ENTREVISTA

Virginia Vallejo, la expareja de Pablo Escobar, habló con SEMANA. Reveló detalles de la toma del Palacio de Justicia y de los crímenes de Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara Bonilla

Virginia Vallejo, examante de Pablo Escobar, tiene 75 años, vive en Miami y habló en exclusiva con SEMANA. Está lanzando un nuevo libro y reveló detalles inéditos de la muerte de Luis Carlos Galán, Rodrigo Lara Bonilla y el holocausto del Palacio de Justicia.

 Francisco  Argüello

Francisco Argüello

Periodista Semana

7 de junio de 2025, 6:32 a. m.
NAC-ENTRV VALLEJO
Virginia Vallejo. | Foto: SEMANA

SEMANA: ¿Qué pasó con Virginia Vallejo?

V. V.: Han pasado muchas cosas. En 2006, el Gobierno de Estados Unidos me sacó en un avión especial de la DEA para salvar mi vida y para que testificara en casos de alto perfil. Publiqué mi primer libro, Amando a Pablo, odiando a Escobar, y sufrí una persecución impresionante por parte de los narcopresidentes que había señalado como beneficiarios de los carteles de Medellín y Cali. La Fiscalía colombiana reabrió los procesos del siglo, la toma del Palacio de Justicia y el asesinato de Luis Carlos Galán. Me dijeron que debía testificar. Obviamente acepté ir al consulado colombiano y di mi testimonio bajo juramento. En el primer caso, todo fue muy tranquilo. En el segundo, sufrí un atentado contra mi vida. Cuando iba al consulado, me empezaron a llamar desde la Fiscalía y la Procuraduría y me preguntaban dónde estaba, por qué calle iba y yo les iba contando desde Miami. De pronto, me echaron un carro para matarme. Qué horror. Estuve a punto de morir por el choque tan brutal que le hicieron al vehículo. Pensé que iba a atravesar el vidrio, me salvó mi cinturón de seguridad. Me dañaron la espalda con el golpe, estuve en el hospital varios días, y semanas después pude volver a testificar contra Alberto Santofimio sobre el asesinato de Luis Carlos Galán, que el exsenador había instigado.

Virginia Vallejo, la expareja de Pablo Escobar, habla con SEMANA | Semana noticias

SEMANA: ¿Es cierto que no le gusta que la relacionen con Pablo Escobar, su expareja sentimental?

V.V.: Eso ocurrió hace 40 años. Se terminó en 1987, pero en Colombia siguen obsesionados con ese tema. No sé las nuevas generaciones, cada vez que alguien de esa familia (Escobar), con almas ruines y ese aspecto espantoso, quiere ensuciar la imagen bella de Virginia Vallejo, llaman a un periodista para decir cualquier cantidad de mentiras, como el hijo de Pablo, la hermana, esa familia horrible del bajo mundo de Envigado. Amé mucho a Pablo, pero también lo dejé definitivamente. Lo dejé muchas veces, en 1984, tras el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla. Él, sin embargo, me hizo regresar porque estaba obsesionado con que yo escribiera su biografía. Se dio cuenta de que yo escribía muy bien y me escogió como su biógrafa. Me hizo volver en 1985 porque me dijo que me presentaría a una persona muy importante. Y que si echaban para atrás el tratado de extradición, la paz regresaría a Colombia. Acepté la invitación. Fue en julio de 1985.

SEMANA: ¿A quién le quería presentar Escobar?

V.V.: Me quería presentar a Iván Marino Ospina, del M-19. Quedé muy sorprendida. Pensaba que Pablo y el cartel de Medellín odiaban al M-19 porque habían secuestrado a la hermana de Jorge Ochoa y a otras personas de su entorno. Estaba convencida de que se odiaban. Ahí descubrí que Pablo iba a contratar a Iván Marino Ospina y al M-19 para que le hicieran una vuelta. El encuentro fue en la Hacienda Nápoles.

El periodista Francisco Argüello entrevista a Virginia Vallejo. | Foto: SEMANA

SEMANA: ¿Y cuál fue la “vuelta”?

V.V.: Entrar al Palacio de Justicia y quemar todas las investigaciones, echarles candela a todos sus expedientes que estaban en el Palacio de Justicia. Los procesos –recordemos– no estaban sistematizados, eran papeles, cajas y cajas con los expedientes y sus crímenes.

SEMANA: ¿Qué escuchó en ese encuentro?

V.V.: Fui al baño y cuando regresé encontré que Pablo e Iván hablaban sobre dos millones de dólares, paré y escuché. Cuando Iván Marino Ospina se fue, le pregunté a Pablo qué eran esos dos millones: “¿Le vas a dar dos millones de dólares al M-19?”, y me dijo: “Voy a darles un millón por adelantado para que vayan al Palacio de Justicia y lo quemen”. Pablo me recordó que el M-19 fue muy exitoso en la toma a la Embajada de la República Dominicana y con la operación donde se quedaron con la espada de Simón Bolívar. Quedé muy angustiada, yo le había explicado a Pablo que entrar al Palacio de Justicia, quizás, era fácil, pero salir iba a ser imposible. Y fue lo que pasó, efectivamente. Días después, abrí El Tiempo y leí que habían dado de baja a Iván Marino Ospina. Lo mataron en Cali días después. Pablo me llamó y me contó que se iba a Centroamérica y que la gestión había quedado abortada porque habían matado a Ospina. Me pareció extraño. En esos meses no volví a ver a Pablo. En noviembre vi el horror de lo que fue la toma al Palacio, mientras yo transmitía el Reinado Nacional de Belleza en Cartagena.

A Virginia Vallejo no le gusta que la recuerden por su relación con Pablo Escobar. Es escritora y está dedicada a ese oficio en Estados Unidos.
A Virginia Vallejo no le gusta que la recuerden por su relación con Pablo Escobar. Es escritora y está dedicada a ese oficio en Estados Unidos. | Foto: COLPRENSA

SEMANA: ¿Volvió a hablar con Pablo Escobar?

V.V.: Después de ese horror dije: “Nunca más volveré a ver a Pablo, nunca más en la vida”. Meses después viajé varias veces con un lord inglés. Y luego sucedió la tragedia de Armero, Tolima, donde murieron más de 25.000 personas. Entré en un estado de depresión, y una amiga que tenía una casa en las Islas del Rosario me invitó. Fui y conocí a un ecólogo muy importante, Rafael Vieira. Nos enamoramos y viví con Rafa los meses siguientes. Un día fui a Bogotá para ver qué estaba pasando con mi apartamento y encontré un sobre de manila en el que me habían enviado las fotografías del Palacio de Justicia. Eran dantescas, en blanco y negro. Se veían los cadáveres a los que les echaron ácido sulfúrico. En las fotografías se decía que me harían lo mismo. Llamé a Gustavo Gaviria, el primo de Pablo, y le conté. “Por culpa de ustedes, de los horrores que ustedes hicieron en el Palacio”, le dije. Fui a Medellín y le entregué el sobre personalmente, y en ese momento entró Pablo. Quedé sorprendida. Yo había cambiado muchísimo y él también. Me rogó que me quedara esa noche en Medellín para contarme lo que había ocurrido en la toma al Palacio de Justicia. Lo hice y cuando me despedí, Pablo me dijo que lo que había hecho era muy útil para él y para el Ejército. Le manifesté que fue una canallada. Y nos despedimos.

SEMANA: Carlos Lehder le dijo a SEMANA que Pablo no tuvo nada que ver con la toma al Palacio de Justicia.

V.V.: Vi hace unos días la entrevista de SEMANA con Carlos Lehder, habló muy bien, con una gran serenidad y seguridad. Obviamente, es un hombre rico. Puede darse el lujo de vivir tranquilamente en cualquier parte del mundo porque ya pagó su cárcel en Estados Unidos. Dijo que Pablo Escobar no había participado en la toma al Palacio de Justicia, como si lo que yo estuviera diciendo fuera falso. Lamentablemente, no es verdad. Pablo participó en la toma del Palacio de Justicia y les pagó dos millones de dólares a Iván Marino Ospina y a los comandantes del M-19 para que quemaran sus expedientes que estaban en el Palacio.

| Foto: Archivo Particular

SEMANA: ¿De dónde habrá sacado Carlos Lehder esa versión?

V.V.: Lo del Palacio de Justicia, creo, lo hizo solamente Pablo Escobar, no participaron los Ochoa, estoy casi segura. Y Pablo ya no tenía comunicación con Carlos Lehder porque estaba en una cárcel en Estados Unidos.

SEMANA: ¿Escuchó a Pablo Escobar hablar del asesinato de Rodrigo Lara Bonilla?

V.V.: En 1984, cuando Pablo se fue a Centroamérica y regresó, me dijo que lo de Rodrigo Lara Bonilla no lo había cometido él, pero yo sé que lo cometió. Él trató de que yo mostrara ese cheque del narco a Lara Bonilla, pero me negué a enseñarlo porque le dije que no sabía si era verdad. Intenté salvar la vida de Rodrigo Lara Bonilla, pero luego ocurrió lo de Tranquilandia, cuando decomisaron esa cosa gigantesca y perdieron 1.000 millones de dólares de la época. Ahí fue cuando todos los narcos acordaron asesinarlo.

SEMANA: ¿Qué la hace creer que Escobar mandó a matar a Lara Bonilla?

V.V.: Estoy convencida, fue él, hoy tengo la certeza total. En aquella época tenía la duda porque nunca confesó. Cuando matan a Rodrigo Lara Bonilla, Pablo Escobar me llamó porque yo había regresado de Roma (Italia). Él me dijo: “Mi amor, me despido, me voy a ir muy lejos de aquí. Si alguien pregunta por mí, di que estoy en Australia, no tuve nada que ver con ese asesinato, eso lo cometió otra persona”. Pero yo sé que fue él. No me lo iba a confesar, sé que es verdad. Y, posiblemente, en ese momento también el Mexicano (Gonzalo Rodríguez Gacha), porque era igual o peor de malo que Pablo. Creo que fueron ellos dos quienes coordinaron el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla y más adelante el de Luis Carlos Galán, en 1989.

Virginia Vallejo acompañaba a Pablo escobar en algunos eventos. | Foto: Archivo semana

SEMANA: Dice que trató de salvar la vida de Rodrigo Lara Bonilla. ¿A qué se refiere?

V.V.: Un día Pablo llegó a mi apartamento y quiso mostrarme un video en el que Rodrigo Lara Bonilla recibe un cheque de un narco del Amazonas. Yo le respondí que en mi programadora, TV Impacto, no mostraría el video porque no sabía si entre las personas que aparecían en la oscuridad estaba Rodrigo Lara Bonilla. A Pablo no le gustó eso, pero aceptó. Tres meses después, el periodista Édgar Artunduaga lo divulgó y causó una guerra contra Lara Bonilla porque, prácticamente, lo señalaron como recipiente de pagos del narcotráfico.

SEMANA: Alberto Santofimio ya está libre, pese a que termina de cumplir su condena por la muerte de Luis Carlos Galán. ¿Qué opina?

V.V.: La Corte Suprema tomó la decisión, no creo que con base en mi testimonio bajo juramento, sino con el de un sicario, Popeye, quien decía muchas verdades, pero también muchas mentiras. Nunca fue importante en la organización de Escobar. Jamás lo vi. Era simplemente un chofer que había trabajado para Wendy, una exnovia de Pablo. Nunca fue el jefe de sicarios, como se definió. Popeye dijo que, delante de él, Santofimio le había dicho: “Mátalo, mátalo”. No creo. Pablo jamás se reunía con personajes importantes como Alberto Santofimio, como los políticos, delante de sus guardaespaldas. Él era como los millonarios colombianos, los choferes se quedan afuera.

Virginia Vallejo permanece en Estados Unidos. Le dijo a SEMANA que vive tranquila, con una vida digna, sin excesos ni lujos.
Virginia Vallejo permanece en Estados Unidos. Le dijo a SEMANA que vive tranquila, con una vida digna, sin excesos ni lujos. | Foto: EL PAÍS

SEMANA: ¿Alberto Santofimio tuvo que ver en la muerte de Luis Carlos Galán?

V.V.: Claro que sí, lo instigó. Vi muchísimas veces a Alberto Santofimio instigando a eliminar a Luis Carlos Galán porque si subía a la presidencia lo iban a extraditar. Él instigó eso mucho delante de mí muchísimas veces, pero delante de mí Pablo no decía nada, pero escuchaba a Santofimio diciendo eso en las reuniones. Teníamos muchas reuniones. Santofimio tenía un partido político muy importante y era protegido por Alfonso López Michelsen; era el senador más poderoso de la época, del Tolima.

SEMANA: ¿Cuáles eran los políticos más importantes del país con los que frecuentaba Pablo Escobar?

V.V.: Alberto Santofimio. Y amigos de todos ellos, Alfonso López Michelsen. Las veces que Pablo venía a Bogotá iba para la casa de Alfonso López Michelsen. La única vez que vino a mi apartamento, al principio de nuestra relación, Pablo llegó con todos sus socios y me los presentó. Yo no estaba esperando a sus compañeros y socios, y llegaron esa cantidad de tipos e iban para la casa de Alfonso López Michelsen. Y la última vez que vi a Santofimio y a Gilberto Rodríguez, quien acababa de salir de la cárcel en 1987, iban para la casa de Alfonso López Michelsen. Fue la última vez que vi a Pablo Escobar y a Alberto Santofimio. Jamás los volví a ver.

Virginia Vallejo dijo que Pablo Escobar pagó buena parte de la campaña de Alfonso López Michelsen. | Foto: Instagram @virginiavallejooficial

SEMANA: ¿Pablo Escobar financió la campaña presidencial de Alfonso López Michelsen?

V.V.: Pagó buena parte de la campaña de Alfonso López Michelsen. En todas las campañas presidenciales, en la mayoría, ha entrado muchísima plata del narcotráfico.

SEMANA: ¿Usted vio, escuchó o le contaron?

V.V.: En la campaña de Alfonso López Michelsen, Pablo me mostró el cheque y me dijo: “Hazle copia para que lo muestres en tu canal de televisión”. Le respondí que no lo haría. Era un cheque de 600.000 dólares en aquella época. Yo lo vi con mis propios ojos. Y a Belisario le ayudaba Gustavo Gaviria porque él era conservador y Pablo liberal. De manera que los dos recibieron contribuciones del cartel de Medellín.

SEMANA: ¿Carga con el estigma de ser la pareja de Pablo Escobar?

V.V.: No, yo lo dejé en varias oportunidades. ¿Y por qué lo dejé en 1987? Porque dijo que pondría una bomba a la lancha de Rafael Vieira porque, según él, había contratado a un etarra, de España, para enseñarle a usar bombas. Además, descubrí que Pablo empezaría a usar a Cuba como trampolín para introducir su mercancía en los Cayos de la Florida. Ahí fue cuando decidí apartarme, en septiembre de 1987. Traté de parar la guerra, hice todo lo habido y por haber para convencer a Pablo de que terminara con esa guerra. Hablé también con Gilberto Rodríguez, pero él dijo que la decisión era de Pablo, y este manifestó que no la pararía. Ahí fue cuando decidí que nunca más volvería a ver a Pablo. Nos despedimos. Después seguí viendo al lord inglés.

Virginia Vallejo manifestó que es una escritora, asilada política. | Foto: Instagram @virginiavallejooficial

SEMANA: La hermana de Pablo Escobar dijo que el capo le pagó a usted estudios en el exterior para quitársela de encima...

V.V.: (Risas) Esa pobre mujer es igualita a Pablo, tiene un aspecto porcino. Era la cobradora del cartel de Medellín. Pablo jamás habló de mí con su familia. Ella nunca supo nada de mi relación con Pablo; obviamente, me tenía una envidia horrible porque yo tenía una gran belleza en esos días y era miembro de la alta sociedad, era una celebridad (...) Nunca la conocí, él nunca habló de mi relación con su familia para que no le contaran a la esposa. Además, ese hijo de Pablo Escobar que habla de mi vida tampoco sabía nada porque era un niñito. Ningún hombre le cuenta a un niñito de 6, 7 u 8 años sobre la amante. Toda esa familia se ha inventado cualquier cantidad de cosas para atacarme y vender sus libros.

SEMANA: ¿De qué vive Virginia Vallejo?

V.V.: Soy una escritora, asilada política, la escritora más traducida después de Gabriel García Márquez. Vivo dignamente, de forma sencilla, porque nunca he aspirado a tener joyas o mansiones, ni tener carros lujosos.

SEMANA: ¿Heredó algo de Pablo Escobar?

V.V.: Claro que no.

SEMANA: ¿Cómo se conserva? ¿Cuántos años tiene?

V.V.: Tengo 75 años, nunca me he hecho cirugías; se han inventado que tengo cirugías de senos. Solo me operaron la nariz, lo hizo el cirujano más famoso del mundo, Ivo Pitanguy, cuando tenía 31 años. En 1962 sufrí un derrame. Tuve que aprender a escribir de nuevo, a leer y hablar sin tartamudear, y me dieron una medicina que actúa como un adelgazador de sangre. Ningún médico me puede operar, es prohibido o me desangraría. Tampoco soy de bótox.

Tiene 75 años y luce conservada. Virginia Vallejo le confesó a SEMANA que solo se operó la nariz. El resto es natural.
Tiene 75 años y luce conservada. Virginia Vallejo le confesó a SEMANA que solo se operó la nariz. El resto es natural. | Foto: Instagram @virginiavallejooficial

SEMANA: Está lanzando un nuevo libro, se llama Alucinante país dorado. ¿A qué se refiere?

V.V.: El alucinante país dorado, me gusta mucho la palabra alucinante, es bella. Está inspirado en el país dorado de Orgues y el dorado de Colombia. Es la primera de una trilogía de novelas, La trilogía de Candelaria. Narra las primeras generaciones de la saga de una familia, es una novela, una obra de ficción inspirada en Colombia, pero también está inspirada en vivencias personales. Todo es producto de mi imaginación. Lo pueden comprar en Amazon.

SEMANA: En su libro habla de su propio Macondo. ¿Es Colombia?

V.V.: Es mi propio Macondo, pero contemporáneo, Macondo es sobre el siglo XIX, muy difícil de leer y de llevar a la televisión y al cine. Mi libro, aunque es largo (tiene 400 páginas), es fácil de leer porque está separado en 31 capítulos. Está inspirado en nepotismo, en la discriminación contra las minorías raizales, el mestizaje, los problemas del planeta, entre otros. Ante todo, es una gran historia de amor, Pedro Montero e Isabel de Luna, los dos protagonistas. Isabel había sido la periodista más famosa de Candelaria –el país imaginado–, pero se convirtió en escritora. Y empezó a narrar la historia de Pedro Montero, quien se convirtió en una leyenda, ella cuenta su historia. Todo empieza en la selva amazónica, donde nació la madre de Pedro, y luego en un ingenio azucarero. Es una historia de una familia muy poderosa, una historia muy política porque Pedro quiere sacar a Candelaria del atraso y la discriminación, y convertirlo en un país moderno.

SEMANA: Su libro está prohibido en Colombia.

V.V.: Mis libros están prohibidos en Colombia; qué belleza, ¿verdad? Soy la escritora más traducida después de Gabriel García Márquez, lo llevaron al cine, a la televisión y fue traducido a 15 idiomas; qué cosa más curiosa. Están prohibidos porque yo denuncio la corrupción de las familias presidenciales de Colombia y lo que ocurre con los militares.