Política
“Veo a Iván Mordisco firmando el acuerdo de paz”: el jefe negociador del Gobierno Petro con las Farc habla de los diálogos con esa organización criminal
Camilo González Posso, jefe negociador del Gobierno con las Farc de Iván Mordisco, habló de esas conversaciones. Además, se refirió por primera vez al comunicado que anunció la presencia de los criminales en la apertura de las elecciones regionales.
SEMANA: ¿Qué es lo más difícil de negociar con las Farc de Mordisco?
CAMILO GONZÁLEZ: Encontrar mecanismos de confianza porque en estas conversaciones se parte de incógnitas de cada contraparte. Hay que ir abriendo caminos para entender las características del otro, es un componente especial y supremamente complejo. Entender al otro y generar confianza.
SEMANA: El arranque ha tenido tropiezos. Por ejemplo, Mordisco se levantó de la mesa de negociación molesto con el presidente y le dijo que no le ve voluntad de paz.
C.G.: Publicaron un mensaje en el que hablan de una suspensión, protestan por una serie de puntos y hablan de consultas para replantearlos en la mesa. Que hagan consultas y recesos está bien, pero me parece un poco precipitado que a pocos días de instalarse la mesa envíen un mensaje con incertidumbres. Espero que se aproveche para ajustar las cargas y ponerles orden a muchos temas en la agenda. Faltan temas muy críticos por tratar en las próximas rondas.
Tendencias
SEMANA: ¿Cómo logran reanudar nuevamente la mesa? ¿Mordisco aceptó sentarse nuevamente?
C.G.: No se ha dejado de tener comunicación. Durante este periodo ha funcionado un mecanismo de contingencias integrado por delegados de ellos, de Naciones Unidas, la OEA, la Iglesia católica, entre otros, que han estado muy pendientes de cada uno de los incidentes, protestas, denuncias de comunidades. Ellos han manifestado que no es un retiro de la mesa, sino un periodo de consultas que ya está culminando. Terminadas, podremos retomar las agendas y los nuevos puntos.
SEMANA: ¿Cuándo finalizarán las consultas de las disidencias?
C.G.: Ellos hablaron de diez días, no sabemos a partir de qué fecha, pero significa que a partir de esta semana tenemos que estar en la normalización de las rondas previstas. Habrá que precisar la agenda de los próximos días. Lo primero es ponerles aplicación inmediata a los acuerdos sobre respeto a la población civil y el derecho humanitario. Lo segundo, que funcionen los procedimientos para el cese al fuego, entre ellos, las áreas de presencia, los mecanismos de distanciamiento y comunicación para prevenir fricciones, choques y alteraciones al cese, entre otros.
SEMANA: ¿Dónde serán las conversaciones?
C.G.: En Colombia, de manera itinerante, en diferentes regiones porque hay reuniones plenarias de la mesa, pero también comisiones mixtas para visitas regionales. Eso ya está definido en el suroccidente, oriente, el Catatumbo, Arauca. Tenemos que precisar fechas.
SEMANA: Andrei, comandante de las disidencias, insiste en sacar las negociaciones del país y que sean en Noruega.
C.G.: No está descartado más adelante, pero el esquema definido inicialmente habla de conversaciones en el país. Por lo menos, en este periodo de cese al fuego inicial de tres meses, que es como un periodo de prueba, no está previsto nada en el extranjero.
SEMANA: ¿Usted conoce a Mordisco?
C.G.: No. Hemos hablado a través de sus delegados, pero sí es muy importante la presencia no solo de Mordisco, sino de otros integrantes de la dirección para que estén en sintonía. En algún momento, en este proceso, seguramente nos encontraremos en los escenarios de conversación directa. Por lo pronto, no está previsto en estas rondas iniciales, pero no está mal que en uno de estos eventos se contara con su presencia.
SEMANA: ¿Le preocupan los tiempos de la negociación? Quedan menos de tres años de Gobierno.
C.G.: Sí, pero tenemos experiencias en Colombia. Con el M-19, por ejemplo, las conversaciones duraron un año; con el Quintín Lame, menos. Tenemos experiencias pequeñas y largas. Hay un momento histórico en Colombia muy propicio para alcanzar la paz.
SEMANA: ¿Qué pasó con el comunicado en el que se anunciaba que las Farc de Mordisco acompañarían la apertura de elecciones en Cauca? ¿Quién lo redactó?
C.G.: Es un comunicado que redactamos en la mesa con la participación de muchos. Hubo una invitación inicial para participar en esa apertura del día electoral que finalmente no se concretó. Inicialmente, fue una manifestación de intención del propio registrador en reunión con la delegación del Gobierno, pero posteriormente conocimos que el CNE no lo veía viable. El propio Gobierno, el presidente, desautorizó cualquier iniciativa en ese sentido. Eso llevó a que rectificáramos el camino y derogáramos el comunicado. No era una buena idea. Prematura, improcedente, así fue calificada por muchos. Yo estoy de acuerdo, estuvo bien que se hubiera echado para atrás esa intención de acompañar al registrador.
SEMANA: Usted dice que hubo una invitación. ¿Quién lo invitó?
C.G.: El registrador estuvo en la mesa de delegación del Gobierno y nos invitó a participar de esa jornada en Popayán, se consideró factible por parte de las dos delegaciones, pero finalmente se vio que era improcedente. El propio registrador se dio cuenta de que no era buena idea.
SEMANA: ¿El registrador Alexánder Vega también invitó a las disidencias de las Farc?
C.G.: Pues él invitó a la mesa del Gobierno y asumimos que la invitación era conjunta, pero finalmente eso no se concretó. Afortunadamente salimos bien de una ruta equivocada.
SEMANA: La versión que hay es que el registrador los invitó a usted y a los negociadores del Gobierno, pero usted invitó a las disidencias de las Farc. ¿Es real?
C.G.: Habría que cotejar versiones, pero no me parece procedente a estas alturas. Lo importante es que si entendimos mal al registrador de todas maneras rectificamos ese camino. Fue precipitado haber asumido eso como una invitación.
SEMANA: ¿Es cierto que hay un documento secreto en el que se pactó un compromiso entre las disidencias y los delegados del Gobierno para retirar al Ejército de El Plateado (Cauca) después de las elecciones?
C.G.: No. Lo que se definió es que desde la mesa, en condiciones del cese al fuego, se apoyaría cualquier acción de la Registraduría o la fuerza pública para el desarrollo normal de las elecciones, incluyendo a El Plateado y otros sectores. Ya tenía establecido un cronograma, el registrador nos informó, en todas partes llegaban de la Registraduría con la papelería acompañados de la fuerza pública y luego la custodia, una vez terminada la jornada electoral. Eso fue algo establecido para todo el país. De ninguna manera tenemos ni jurisdicción ni capacidad para prohibir o establecer prohibiciones a la fuerza pública.
SEMANA: ¿Este proceso incluye a las disidencias de Iván Márquez?
C.G.: Será aparte. Son conversaciones que vienen desarrollándose de tiempo atrás, exploraciones, pero serán el presidente y el alto comisionado quienes designen.
SEMANA: ¿Hay líneas rojas con las disidencias de las Farc?
C.G.: Hemos firmado unos acuerdos: respeto a la población civil, derecho humanitario, derechos humanos, acatamiento de normas internacionales y nacionales. Un proceso de diálogo sin respeto a la población civil no tiene sentido. Es fundamental una línea roja.
SEMANA: ¿Cuántos hombres armados tienen las Farc de Mordisco?
C.G.: Nos movemos con las cifras del Gobierno mediante el Ministerio de Defensa: 2.500 efectivos armados y un apoyo logístico que les permite subir a 3.500 personas.
SEMANA: ¿Cree que se les debe dar el mismo trato que a las Farc con las que se negoció en La Habana?
C.G.: Lo que pasa es que ellos no quieren lo mismo. Lo primero que tenemos que establecer es exactamente cuáles son las pretensiones, las posibilidades y que sean coherentes frente a las necesidades del país.
SEMANA: ¿Qué quieren?
C.G.: Hicieron una presentación general durante la instalación de la mesa, insistieron en los planteamientos del programa agrario de las Farc, de la plataforma bolivariana. Por fuera de la mesa hemos tenido comunicaciones de algunos de sus líderes que apuntan a que su foco de mira no está en el Congreso, que tienen otra mirada de lo que son las opciones a la incorporación a una vida política de poder. No quiero anticiparme a interpretarlos.
SEMANA: ¿Cómo ve a Mordisco en unos años?
C.G.: Veo a Mordisco y a los integrantes de la organización firmando un acuerdo de paz, lo que no sé es cuándo y en dónde, pero sí son sujetos de diálogo político con los cuales hay que trabajar para firmar un acuerdo definitivo de paz.
SEMANA: Las disidencias se fueron del proceso de paz con Santos porque no encontraron garantías en la JEP. ¿Habría otro tribunal de juzgamiento?
C.G.: Tenemos que llegar en algún momento al punto de justicia, la JEP correspondió a un proceso particular y hay que imaginar otros procedimientos de justicia transicional, otros mecanismos, otras instancias. Eso está por construirse, todavía no está en la agenda. Hay que permitir que este proceso madure.
SEMANA: ¿Qué lo lleva a pensar que estas disidencias no le fallarán al Gobierno como ya lo hicieron con Santos?
C.G.: El momento político. Esto tiene sus riesgos, hay mucha incertidumbre, lo que hay son circunstancias, motivaciones, intereses que hay que descifrar y poner en función del interés fundamental de la paz y la vida sin violencia.