Candidatos
Un ruso ganador en Tunja, un descamisado quemado en Medellín y un polémico concejal en Cali: las sorpresas de la jornada de este domingo
Algunos se quemaron y otros terminaron siendo elegidos. Hay hasta un alcalde electo ruso en Tunja y un descamisado que terminó descabezado en las elecciones por el Concejo de Medellín.
El alcalde electo de Tunja, Mikhail Krasnov, habla español fluido, pero su acento deja claro que no es de Boyacá ni de alguno de los rincones de Colombia. Krasnov nació en la ciudad de Sarátov en plena Unión Soviética, pero es nacionalizado colombiano y arrasó en las elecciones de este 2023 por la capital del departamento de Boyacá.
Krasnov es un profesor extranjero que asegura que es más colombiano que ruso, pese a que conserva su nacionalidad de nacimiento, y acaba de ser elegido como alcalde de Tunja por una contundente votación: obtuvo 31.535 votos y le sacó poco más de 10 puntos de diferencia al segundo de la contienda, el político de la Alianza Verde John Ernesto Carrero Villamil.
El alcalde electo de Tunja es del partido de Roy Barreras, la Fuerza de la Paz, y logró imponerse en la contienda pese a que en ese departamento las bases verdes de Carlos Amaya prometían ser determinantes para inclinar la balanza del poder. Él es uno de los rostros desconocidos que administrarán las ciudades del país a partir del próximo primero de enero.
Otro que no era muy nombrado en los pasillos políticos, al menos no en los del centro del país sino en los de la Costa, es Jorge Luis Agudelo, el alcalde electo por Fuerza Ciudadana en Santa Marta. Hasta cuando faltaban dos semanas para la contienda, todas las maquinarias del partido naranja se habían enfocado en la excandidata Patricia Caicedo.
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Sin embargo, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) le revocó la candidatura por ser hermana del exgobernador Carlos Caicedo (quien renunció a la Gobernación en plena campaña) esa colectividad echó mano de un político sin el apellido Caicedo en el que pudieran focalizar todas sus maquinarias. Lo consiguieron y los Caicedo seguirán gobernando, pero en cuerpo ajeno, en la capital del Magdalena, y también en la administración departamental con Rafael Alejandro Martínez.
Desconocidos y quemados
En las cuentas de los desconocidos, el candidato de la máscara que estaba buscando la Alcaldía de Bogotá, Nicolás Ramos, se quedó con menos de lo que le daban las encuestas y resultó protagonizando una quemada rotunda: solo 15.821 personas votaron por él, apenas el 0,51 % de los votos. Cuando se quitaba la máscara fucsia con gris que portó durante semanas, terminaba siendo doblemente desconocido.
Detrás suyo solo quedó el más anónimo de todos los aspirantes a la administración distrital, Rafael Alfonso Quintero Mora, a quien apenas respaldaron 4.971 personas (el 0,16 % de quienes salieron a ejercer su derecho al voto en Bogotá).
No se puede hablar de los quemados bogotanos sin mencionar a Nicolás de Francisco, el número 45 de la lista de Cambio Radical al Concejo, que no logró escaño en el hemiciclo distrital pese a que pasó sus días bajo el sol y la lluvia capitalina sosteniendo un cartel en los semáforos en el que pedía ser concejal.
¿Alguna vez lo vio mientras transitaba por la carrera séptima? Pues las decenas de horas que usó esa estrategia tal vez permitan que los bogotanos lo recuerden, pero lo dejaron por fuera del recinto en el que se tomarán las decisiones clave para la capital.
Y si de concejos se trata, en el de Medellín sí que hubo derrotados, entre ellos un descamisado que quedó quemado: Daniel Muñoz, del movimiento Independientes de Daniel Quintero, se quitó la camiseta para mostrar sus músculos en redes sociales buscando un asiento en el Concejo de Medellín, pero no le funcionó la quitada de ropa y se quedó sin camisa y sin escaño.
El quinterismo tampoco pudo poner a Juan Carlos Upegui como alcalde de Medellín y lo único que consiguió fue darle un asiento en el Concejo a quien fue un secretario clave de su administración. Upegui se hizo conocer como el ‘cuñado’ de Quintero (en realidad es primo de su esposa), al que le dieron la Secretaría de la No Violencia de La Alpujarra y ahora quedó con menos poder como concejal electo.
Lo que sí logró Quintero fue sentar a su prima Liliana Ramírez en la Alcaldía de La Estrella, uno de los municipios del Área Metropolitana del Valle de Aburrá y de los pocos que votó por el Movimiento Independientes en Antioquia. Sin embargo, le fue imposible darle un pincelazo de poder a su candidato a la Alcaldía de Cali, Deninson Mendoza.
Polémicos y ganadores
Y si de la capital del Valle del Cauca se trata, no se puede pasar de largo el triunfo de Andrés Escobar en el Concejo de Cali. El mismo que fue recordado por aparecer disparando contra los manifestantes en el Paro Nacional de 2021, presunto delito por el que ya fue oficialmente acusado por la Fiscalía, ahora es concejal electo de Cali.
Tan polémica era su aspiración que cuando salió a respaldar al alcalde electo de esa ciudad, Alejandro Éder, el empresario del ingenio azucarero prefirió prescindir de su apoyo antes de que los votantes lo relacionaran con Escobar.
Pues bien, el tiempo definirá si Andrés Escobar termina siendo, o no, de su bancada en la administración del Valle.
Otro outsider de la clase política tradicional, pero ferviente seguidor de Gustavo Petro, consiguió pasar del activismo de las redes sociales a un cargo público. Se trata de Juan Luis Marín Mora (más conocido como AquinoTicias en Antioquia), quien se coronó como concejal de Medellín después de que su activismo por el Pacto Histórico en redes le asegurara uno de los primeros renglones de las listas al Concejo de esa coalición en la capital antioqueña.
Pero el activismo no siempre funciona, y Daniel Mendoza, conocido como Matarife, tuvo una quemada contundente en su intento por llegar al Concejo de Bogotá. Un antecedente que muestra que no a todos los outsiders les funciona la fórmula de meterse en política.