Salud

FDA aprueba dispositivo cerebral inteligente que podría convertirse en una nueva era para el tratamiento del Parkinson

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) ha aprobado recientemente un sistema que podría cambiar el tratamiento del Parkinson, mediante estimulación cerebral profunda adaptativa.

2 de junio de 2025, 10:02 p. m.
| Foto: adobe stock

Lo que aprobó la FDA es un dispositivo que responde a la actividad cerebral en tiempo real y se anticipa a los síntomas. Se implanta mediante una cirugía en el cerebro, busca aliviar síntomas como los temblores y la rigidez, adaptándose a las necesidades de cada paciente.

Aunque no elimina completamente los efectos del Parkinson, los hace significativamente más manejables, mejorando la calidad de vida de quienes lo reciben, sostiene Tarranum Khan, neuróloga de Cleveland Clinic.

La médica explicó que el sistema ha mostrado una eficacia del 82 % en el control motor, superando el 75 % del aDBS convencional, y ha reducido en un 50 % los efectos secundarios respecto a tecnologías anteriores. Además, la duración de la batería se ha incrementado en un 40 %, disminuyendo la necesidad de cirugías de reemplazo.

Uno de los primeros beneficiarios es Rand Laycock, director de orquesta diagnosticado con Parkinson hace 11 años. Al no lograr controlar sus síntomas solo con medicamentos, fue sometido a una cirugía, en la que se le implantó este nuevo dispositivo. “Ahora puedo enfocarme más en la música y menos en mis síntomas”, afirmó Laycock.

Khan enfatizó que los síntomas del Parkinson varían entre personas y que la enfermedad se presenta de forma única en cada caso. Mencionó que la “tríada” de síntomas principales incluye:

  • Temblor: usualmente en reposo, como el característico “temblor de rodamiento de píldoras” en los dedos.
  • Bradicinesia/hipocinesia: lentitud al moverse, dificultad para iniciar acciones cotidianas como levantarse de una silla.
  • Rigidez: tensión muscular, que impide movimientos naturales como balancear los brazos al caminar.

Además, resaltó la existencia de síntomas no motores, como depresión, trastornos del sueño, alucinaciones, cambios cognitivos, estreñimiento, voz baja, micrografía (escritura pequeña) y rostro inexpresivo, conocido como “facies en máscara”.

En América Latina, donde se estiman más de 580.000 casos de Parkinson según la OPS, esta innovación representa una esperanza tangible. México y Colombia son los países con mayor proyección para implementar esta tecnología. Colombia podría hacerlo en un plazo de dos a tres años gracias a su marco regulatorio ágil a través del Invima y alianzas médicas con instituciones como la Fundación Valle del Lili.

México, por su parte, proyecta su adopción en tres a cuatro años, dependiendo de la aprobación por parte de Cofepris y la capacitación de los profesionales.

“El objetivo es cerrar la brecha tecnológica lo antes posible”, concluyó Khan.

De cara al futuro, se espera que para 2030 estos dispositivos incorporen inteligencia artificial generativa y se extiendan al tratamiento de otras condiciones neurológicas como epilepsia y depresión resistente. Sin embargo, el desafío inmediato será garantizar un acceso equitativo y desarrollar la infraestructura médica necesaria para que más pacientes en la región puedan beneficiarse de estas tecnologías transformadoras.

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