Salud

Salud mental en alerta: las verdaderas razones detrás de la crisis silenciosa que se está viviendo en el mundo

El estrés, la soledad, la precariedad y el estigma están empujando a millones al límite emocional. Expertos advierten que el mundo enfrenta una epidemia invisible que exige acción urgente.

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29 de octubre de 2025, 7:30 p. m.
La investigación sugiere que factores genéticos específicos del sexo femenino influyen en el desarrollo de la depresión.
La falta de tiempo, el exceso de presión y el estigma siguen siendo los mayores enemigos del bienestar emocional. | Foto: Getty Images

Durante años, se aprende a decir “estoy bien” aunque por dentro todo esté al revés.

Ocurre en casa, en el trabajo, en las redes sociales. Se muestran sonrisas, se publican fotos felices, pero muchas veces lo que se esconde es cansancio, ansiedad o un sentimiento de vacío difícil de nombrar.

Una crisis silenciosa que afecta al mundo entero

Los expertos como el médico Jorge Tartaglione, han intentado concientizar acerca del bienestar emocional en la era actual, donde las redes sociales cumplen un rol fundamental, por querer alcanzar estándares de vida perfecta, hoy se habla de una “crisis silenciosa” de salud mental, una que no necesita gritos para doler.

No se trata solo de estadísticas o diagnósticos. Se trata de vidas que, poco a poco, se van apagando.

Después de la pandemia, millones de personas en el mundo comenzaron a experimentar angustia, insomnio o falta de propósito. Lo que parecía un simple mal momento se convirtió en un estado permanente de agotamiento emocional.

El encierro, la incertidumbre, el duelo y las deudas dejaron huellas que aún no sanan del todo.

Se vive más conectado que nunca, en especial los adolescentes, pero las personas se sienten más solas que antes. Las redes sociales nos comparan, el trabajo exige cada vez más, y el descanso parece un lujo.

Según el doctor Jorge Tartaglione, “Los adolescentes están expuestos a un rendimiento que tiene que ser de diez, la vida perfecta, el cuerpo perfecto y el rendimiento escolar”. Y remarcó: “ Tienen una presión social, que tiene mucho que ver con las redes sociales”.

A eso se suma el miedo a hablar, pues todavía persiste el estigma de admitir que uno necesita ayuda. En muchos entornos decir “voy al psicólogo” se interpreta como debilidad, cuando en realidad es un acto de valentía.

La falta de atención profesional agrava la situación. En varios países, conseguir una cita con un psicólogo o psiquiatra puede tardar meses, y los costos son inaccesibles para la mayoría.

Por eso muchos se resignan a vivir con su ansiedad, o recurren a medicación sin acompañamiento. Pero el alivio rápido no siempre cura la raíz del problema.

EE.UU.
Psicóloga asesorando a un adolescente en la oficina | Foto: Getty Images

Un problema que requiere de una pronta solución

Sin embargo, hay esperanza. Cada vez más personas están empezando a hablar abiertamente de su salud mental, a compartir sus historias y a buscar redes de apoyo.

Escuchar, acompañar y preguntar con sinceridad ¿cómo estás de verdad?, puede ser más poderoso de lo que parece. El cambio empieza por reconocer que el bienestar emocional no es un lujo, sino que es una necesidad básica, tan importante como alimentarse o dormir.

Cuidar la mente no debería ser una tarea solitaria. Se trata de construir espacios más amables, trabajos más humanos, escuelas que enseñen empatía y comunidades donde pedir ayuda no sea una vergüenza, asegura el especialista en mención.

Porque el silencio pesa menos cuando se comparte, y la crisis deja de ser invisible cuando la miramos de frente.