano y largo plazo los veía más acá en Colombia.

SEMANA: Ricardo Roa, como presidente de Ecopetrol, ¿tuvo algo que ver en esa empresa?

R.R.: Nunca tuve nada que ver con eso. Ni sabía. Sí me incomodé y se lo manifesté a Julián. Le dije: “Mira, en estos momentos no”. A mí me pasó. Cuando salí del Grupo Energía Bogotá, en 2016, creé una empresa porque me quedé sin empleo. Atendí a españoles, chinos, coreanos y japoneses interesados en venir al país a traer proyectos de energías renovables, pero fue igual, fue una empresa que se quedó inscrita, registrada y ni una consultoría, ni asesoría, ni un contrato. Igual como ocurre aquí, no fue activa.

SEMANA: ¿Usted se molestó con su pareja porque creó una empresa de energías renovables, un asunto que maneja Ecopetrol?

R.R.: Recién estaba ingresando a Ecopetrol, a manejar una empresa energética. Ahí tuvimos esa confrontación. Le manifesté mi molestia, no tenía ni idea. Después indagué, crearon una empresa desde Colombia virtualmente con el fin de tener un espacio para un emprendimiento. Yo le dije: “Este no era el momento, no era el espacio y mucho menos tratándose de energía limpia, cuando estoy llamado y quiero ser el líder de la transición energética en el país, que implica migrar de los fósiles para la generación de energías limpias”.

SEMANA: La Silla Vacía reportó que la empresa funcionaba en el sitio de Energy Power LLC, cuyos propietarios son Marisol Segura, amiga suya, y su hijo José Alejandro Jiménez.

R.R.: Marisol es una persona que conozco hace más de 20 años, mi primer contacto con ella fue porque era comercializadora de energía y yo era gerente de comercialización de energía de la Electrificadora de Santander. Cuando me fui al Valle a trabajar casi cuatro años, ella se volvió una persona muy cercana. Algún día nos invitó a una de sus propiedades. Entiendo que a Julián, a raíz de eso, le pidieron una dirección en Estados Unidos y él la diligenció, pero allá no hay ninguna sede de ninguna empresa que yo sepa.

SEMANA: Ella se molestó porque le utilizaron su dirección.

R.R.: Tal cual, fue un incidente que a ninguno dejó tranquilo, nosotros le ofrecimos nuestras disculpas a Marisol y de ahí en adelante nuestra relación trató de ser normal, la que siempre fue.

SEMANA: Aunque quien debió ofrecer disculpas fue Julián.

R.R.: Él lo hizo, pero el amigo de Marisol soy yo.

SEMANA: Se menciona que Julián es millonario.

J.C.: No soy un joven adinerado, vengo de una familia humilde y noble, de valores, esa es la riqueza que puedo llegar a tener.

Julian Caicedo y Ricardo Roa
Julian Caicedo dice que ha declarado a la Dian en los últimos cinco años. | Foto: FOTO: JUAN CARLOS SIERRA-REVISTA SEMANA

SEMANA: ¿Declara a la Dian?

J.C.: He declarado en los últimos cinco años, siempre me sale que debo pagar 100.000 pesos, 200.000 pesos, 350.000 pesos.

SEMANA: ¿A qué se dedica?

J.C.: Trabajo en una veterinaria, estoy encargado de toda la parte de abastecimiento, logística, productos y dotación.

“Nunca he necesitado ser rico”

SEMANA: Un informe de la consultora Control Risks, que contrató la Junta Directiva de Ecopetrol para evaluar los riesgos de la compañía, advirtió que su pareja, Julián Caicedo, es un riesgo para usted y la empresa…

R.R.: Hay una lectura equivocada. En ninguna parte del informe leo que mi pareja, Julián, sea un riesgo para mí. Lo que hay es una simulación de unos escenarios de riesgo con una probabilidad de ocurrencia, pero con fuentes abiertas, la prensa y las redes sociales. Eso para mí es absolutamente desafortunado. A mí y a Julián nos pretenden acusar de cosas, pero no hay absolutamente nada de real ni cierto en esas redes. Yo estoy aquí y le puedo decir que estaré siempre dispuesto a entregar la información, me pueden hacer las auditorías forenses, los exámenes que quieran. Cuando salí del Grupo Energía Bogotá, la persona que me reemplazó nos mandó a realizar a varios ejecutivos una auditoría forense porque, según él, habíamos salido multimillonarios, dijo que 25.000 millones de pesos. Nunca he necesitado ser rico. Si hubiera querido ser rico habría aprovechado los cargos que he tenido, pero no lo soy.

SEMANA: ¿Cómo están sus finanzas?

R.R.: Mi patrimonio está en el orden de los 6.000 millones de pesos, siempre legal, transparente, ahí está toda la trazabilidad y la historia. De los 6.000 millones debo 2.000.

SEMANA: ¿Cuánto pagó en su última declaración de renta a la Dian?

R.R.: Primero me han hecho retenciones como de 500 millones de pesos en todo el año pasado y de impuestos he pagado unos 340 millones de pesos en los últimos dos años. No tengo cuenta en dólares, no tengo una sociedad en ninguna parte del mundo, no tengo yate, apartamento en Cartagena o Miami. Nunca me han interesado la riqueza ni la ostentación.

SEMANA: ¿Su pareja es un riesgo para Ecopetrol?

R.R.: Ni él es un riesgo para Ecopetrol, ni mi relación con él es un riesgo para la empresa, ni mi presencia en Ecopetrol es un riesgo para el país y la compañía. Esto es una estrategia que viene desde adentro, hay un documento de soporte en el que es evidente una intención por generar una mala reputación en torno a mi nombre, mi vida privada y mi familia. Nos han espulgado hasta más no poder. Esa fue la parte más dolorosa de ese estudio. Me enteré en ese informe de cosas que ni sabía; por ejemplo, que uno de mis hermanos había pasado alguna vez como contratista de Ecopetrol. No tenía ni idea. En realidad, no le tengo ningún miedo a ese estudio, pedí que se hiciera una segunda fase con los consultores especializados y se ahondara. Ahí de fondo hay dos cosas.

SEMANA: ¿Cuáles?

R.R.: Uno, el aparente conflicto de interés por la compra de este apartamento. Insisto, no existe ese conflicto porque no he tenido ningún negocio, yo no conocía al dueño de este apartamento cuando lo adquirí, no estaba en Ecopetrol, no sabía que venía a trabajar a esta empresa. Ese señor y ninguna de sus empresas ha tenido y, mientras yo esté, no tendrá ningún contrato o negocio con Ecopetrol. Si hubiera algún negocio en el que existiera alguna importancia para la empresa, me marginaré del mismo, como lo hice con el negocio de TermoMorichal, del empresario William Vélez.

Julian Caicedo y Ricardo Roa
Ricardo Roa dice que Ecopetrol va por el mejor camino. | Foto: FOTO: JUAN CARLOS SIERRA-REVISTA SEMANA

SEMANA: ¿Y cuál es el segundo asunto de fondo?

R.R.: El aparente riesgo reputacional, la pérdida de reputación y valor de la acción de la compañía. Yo tengo con qué demostrarle que ninguno de estos escándalos ha sido relevante para el desempeño de la acción en el mercado bursátil.

SEMANA: ¿Es amigo de los catalanes Manuel Grau y Xavier Vendrell, cuyos nombres están en el ojo del huracán por supuestos intereses en el Gobierno Petro?

R.R.: Los conozco, obviamente, desde hace muchos años. Manuel Grau es cercano a la familia presidencial.

SEMANA: ¿Tienen negocios con Ecopetrol?

R.R.: Absolutamente ninguno, ni conmigo.

“El precio de la acción está subvalorado”

SEMANA: Usted, en calidad de presidente de Ecopetrol, ¿ha pensado en renunciar?

R.R.: No. Sería darles gusto a personas que están queriendo enviar mensajes negativos hacia mí. El día que la Junta Directiva, por unanimidad, decidió que fuera la persona para estar al frente de Ecopetrol, sentí una gran responsabilidad y compromiso. Sé que lo estoy haciendo bien; la empresa, cuestionen y digan lo que digan, va a cerrar su tercer mejor año de toda la historia. Los números están ahí, así lo demuestran. Hemos tenido el mejor de los éxitos en la actividad exploratoria en los dos últimos años. Ahora, el 5 de diciembre, vamos a hacer el anuncio de las verdaderas reservas encontradas en Sirius, antes Uchuva 2. Hemos destinado las inversiones más altas para la exploración y para mejorar la producción. Esos números son los que me hacen sentir tranquilo.

SEMANA: Según usted, Ecopetrol no está tan mal...

R.R.: No está ni tan ni mal, va por el mejor camino.

SEMANA: Pero, perdóneme, en lo que va corrido del año el precio de la acción de Ecopetrol ha caído 25 por ciento. Asimismo, en el mismo periodo, los ingresos se desplomaron 9 por ciento y las utilidades cayeron 25,6 por ciento. Las cifras no lo ayudan. ¿Qué responde?

R.R.: En el reporte al mercado al cierre del tercer trimestre de este año hemos demostrado estar cerca de alcanzar en diciembre de 2024 el mejor tercer año en toda la historia de Ecopetrol. Estamos produciendo más de 750.000 barriles diarios de crudo, la máxima producción en los últimos ocho años, movilizando más de 1.100.000 barriles al día de crudo y de productos por nuestra infraestructura de transporte, la máxima en los últimos cinco años y una carga histórica de 418.000 barriles diarios en nuestras refinerías. Por todo esto, la nación va a recibir cerca de 39 billones de pesos en impuestos, regalías y dividendos. Estos son hechos soportados en cifras, hablan por sí solas.

Ecopetrol es una de las empresas del mundo que más dividendos distribuye y paga a sus accionistas, cerca del 80 por ciento de la utilidad neta, mientras el promedio está en 48 por ciento, este es uno de los dos aspectos sobre los que se mide el retorno total a los inversionistas. El valor de la acción en el mercado bursátil siempre está altamente correlacionado con el precio de referencia del crudo en el mercado internacional, aquí también hay que reconocer la baja reposición de reservas reportadas por Ecopetrol en el año anterior, meta que estaba preestablecida cuando recibí la empresa.

Con estos resultados, estoy convencido de que el precio de la acción en el mercado bursátil está subvaluado.

Apartamento de Ricardo Roa y Julián Caicedo. | Foto: Suministrada a Semana A.P.I.

SEMANA: ¿Usted respeta el gobierno corporativo de Ecopetrol? Dicen que el presidente Petro tiene injerencia en la junta…

R.R.: Con absoluta rigurosidad, es uno de mis mayores compromisos con la compañía y uno de los pilares aplicables a esta clase de grupos empresariales que brindan confianza a los accionistas e inversionistas. Nada de lo que en esta administración se ha decidido o gestionado es al azar, ni ha estado por fuera de su código de gobierno corporativo. Sin embargo, la compañía no puede desconocer la política pública del sector.

SEMANA: En 2025, ¿cómo estará Colombia en materia de gas? Hay alarma por un posible déficit.

R.R.: Tres cosas harán que el año entrante no falte gas y no haya déficit para atender su demanda. Primero, la demanda ha bajado, va a bajar por razones obvias: ya no vamos a tener presencia del fenómeno de El Niño, eso hace que la generación térmica con gas baje y eso hace que la demanda por gas baje y las importaciones bajen. Segundo, hemos hecho unos ejercicios internos. Nosotros consumimos el 25 por ciento del gas natural que se produce en el país. En ese rebalanceo estamos bajando casi 40 millones de pies cúbicos al día, nuestra demanda propia, generando energía más limpia, usando menos gas en nuestras refinerías y optimizando el uso del gas para la explotación y la producción de crudo. En esos frentes estamos ahorrando unos 40 Giga BTU día de gas. Y tercero, aparecieron unos hallazgos nuevos que reflejan una disponibilidad de gas de 20 a 30 Giga BTU día y estamos asegurando una conexión de un gas que tenemos en arrecifes que va a estar entre 20 y 30 millones de pies cúbicos día adicionales. Con esos números estamos seguros de que no va a haber déficit o necesidad de mayores importaciones de gas natural a las que ya se están haciendo en el país.

SEMANA: Juan José Echavarría y Luis Alberto Zuleta, dos integrantes de la Junta Directiva de Ecopetrol, renunciaron. Los accionistas minoritarios, es decir, Asofondos, pidieron que se convoque una asamblea extraordinaria para reemplazar a Echavarría. ¿Será este año?

R.R.: Es una decisión que se puede estar tomando desde el representante del accionista mayoritario, léase MinHacienda. Hoy se cumplen las condiciones mínimas para que pueda seguir sesionando la Junta Directiva en cuanto al número de miembros independientes, en cuanto a la participación de las mujeres, en cuanto a la existencia de personas suficientes para que haya quorum, para deliberar y decidir. Eso hoy sigue estando habilitado. Estamos mirando los cronogramas, son muy apretados. Tratar de hacer una junta y convocar a una asamblea extraordinaria va a requerir mínimo de unos 60 a 70 días, y esto hace casi que coincida con el calendario en marzo de la asamblea general. De modo que son aspectos que estaba evaluando MinHacienda, asistidos también con una consulta que se ha hecho desde allí a la Superintendencia Financiera.

“Amenazas de muerte”

SEMANA: ¿Cómo se conoció con Julián Caicedo?

R.R.: Vi en Julián a una persona muy apuesta, muy organizadita, muy bien parada, me acerqué, conversamos sobre qué hacía el uno y qué hacía el otro. Y como a los dos meses nos pudimos ver en Bogotá. Ahí empezamos a tener una relación de amistad. Él se fue a trabajar a Chile, regresó y empezamos a trabajar juntos en alguna empresa, luego en Honduras. Y, después, empezó una relación en un plano diferente. Llevamos seis años de conocidos y cuatro años como pareja, viviendo.

J.C.: Nos conocimos en un evento empresarial en Cartagena, me fui a acercar a tomar un café y lo vi, empezamos a conversar y poco a poco se fue dando la charla, compartimos números telefónicos y quedamos de vernos en Bogotá.

SEMANA: ¿Están casados?

R.R.: No estamos casados porque no hemos considerado que sea necesario.

SEMANA: ¿Piensan hacerlo?

R.R.: Sí, eso siempre se piensa.

SEMANA: ¿La relación de pareja que ustedes llevan ha resultado golpeada por los ruidos externos y los escándalos?

R.R.: No ha sido fácil. En mi caso, me están cobrando haber sido el gerente de la campaña presidencial de Petro, porque no hay otra explicación. Durante 30 años trabajé en distintas empresas, con distintos Gobiernos. Mi primer cargo público fue en el Gobierno de Samper, luego fui el secretario sectorial de energía y gas en el Gobierno de Pastrana. Ahí estaban los Valencia Cossio con mucho poder en el país. Con el Gobierno del expresidente Uribe trabajé seis años, fui gerente general de la Electrificadora de Santander en los dos periodos de mandato del presidente Uribe. Trabajé con organizaciones importantes, entre ellas la de Ardila Lülle, William Vélez, entre otros. Una persona es o no es. Y no pude haber pasado 30 años de mi vida profesional y laboral, una trayectoria pulcra e impecable, y ahora, por ser miembro importante de este proyecto político, entonces me volví delincuente, una persona desleal y deshonesta. Eso ha sido muy complicado. Lógicamente esto nos golpea mucho, esa infiltración con las personas, esos ataques reiterados a nuestra relación, a la vida privada, a nuestra vida íntima. Eso desborda ya lo normal. Creo que en este país no hay una sola persona a la que hayan cuestionado y criticado tanto como a Ricardo Roa y su entorno familiar en tan poco tiempo.

J.C.: Han pasado el límite. En varias oportunidades he conversado del tema con Ricardo. No me imaginaba esta experiencia de esta forma. Desde hace año y medio empezamos a tener una persecución y un acoso, llamadas telefónicas, en mis redes sociales hay muchos comentarios, quizás gente que no me conoce y juzga sin conocer a las personas. Los últimos dos años he trabajado mucho en mi salud mental e inteligencia emocional para no dejarme afectar por lo que leo en las redes sociales. Estar en sitios públicos y que la gente te quiera señalar sin conocer, es difícil. Me gusta mucho entrenar y en el gimnasio, ocasionalmente, veo esa persecución.

Julián y Ricardo junto a su mascota. | Foto: juan carlos sierra-semana

SEMANA: ¿Qué le dicen?

J.C.: Hacen comentarios, me enfoco en mi música y mi entrenamiento, pero vos sentís cómo te señalan, cómo te miran. Hay gente muy homofóbica. El lunes pasado tuve una cita con la psicóloga y hablamos de este proceso. Y es que la semana pasada fue el detonante, dije no más, no aguanto más. Incluso se lo comenté a Ricardo, le dije que necesitaba buscar ayuda profesional porque sentía que solo no podía ser capaz.

SEMANA: Julián, ¿usted de dónde viene?

J.C.: Soy un chico que nació en el Valle del Cauca, tengo 33 años, soy el mayor de tres hijos, vengo de una familia de muy bonitos valores, una combinación de paisas y vallecaucanos. Me encanta mucho estudiar, viajar, mi primer viaje fuera del país fue a los 21 años. Salir de Colombia y ver nuevas culturas despertó en mí las ansias de seguir conociendo y explorando. Estudié Negocios Internacionales en Konrad Lorenz, viví en Chile, Perú, México y Honduras, he tenido una trayectoria profesional en el sector privado.

SEMANA: ¿Cómo afrontan las tormentas?

R.R.: El amor y la empatía que tenemos en muchas cosas. Nos encantan los animales, la naturaleza. A mí lo que más me gusta de Julián es que le gusta pasear, me saca de tanta cosa, él me aísla y me desconecta de tanto problema.

SEMANA: ¿Le cambió la vida tras la presidencia de Ecopetrol?

J.C.: Me cambió 180 grados. Mi vida privada siempre ha sido así, privada. Nunca digo: “Mucho gusto, soy Julián Caicedo, soy gay”, pero ahora se volvió común. Y está bien. Me siento muy orgulloso de quien soy.

SEMANA: ¿Es decir, que la presidencia de Ecopetrol los llevó a salir del clóset?

R.R.: Yo pasé 62 años de mi vida sin que nadie supiera cuál era mi orientación sexual ni con quién vivía o no. Ahora hasta me toman fotos si voy al baño en un restaurante. Soy una persona que no me gusta la figuración, pero creo que estos odios y tantos cuestionamientos son injustos. Estoy muy tranquilo y lo seguiré estando porque en mis actuaciones siempre he sido moral, absolutamente legal y ético. J.C.: En mi casa ya sabían, ya conocían a Ricardo. Era un tema de los amigos y la familia. Ellos están muy tranquilos, admiran mucho a Ricardo por su fortaleza porque, realmente, el nivel de persecución ha sido muy fuerte.

SEMANA: ¿Cuál ha sido ese momento más difícil?

R.R.: El día en que sacaron mi relación con Julián en medios, prácticamente volvieron un calendario con fotos de él, imágenes muy privadas. Al día siguiente tenía un evento. Era la primera vez que iba a enfrentar a un público del sector, todos conocidos, pero el día anterior se había revelado mi orientación sexual. Fue muy duro. Antes, nadie sabía de mi vida íntima o privada, ni en el escenario académico, laboral o profesional. He dictado clases en las universidades Externado, Nacional y Antonio Nariño y nunca tuve ni un solo lío o necesidad de que un ser humano alguno supiera sobre mi orientación o condición sexual. Eso nunca fue necesario. Obviamente que a estas alturas de la vida, ya no estando vivos mis padres, el único temor que tenía era que supieran mi condición. Mi madre, por ejemplo, cuando se enteró me dijo: “Hijo, yo no entiendo el mundo moderno, no sé nada, lo único que sé es que lo amo y lo voy a seguir amando por toda la vida. Sea lo que usted quiera hacer, a mí me va a hacer feliz”. Eso me lo dijo hace 40 años, cuando se enteró de mi orientación sexual. En adelante, nunca fue un tema relevante ni un tema sobre el cual alguien pusiera una sombra de duda.

SEMANA: ¿Le ha pedido a Julián que elimine las fotos de sus redes?

R.R.: Sí, se lo he dicho, aunque le respeto su estilo de vida. Soy todo lo contrario, no tengo redes, no hablo por allí, no existo en las redes porque soy más de las personas de carne y hueso. Amo más la realidad que la virtualidad, pero Julián se mueve mucho en las redes, le encanta, pero siempre con su tema bonito: los viajes, la cultura, la gastronomía, la historia. En eso somos complemento. Yo poco de historia, de ciencias sociales, soy negado. Soy más de la otra parte, de las ciencias exactas, la física, lo que es mi carrera en profundidad.

SEMANA: ¿Le duele que se metan con su vida privada para atacarlo?

R.R.: Es doloroso que lo hagan de esa manera morbosa, despiadada, mezquina, es duro, pero ya tenemos piel para soportar lo que sea. Sé que mis actos son pulcros, limpios, transparentes, honestos, justos, y esa convicción me permite seguir trabajando. Yo ya estoy por encima del bien y del mal, ya cumplí mi edad de pensión, he aportado toda mi vida, mañana podría pensionarme, pero creo que aún me queda mucho por hacer.

SEMANA: ¿Han intentado agredirlos físicamente?

R.R.: Mucho. En un partido de fútbol en el que jugó la selección Colombia, e hicieron salir del estadio a Verónica (Alcocer) y Antonella (Petro), nosotros estábamos allí. Nos gritaban, nos insultaban, tuvimos que salir antes. Cuando voy a un evento la gente empieza a gritar “fuera Petro”; hace poco me subí en un avión rumbo a Medellín y un empresario dijo: “Por aquí huele a feo”. Hemos sido víctimas de amenazas de muerte, cuando entramos a un sitio las personas empiezan a hablar. Es feo. Nunca uno se prepara para eso. Somos personas que no le estamos haciendo daño a nadie.

Julian Caicedo y Ricardo Roa
Julián Caicedo asegura que una vez recibieron una amenaza de muerte. | Foto: FOTO: JUAN CARLOS SIERRA-REVISTA SEMANA

J.C.: El momento más fuerte fue cuando recibimos una amenaza de muerte en el apartamento. Fue el día del cumpleaños de Ricardo. Nos despertamos con los cantares, con Las mañanitas, en ese momento se habían recibido algunos de los obsequios y le propuse que empezáramos a abrirlos. ¡Oh, sorpresa! El primero era una amenaza. Automáticamente, nuestro día se arruinó. Teníamos un almuerzo con la familia y no podíamos contarles para no transmitirles la angustia. Estábamos destruidos, pero sonreímos. Eran dos balas, tierra de cementerio y un sufragio. A raíz de eso tengo escoltas. Es algo nuevo. No estoy acostumbrado. En algunas oportunidades les pido un espacio porque no me gusta sentirme rodeado de muchas personas.

SEMANA: En su relación de pareja, ¿cómo se llaman?

R.R.: Yo le digo ‘tesoro’ a Julián.

J.C.: Y yo le digo ‘tesoro’ o ‘corazón’ a Ricardo.

SEMANA: ¿Han pensado en adoptar un hijo?

R.R.: (Risas) No, ya tenemos dos niños: Oslo y Gales, dos gatos. Hay otro que se llama Santorini, pero está en Cali. Con los niños que tenemos es suficiente, tenemos muchos sobrinos que nos quieren, nos buscan y hacen de hijos a veces.

SEMANA: Julián, ¿cómo logra viajar tanto? Sus redes lo muestran en varios países...

J.C.: Llevo viajando desde los 21 años, mucho antes de conocer a Ricardo. He tenido la oportunidad de trabajar en sitios que me han permitido conocer, por ejemplo, Perú, Chile, conocí la Patagonia. La esencia de la vida es trabajar para vivir, no vivir para trabajar. Soy supermochilero, no me gusta el plan de viaje luxury, quedarme en el hotel cinco estrellas, sino compartir con más seres humanos, intercambiar esos conocimientos y experiencias, no tengo problema en recorrer ocho horas en un bus. Eso reduce muchos los costos y permite conocer muchos destinos.

R.R.: Ahí peleamos mucho. Yo soy todo lo contrario, trato de estar en un hotel limpio, grande, pulcro, donde pueda escoger la comida, entrar y salir a una piscina. A él le encanta la gente, el contacto con las personas, a mí no, por eso nunca aparezco en sus fotos porque soy el que las tomo. La gente me pregunta: “¿Usted por qué no sale?”. Y yo les digo que si lo hago, ¿quién toma las fotos?

SEMANA: Para finalizar, ¿usted cómo conoció a Gustavo Petro?

R.R.: Es una historia bonita. No tenía cercanía, fue un 19 de diciembre cuando me invitaron a un paseo familiar en Cartagena, allá lo conocí, luego en diciembre de 2011, cuando trabajaba en la Organización Ardila Lülle, me hicieron una invitación a formar parte de la administración. Desde ahí, el entonces alcalde me dijo: “Yo lo espero en TGI para que sea el presidente”. Y efectivamente llegué a la presidencia de TGI. Hay una empatía muy grande con el presidente, nos llevamos dos meses de edad. Coincidimos mucho con el desapego a lo material y en la rigurosidad con lo que es legal. Siempre las recomendaciones del presidente han sido: “Hermano, siempre lo que sea justo y en derecho”. Yo valoro mucho su desprendimiento. Hablamos bastante. Cada que yo lo necesito, le escribo y él me atiende.