Salud Mental
Ansiedad: así es vivir con esta enfermedad de salud mental, que pone de cabeza el mundo de Riley en la taquillera ‘IntensaMente 2′
La película tiene a muchos preguntándose qué es la ansiedad y cómo afecta a los jóvenes. Expertos cuentan en SEMANA la forma de afrontar esta condición que crece de forma silenciosa.
La película IntensaMente 2 se ha convertido en un éxito de taquilla mundial solo una semana después de su estreno. En Colombia, en apenas cuatro días, el filme de Disney Pixar hizo historia y acumuló 1.508.502 espectadores, dejando en el camino a Super Mario Bros., que tenía el récord hasta la fecha en el país.
La temática que aborda es ampliamente conocida. Presenta de una manera lúdica y divertida cómo se generan en el cerebro las emociones experimentadas a diario –la tristeza, la felicidad, la rabia, el temor y el desagrado– a través de la historia de Riley, que en esta nueva entrega está llegando a la adolescencia y su mundo se pone de cabeza.
Para la segunda parte, Inside Out agregó por eso una emoción nueva en la vida de Riley que ha calado hondo en millones de personas: la ansiedad, personaje al que le da vida la voz de la actriz Maya Hawke.
Esta enfermedad, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha crecido en los últimos años de forma alarmante, especialmente después de la pandemia del covid-19, y afecta a uno de cada tres adolescentes con edades entre los 13 y los 18 años.
Tendencias
Carlos Barrera, psicólogo infantil, lo ha visto en consulta. Describe la ansiedad como “un sentimiento difuso de malestar, un sentimiento desagradable de aprensión, que suele estar acompañado de tensión, anticipación de escenarios de riesgo, muchas veces poco realistas, y de diferentes manifestaciones físicas”.
Es como una señal de advertencia del cuerpo ante un peligro. Y suele ocurrir cuando la respuesta natural a las amenazas o a la incertidumbre se vuelve demasiado intensa o frecuente y como resultado aparecen trastornos de salud mental.
Es lo que justamente experimenta Riley cuando se asoma en su vida la posibilidad de formar parte de un admirado equipo de hockey, deporte que practica desde niña y para el que es muy talentosa. El sentimiento de no poder lograrlo y de no ser lo suficientemente buena se apodera de ella y ese temor consigue, en un momento de la historia, dominarla por completo.
Para Barrera es un asunto que va más allá de la ficción de una película: “Lo veo de forma permanente en mis pacientes, muchos de los cuales se sienten fuertemente influenciados por las redes sociales. Son adolescentes que crean estándares a partir de las ‘realidades’ que se promocionan en Instagram y en TikTok, en las que ven permanentemente figuras perfectas, relaciones perfectas, viajes perfectos, familias perfectas. Y no poder lograr esos estándares les generan sentimientos de ansiedad, porque se estrellan con la realidad de que no ocurre de la misma forma en sus vidas”, señala el especialista.
Jorge Alberto Aldas, psiquiatra y director del programa de control de impulsos y adicciones de la Clínica Montserrat, en Bogotá, señala que los jóvenes que se enfrentan a esta condición experimentan una sensación intensa y desproporcionada: “A veces puede ser persistente y otras veces episódica. Y cuanto más temprano se detecta, más se disminuye la posibilidad de que se vuelva crónica”.
Advierte que existen diferentes tipos de trastorno de ansiedad: “El más común es la fobia, como la fobia social o la fobia a estar en sitios cerrados. Están los que se manifiestan como un ataque de pánico, que es el que se recrea en la película IntensaMente. Suele ser fuerte y durar unos pocos minutos, y, además, estar acompañado de palpitaciones, aumento de la frecuencia cardiaca, sudoración, pérdida de apetito, insomnio, sensación de ahogo y sensación de opresión torácica”.
El asunto tiene su explicación, según Barrera: “El organismo, a través de instrumentos como el sistema nervioso y las hormonas, percibe el peligro, por lo que centra la atención en él, promueve distintos cambios en el cuerpo, entre ellos acelerar los latidos del corazón, además de que aporta una dosis de adrenalina como reacción”.
El problema, sin embargo, se da cuando este panorama es excesivo y diario. Muchas veces ese exceso de ansiedad también surge de algo que ni siquiera la persona sabe qué es. O la persona sabe de dónde viene y comprende que no hay razón para toda esta reacción desproporcionada, pero aun así no puede controlarla.
¿Afecta más a las mujeres?
Lo que les preocupa a muchos especialistas en salud mental es que la ansiedad no suele ser diagnosticada ni tratada, pese a que suele, en la mayoría de los casos, manifestarse fácilmente.
Quien sufre de ansiedad se enfrenta a síntomas como impaciencia, dificultades para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular, cansancio, alteraciones del sueño, así como preocupaciones desproporcionadas, “del estilo de ‘me veo fea’, ‘me estoy engordando’, ‘voy a contraer una enfermedad’”, dice Aldas.
Agrega que la enfermedad también se puede revelar mediante síntomas físicos como diarrea, vómito, náuseas, sensación de hormigueo o entumecimiento de los músculos, en especial de las extremidades, mareo e, incluso, el desmayo.
En algunas personas surge en ocasiones y en otras se convierte en una situación crónica. Aldas subraya que esta condición suele ser más común en mujeres que en hombres, con una prevalencia del 2 por ciento en la población general.
De acuerdo con este especialista, los padres de familia y cuidadores que viven de cerca la ansiedad por medio de un adolescente no deben desestimar su alcance y buscar ayuda profesional cuanto antes. “La idea es investigar qué situación o temor detona la ansiedad. La enfermedad se puede tratar a través de medicamentos como antidepresivos, que sirven mucho en ansiedad y ataques de pánico. Generalmente, se conocen como inhibidores de la recaptación de serotonina, antidepresivos que ayudan en el tratamiento con el transcurrir del tiempo, pero no cuando se presentan las crisis. En esos casos, lo mejor son los tranquilizantes”, dice.
Para Barrera, por su parte, es imperativo acudir a un profesional cuando a la persona se le hace difícil afrontar y realizar las tareas del día a día, “cuando se estresa o se preocupa demasiado por pequeñas cosas o cuando esa sensación de ansiedad, como sentir el estómago apretado, dura días y días”.