POLÍTICA
“¿Todavía existe el M-19?”: Darío Acevedo criticó las banderas del grupo guerrillero en la posesión de Gustavo Petro
El exdirector del Centro Nacional de Memoria Histórica habló con SEMANA. Dijo que Petro hizo apología con la espada de Simón Bolívar durante su posesión y cuestionó las cartillas de la Comisión de la Verdad que llegarán a los colegios del país.
SEMANA: Usted no ha hablado del tema porque fue director del Centro Nacional de Memoria Histórica hasta el sábado, pero hoy que no está en el cargo, ¿cómo le pareció el informe de la Comisión de la Verdad sobre el conflicto en Colombia?
D.A.: Como director del Centro Nacional de Memoria Histórica no recibí el informe, no entiendo las razones o los motivos por los cuales no allegaron el documento. Yo pienso que el informe no fue presentado el 28 de junio como era el deber, se presentó una declaración política, como lo que hay al final de un texto analítico, pero no conocemos ese texto. Después explicaron que se trataba de nueve tomos y que los iban a presentar uno cada mes, pero el informe total no lo he podido ver. No lo conozco.
SEMANA: ¿Por qué cree que la Comisión de la Verdad no le entregó oficialmente el informe?
D.A.: No sé las razones, se supone que es una obligación de ley. Ellos, en reuniones previas con nosotros, tenían claro que era mandato de ley, que debían estar al margen de las consideraciones personales o de otro tipo. No entiendo por qué no se presentó.
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SEMANA: Usted dice que no le entregaron el informe, pero la Comisión de la Verdad ya elaboró una especie de cartillas que distribuirá en colegios del país contando su verdad sobre el conflicto. ¿Qué opina?
D.A.: Me parece delicado porque no es lo que yo escuché el día del lanzamiento de la Comisión de la Verdad. Yo estuve en el lanzamiento, en el teatro Jorge Eliecer Gaitán, oí al padre Francisco de Roux. En ninguna parte se habló de una metodología o una pedagogía para llevar el informe a los colegios del país. ¿Niños de qué edad estamos hablando? No está definido. Me parece que no existe esa metodología o esas recomendaciones de cómo llegar con un texto de esa naturaleza a los niños y jóvenes. Si ni siquiera los adultos y los académicos nos ponemos de acuerdo sobre este conflicto armado tan complejo, ¿se imagina que es lo que los profesores les dirán a los niños? Hay muchas dudas sobre lo que quieren hacer con ese documento.
SEMANA: Es decir, la idea del informe era obtener una versión sobre la verdad del conflicto armado y no llevarlo a colegios, ¿qué cree que están buscando?
D.A.: Que el Ministerio de Educación lleve el informe a colegios sería parte de una estrategia de establecimiento de una verdad y eso está prohibido por la Ley de Víctimas. Los ejercicios que se realicen en el proceso de reconstrucción de memoria no pueden conducir al establecimiento de verdades oficiales. Entonces, yo no sé si es que el Ministerio de Educación se quiere convertir en el ministerio de la verdad.
SEMANA: Es decir, ¿a través de una tutela u otra vía judicial se podría suspender la entrega de las cartillas?
D.A.: Por supuesto, eso lo pueden hacer las asociaciones de padres de familia (...).
SEMANA: ¿Hay un trasfondo político? ¿Usted cree que se está buscando cambiar la narrativa de lo que pasó en el conflicto?
D.A.: Exactamente. Yo creo que un texto de esa naturaleza no es analítico, es una generalización no demostrada de las cosas, no hay estadísticas, es como si en la guerra todo el mundo hubiera actuado igual. Por ejemplo: igualar las Fuerzas Militares con los grupos irregulares lo cual me parece impropio, indemostrable porque una cosa es la conducta de unos cuantos que no superan ni siquiera el 1% de toda la fuerza que cometieron crímenes desde el uniforme, a pensar de que toda la institución y que todo el Estado dio órdenes de asesinar a gente inocente. Se está tendiendo hacia una narrativa homogénea, única, a una verdad total inexistente porque si en algo coincidimos muchas personas de distintos matices es que este conflicto ha sido muy complejo, muy difícil de explicar porque tiene momentos y etapas muy diferentes, motivaciones cambiantes (...). Ni siquiera hemos podido ponernos de acuerdo cuándo surgió el conflicto.
SEMANA: Usted conoce de historia, ¿cómo le pareció el novelón con la espada de Simón Bolívar en la posesión de Gustavo Petro?
D.A.: Me parece que fue inapropiado, ofensivo para la sociedad en general, una demostración inutil de rememorar el robo de la espada de Bolívar cuando surgió el M-19. Eso es volver la película hacia atrás cuando se suponía que el M-19 se había desmovilizado y había pedido perdón por todos los hechos cometidos. No se está hablando claro. ¿Todavía siguen siendo del M-19? ¿Todavía existe el M-19?
Sería bueno que quienes tuvieron algún lazo sentimental con lo que hicieron que lo mantengan en su interioridad, pero no tenían por qué usar una ceremonia tan importante para el país y la democracia. No sé por qué interrumpieron y ordenaron la presencia de la espada de Bolívar, espada que no fue reivindicada en todo su rigor histórico.
SEMANA: Es decir, ¿usted se pregunta si todavía existe el M-19?
D.A.: Hubo banderas del M-19 en los desfiles, en la Plaza de Bolívar, yo sí me hago la pregunta. Hasta las Farc reconocieron el error de seguirse llamando Farc después de la firma de los acuerdos de La Habana y el partido político se llama Comunes. Eso es distinto, pero si le vamos a seguir rindiendo tributo a esas cosas del pasado no se van a cicatrizar las heridas. Uno podría preguntarse si todavía existe el M-19.
El año pasado, en las grandes marchas que hicieron contra la reforma tributaria- que hoy la presentaron más dura al Congreso-, también exponían esas banderas del M-19. Entonces, uno se pregunta: ¿a qué renunciaron en el proceso de paz con Virgilio Barco?
SEMANA: Pero Petro no se opuso ni se pronunció frente a las banderas del grupo guerrillero que entregó las armas.
D.A.: Eso habría que preguntárselo a él, a mí me pareció que él hizo una apología del robo de la espada de Simón Bolívar algo que, en su momento, fue rechazado por la sociedad colombiana.