Política
SEMANA revela cómo se cocinó el golpe mortal a la reforma laboral de Gustavo Petro; horas antes de radicada la ponencia negativa, se cristalizó la decisión
Las movidas fueron sigilosas y no despertaron sospecha del Gobierno Petro, tal como ocurrió con la reforma a la salud en el segundo semestre de 2024.

La decisión contra la reforma laboral de Gustavo Petro estaba tomada desde las primeras horas de la mañana del martes 11 de marzo de 2025 por nueve senadores —incluida Norma Hurtado, del Partido de la U—, pero necesitaban dejarlo por escrito. Al menos, unificar las ponencias y radicar una negativa porque ese día vencía el término para presentarla.
Los nueve senadores —quienes habían realizado hasta encuestas de percepción en las regiones—, de los 14 que integran la Comisión Séptima del Senado, empezaron a llamarse y a citarse con urgencia en el Congreso antes de iniciada la sesión de la Comisión. Y lo consiguieron.
Honorio Henríquez y Alirio Barrera, del Centro Democrático; Esperanza Andrade y Nadia Blel, del Conservador; Berenice Bedoya, de la Alianza Social Independiente (ASI); Miguel Ángel Pinto, del Partido Liberal; Ana Paola Agudelo, del Mira, y Lorena Ríos, de Colombia Justa Libres, se reunieron a puerta cerrada en la oficina de la senadora Lorena Ríos, del Partido Colombia Justas Libres, porque querían evitar la intromisión del Gobierno Petro. También de algunos estudiantes del Sena que se tomaron los pasillos del Congreso, con el auspicio del senador del Pacto Histórico, Wilson Arias, exigiendo la aprobación de la iniciativa.

Los senadores entraron a la oficina de Ríos por una puerta alterna para evitar presiones.
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A ese encuentro, asistió Norma Hurtado, del Partido de la U, quien pidió que la entendieran, pero debía radicar una ponencia alternativa porque, según ella, tiene una gran presión del Pacto Histórico en el Valle del Cauca, su tierra, y quería dejar un salvamento en la reforma por un tema que beneficia a los estudiantes del Sena. Además, entregó otros argumentos.
Tras más de media hora de encuentro, de la que salió la ponencia negativa contra la reforma laboral, bajo completo sigilo, los ocho senadores la radicaron virtualmente. También lo hicieron de forma presencial para evitar que se cayera por posibles vicios de nulidad.
Los ministros del Trabajo, Antonio Sanguino, y del Interior, Armando Benedetti, recibieron la noticia con sorpresa. Ambos llamaron reiteradamente a ciertos senadores de la Comisión Séptima, pero no tuvieron eco. Algunos ni contestaron, le comentó una fuente a SEMANA.

Tras la radicación de la ponencia negativa contra la reforma laboral, la presidenta de la Comisión Séptima, Nadia Blel, quien además es presidenta del Partido Conservador, canceló la sesión de ese martes para evitar posibles choques.
Este miércoles 12 de marzo, la Comisión volvió a sesionar bajo tranquilidad y se definió que el martes 18 del mismo mes se debatirán y se votarán las ponencias. La alternativa, liderada por la senadora del Partido de la U, Norma Hurtado, se discutirá primero.
Las movidas fueron en silencio y no se filtraron al gobierno, que no tuvo tiempo para maniobrar; una historia similar a la ocurrida en esta Comisión Séptima del Senado cuando hundieron —en el primer semestre de 2024— la reforma a la salud de Petro. En esa oportunidad, el entonces ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, también quedó sorprendido.
SEMANA confirmó que los ocho senadores que firmaron la ponencia están seguros de la decisión que tomaron y es casi imposible que el gobierno logre cambiar su voto. Al fin y al cabo, Petro, en lugar de llamar a consensos y dialogar, les lanzó una bocanada de fuego que tiene a más de uno incómodo, preocupado y analizando llevar las presiones del presidente ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El senador del Partido Liberal, Miguel Ángel Pinto, curtido en el Congreso, ha sido el que más ha recibido los ataques del jefe de Estado. De hecho, le dijo al país que el primer mandatario lo puso en peligro y lo responsabilizó de cualquier hecho que pueda ocurrirle contra su integridad.
Como si fuera poco, el primer mandatario rompió relaciones con estos congresistas y le anunció al país que convocará a una consulta popular para pasar las reformas que el Congreso, según él, le bloqueó.
Además, después de que los senadores le anunciaron al país que radicaron la ponencia negativa contra la reforma laboral, no les quedaba otro remedio que seguir adelante. Cualquier decisión contraria a última hora enviaría un pésimo mensaje a Colombia.