Salud
Lumbalgia: ¿cuáles son los síntomas para detectar esta enfermedad?
En caso de presentar alguno de estos signos, es conveniente acudir a un profesional de la salud.
La lumbalgia configura un problema bastante común para las personas, pues pueden desarrollarla en cualquier momento de sus vidas. Ahora bien, para saber cuando se padece hay que aprender a diferenciar sus síntomas característicos.
Para empezar, hay que tener claro que los síntomas de la lumbalgia varían según la persona. En ese sentido, puede presentarse como un dolor sordo o un dolor agudo y punzante. Así mismo, puede ser de corto plazo o volverse un problema crónico.
Aunque por lo general las molestias se sienten en la espalda, sobre todo en la parte baja, la lumbalgia también puede ocasionar dolor en otras partes del cuerpo.
El portal Family Doctor recomienda acudir a un profesional de la salud si se manifiestan los siguientes signos:
Tendencias
- El dolor desciende por la pierna, hasta debajo de la rodilla.
- Se le entumece la pierna, el pie, la ingle o el recto.
- La persona siente fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos, dolor de estómago o debilidad.
- Hay problemas para ir al baño.
- Una lesión causó el dolor.
- El dolor es tan intenso que la persona puede moverse.
- El dolor no mejora o empeora después de dos o tres semanas.
La enciclopedia médica MedlinePlus reseña que la lumbalgia es un dolor que se siente en la región lumbar. Generalmente, se presenta rigidez en la espalda, disminución del movimiento de la región lumbar y dificultad para pararse derecho.
“El lumbago agudo es causado con mayor frecuencia por una lesión repentina en los músculos y los ligamentos que sostienen la espalda. El dolor puede ser causado por espasmos musculares o distensión o desgarro en músculos y ligamentos”, anota la fuente consultada.
Causas de la lumbalgia y cómo diagnosticarla
La lumbalgia puede ser ocasionada por múltiples factores. Los más comunes incluyen: fracturas por compresión de la columna a causa de osteoporosis, cáncer que compromete la columna, fractura de un hueso de la columna, espasmo muscular (músculos muy tensos), hernia de disco o disco roto, ciática, curvaturas de la columna vertebral (como escoliosis o cifosis), tensión o desgarros de los músculos o los ligamentos que sostienen la espalda, entre otros.
Teniendo en cuenta los múltiples factores que pueden dar paso a la lumbalgia o cualquier dolor de espalda repentino, es importante prestar atención a los síntomas descritos anteriormente. En caso de presentar uno o varios de ellos, lo más prudente es acudir a un profesional de la salud para realizar los estudios pertinentes.
En ese orden de ideas, para un diagnóstico preciso, el médico revisará los antecedentes del paciente y, a partir de los datos recogidos, ordenará pruebas especializadas, como una radiografía, una tomografía computarizada (TC) o una imagen por resonancia magnética (IRM).
¿Cómo prevenir la lumbalgia?
Mayo Clinic comparte en su sitio web algunas medidas que las personas pueden adoptar para prevenir los dolores de espalda en general. Por supuesto, estas prácticas también resultan útiles para evitar el desarrollo de la lumbalgia.
- Hacer ejercicio: las actividades aeróbicas regulares de bajo impacto, aquellas que no tensan ni sacuden la espalda, pueden aumentar la resistencia y la fuerza de la espalda, así como permitir que los músculos funcionen mejor. Caminar, andar en bicicleta y nadar son buenas opciones.
- Desarrollar fuerza y flexibilidad muscular: los ejercicios para los músculos del abdomen y de la espalda, que fortalecen el tronco del cuerpo, ayudan a acondicionar estos músculos para que sostengan bien la espalda.
- Mantener un peso saludable: el sobrepeso ejerce presión sobre los músculos de la espalda, de manera que puede derivar en una sensación de dolor.
- Dejar de fumar: fumar aumenta el riesgo de dolor en la parte baja de la espalda. El riesgo aumenta con la cantidad de cigarrillos que la persona fuma por día, por lo tanto, dejar de fumar reduce el riesgo.