Salud
La diarrea infantil sigue cobrando vidas en Colombia: una enfermedad prevenible que exige acción urgente
Aunque la diarrea aguda es tratable, sigue siendo una de las principales causas de muerte en menores de cinco años en el país. Expertos piden fortalecer el acceso a agua potable.
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La diarrea continúa siendo una amenaza silenciosa para la salud infantil, pese a ser una enfermedad totalmente prevenible. Cada año, cerca de 443.000 niños menores de cinco años mueren en el mundo a causa de enfermedades diarreicas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Colombia, los casos siguen siendo alarmantes: solo en 2025 se han reportado 88 muertes probables en menores de cinco años, especialmente en comunidades rurales con limitaciones de agua y servicios básicos.
Un desafío permanente para la comunidad médica
La diarrea aguda representa un desafío persistente para la salud pública en Colombia.
Datos del Instituto Nacional de Salud (INS) muestran que, para la semana epidemiológica 41 de 2025, se notificaron 88 muertes probables por enfermedad diarreica aguda (EDA) en menores de cinco años, cifra que se suma a las 132 muertes registradas en 2024.
Se estima que seis de cada diez decesos ocurren en menores de un año, un dato que evidencia la vulnerabilidad de esta población.
El Programa Nacional de Prevención, Manejo y Control de la Enfermedad Diarreica Aguda revela que el 70% de los casos se debe a infecciones virales, siendo el Rotavirus el principal agente causante.
Entre el 10% y el 20% son de origen bacteriano y menos del 10% obedecen a parásitos.
Los principales factores de riesgo son el consumo de agua no potable, alimentos contaminados, exposición a fuentes insalubres y asistencia a guarderías sin condiciones adecuadas de higiene.
La deshidratación sigue siendo la complicación más peligrosa y la principal causa de muerte asociada, debido a la pérdida de líquidos y electrolitos que, si no se reponen a tiempo, pueden llevar a un desenlace fatal.

Prevención y tratamiento
Las recomendaciones internacionales de la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) destacan la terapia de rehidratación oral (TRO), como la intervención más eficaz y accesible.
A esta estrategia se suman los probióticos, cuyo uso ha demostrado reducir la duración y la frecuencia de los episodios de diarrea.
La Guía Colombiana de Probióticos en Pediatría (2024) respalda el uso de estos microorganismos tanto para tratar la diarrea aguda como para prevenir la asociada al uso de antibióticos.
No obstante, subraya la importancia de considerar las características específicas de cada cepa.
“Los probióticos no son todos iguales: cada cepa tiene propiedades y beneficios específicos. Por eso, es fundamental que los profesionales de la salud consideren esas diferencias al momento de prescribir o recomendar un probiótico”, explicó el Dr. Juan Pablo Albanés, director médico de Axon Pharma.
El especialista también destacó que los probióticos a base de levaduras presentan ventajas clínicas, ya que son resistentes al uso de antibióticos y ayudan a restaurar más rápidamente la microbiota intestinal alterada.
Un reto que va más allá de la salud
La diarrea infantil no solo amenaza vidas, sino que también genera consecuencias sociales y económicas.
Los costos en salud, el ausentismo escolar y la carga sobre los sistemas de atención hacen evidente la necesidad de reforzar políticas de prevención y saneamiento.
Colombia enfrenta el desafío de garantizar agua potable, mejorar el saneamiento básico y fortalecer la atención primaria en salud para reducir la mortalidad infantil.
Cumplir estas metas es esencial para avanzar hacia los objetivos nacionales de salud pública al 2030 y asegurar que una enfermedad prevenible como la diarrea deje de ser causa de muerte en la niñez.


